domingo, 30 de agosto de 2015

IN MEMORIAM: WES CRAVEN

Nació el 2 de agosto de 1939 en Ohio (USA).

De educación baptista, se licenció en Inglés y Psicología por la Universidad de Wheaton, y tenía una Maestría en Filosofía y Escritura por la Universidad Josh Hopkins. Durante un tiempo impartió clases de Inglés en La Universidad Westminster  y fue profesor de humanidades en la Universidad de Clarkson de Tecnología de Nueva York. 

Interesado por el mundo del cine, pronto abandonó la docencia para llevar a cabo labores como editor de sonido en una empresa de postproducción de Nueva York. También se introdujo en el cine pornográfico llevando a cabo tareas de edición ("It Happened in Hollywood" en 1973), escritura y dirección (en la película "The Fireworks Woman" de 1975, que firmó con el seudónimo de Abe Snake). 





En 1972 se asoció a Sean H. Cunningham y dirigió y escribió su primera película de terror "La última casa a la izquierda", incómodo film de culto por su carácter reaccionario y por lo explícito de su violencia y sus escenas eróticas cercanas al porno soft. 



En 1977 dirigió y escribió el clásico "Las colinas tienen ojos", donde creó a su primer personaje icónico dentro del cine de terror: El inquietando miembro de la familia de mutantes caníbales llamado Pluto (Michael Berryman). Al margen de estos trabajos, fue productor ejecutivo del drama erótico "Together" (1971), editor de la comedia erótica "Kitty Can't Help It" (1975), cámara y miembro del departamento eléctrico en la comedia "Here Come the Tigers" (1978) y director de fotografía del falso documental "The Evolution of Snuff" (1978). 




Tras dirigir el popular telefilm "Las dos caras de Julia" (1978), llegaron films como "Bendición mortal" (1981), la adaptación cinematográfica del cómic de DC "La cosa del pantano" (1982), el telefilm "Invitación al infierno" (1984) o la innecesaria "Las colinas tienen ojos 2ª parte" (1984). 











En 1984 logró su mayor éxito en la que sin lugar a dudas fue una de sus mejores películas de terror como director y guionista: "Pesadilla en Elm Street", donde redefinió el género y dio en la diana creando a Freddy Krueger (Robert Englund), el asesino que ataca en los sueños de los adolescentes. 




En 1985 dirigió el telefilm "Hibernado vivo". Un año después se hizo cargo del episodio "Casehunters" de la serie "Disneylandia", y de la película "Amiga mortal", mezcla de ciencia-ficción, terror y cine juvenil, que pese a ser estimable, no terminó de cuajar. 





Entre 1985 y 1986 dirigió cuatro episodios de la serie "Más allá de los límites de la realidad", remake de "La dimensión desconocida". En 1987 produjo "Pesadilla en Elm Street 3". 






Luego vinieron las interesantes "La serpiente y el arco iris" (1988), "Shocker, 10000 voltios de terror" (1989) y "El sótano del miedo" (1991). 











En los 90 regresó a la televisión con el telefilm "Visiones nocturnas" (1990), y dirigiendo un episodio, escribiendo y produciendo la serie de una temporada "El café de las pesadillas" (1992). 

Buscando el éxito de antaño, en 1994 aceptó retomar a Freddy Krueger en la séptima entrega de la saga "La Nueva Pesadilla de Wes Craven", un innecesario acercamiento metacinematográfico donde también se interpretaba a sí mismo, y que fue un fracaso comercial. Tampoco logró el triunfo con la comedia de terror "Un vampiro suelto en Brooklyn" (1995), un film al servicio de Eddie Muprhy y que era tardío homenaje al terror blaxploitation de "Blacula" (1972).







Sin embargo, en 1996 tuvo un nuevo acierto gracias a "Scream: Vigila quien llama", donde creó un nuevo icono terrorífico con Ghostface, el asesino encapuchado y apuñalador del pueblo de Woodsboro. Su gran éxito provocó que dirigiese otras dos entregas inferiores y estrenadas en 1997 y 1999. 









Entre medio de ambos films cambió de registro con el drama musical "Música del corazón", que pese a su escaso éxito comercial y sus malas críticas, le reportó una inesperada nominación al Oscar a Meryl Streep en la categoría de Mejor actriz.  

En 2005 dirigió la fallida historia de licántropos "La maldición" (2005), y el más que correcto thriller "Vuelo nocturno". En 2006 se encargó de un fragmento del romántico film colectivo "Paris je t' aime". Sus dos últimas películas como director volvieron a ser de género: "Almas condenadas" (2011) y la tardía "Scream 4" (2011). 




En los 90 y durante el siglo XXI también ejerció como productor en los films de terror ajenos como "Wishmaster" (1997), "El carnaval de las almas" (1998), "Drácula 2001" (2000), "Ellos" (2002), "Drácula 2: Resurrección" (2003), "Drácula 3: Legacy" (2005), "Atrapados" (2005) o "Aullidos" (2006), así como los telefilms "No mires abajo" (1998), "Hollyweird" (1998) y "Las divas también mueren" (2002). Por otra parte, fue productor de los remakes de "La última casa a la izquierda" (2009) de Dennis Iliadis y la notable "Las colinas tienen ojos" (2006) de Alexander Aja, al igual que de la secuela de esta última "El retorno de los malditos" (2007). Como actor, al margen de diversos cameos en sus películas, hizo apariciones especiales "Jay y Bob el silencioso contraatacan" (2001) de Kevin Smith, o en un episodio de "Castle" emitido en 2013. En el verano de 2015 se estrenó la serie "Scream" de la MTV, donde ejerció como productor ejecutivo de su primera temporada.




En lo personal, estuvo casado en tres ocasiones: Su primera esposa fue Bonnie Broecker (1964-69), madre de sus dos hijos. Entre 1982 y 1987 se unió a la actriz y asistente de vestuario Mimi Craven. Desde 2004 y hasta su fallecimiento permaneció junto a la productora Iya Lakunba. Wes Craven falleció el 30 de agosto de 2015 en California (USA), a la edad de 76 años y a consecuencia del cáncer cerebral que padecía. 

En 2015 y 2016 se estrenarán sus trabajos póstumos como productor: Las películas "The Girl in the Photographs" y "Home". Con su muerte, Hollywood pierde a uno de sus maestros del cine de terror, que nos hizo pasar incontables horas de miedo.


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jueves, 20 de agosto de 2015

IN MEMORIAM: LINA MORGAN


María de los Ángeles López Segovia nació el 20 de marzo de 1937 en Madrid (España).

Hija de un sastre y una ama de casa, era la cuarta de cinco hermanos. Al finalizar la educación primaria, empezó a estudiar baile clásico español a la edad de 11 años.  A los 13 años un representante de artistas la seleccionó para formar parte de compañía infantil llamada Los Chavalillos de España. 

En 1949 realizó su primer gira teatral, y a los 16 años formó parte de la compañía de revista Matías Colsada en el Teatro La Latina de Madrid. Allí empezó a trabajar como bailarina junto a la vedette Maruja Torres y el marido de ésta, Alfonso del Real. Debido a que aún no era mayor de edad, se vio obligada a falsificar su documentación para poder trabajar en los escenarios.

En 1956 recibió su primera gran oportunidad con la obra "Mujeres y diosas", donde adoptó el seudónimo de Lina Morgan. Convertida en vedette de revista, en los años 50 actuó en la sala de la Gran Vía junto a Tony Leblanc, Miguel Gila o Ángel de Andrés. En 1965 protagonizó al lado de Juanito Navarro la exitosa obra "Dos maridos para mi", y pronto se convirtieron en pareja artística en otras producciones teatrales.

En la década de los 60 hizo sus primeros trabajos secundarios en películas como "El pobre García" (1961), dirigida y protagonizada por Tony Leblanc; "Vampiresas 1930" (1962) de Jesús Franco, "Una tal Dulcinea" (1963), "Objetivo: las estrellas" (1963), "Julieta engaña a Romeo" (1965), "La cesta" (1965), "Algunas lecciones de amor" (1966), "¿Qué hacemos con los hijos?" (1967) de Pedro Lazaga, "La que tienen que servir" (1967) de José María Forqué y "Los subdesarrollados" (1968). En los 60 también hizo sus primeras apariciones televisivas en programas como "Gran parada", "Sábado 64" o "La risa española", y en "Estudio 1" representó las obras "La chica de dos caballos" (1966) y "El landó del gato" (1968). 

En 1968 hizo su primer papel cinematográfico protagonista en la comedia "Soltera y madre en la vida" de Javier Aguirre. En 1970 logró uno de sus mayores éxitos comerciales con la versión cinematográfica de la obra "La tonta del bote", a las órdenes de Juan de Orduña. 

A lo largo de los 70 protagonizó diversas comedias dirigidas por Mariano Ozores como "La graduada" (1971), "Dos chicas de revista" (1972), "La descarriada" (1973), "Una monja y un Don Juan" (1973), "La llamaban la madrina" (1973), "Señora doctor" (1974), "Fin de semana al desnudo" (1974) y "Los pecados de una chica casi decente" (1975). También rodó otras comedias a las órdenes de Rafael Romero Marchent como "Imposible para una solterona" (1976) y "Un día con Sergio" (1977). En 1974 hizo una de sus escasas incursiones dramáticas en la película "Una pareja distinta", dirigida por José María Forqué y coprotagonizada por  José Luis López Vázquez. 

Posteriormente aparcó su carrera en el cine para centrarse en el teatro, y con los ingresos ganados, creó su propia compañía de revista. En un principio, tuvo dificultades económicas en el Teatro Barceló, ya que los gustos del público estaban cambiando, pero tras aparecer en el programa "Directísimo" de Jose María Íñigo, captó la atención de los espectadores y pudo estrenar nuevas obras como "Casta ella, casto él" (1976-77) y "La marina te llama" (1977-1980). En los 60 y 70 hizo apariciones televisivas en los Especiales de Nochevieja de 1965, 1969, 1976 y 1977. En 1975 y 1976 participó en dos ediciones del programa de especiales televisivos "La hora de...", el primero dedicado a Raphael, y el segundo protagonizado por ella misma y compartiendo un sketch con Marcello Mastroianni. 




En 1978 logró arrendar el Teatro La Latina con ayuda de su hermano, el empresario José López Segovia. A partir de entonces logró un enorme éxito de público con  la revista "¡Vaya par de gemelas!" (1980-83), donde explotaba su clásico personaje de pueblerina solterona, sin nunca dejar sus muecas y movimientos de piernas. También realizó una exitosa gira, y la obra fue emitida por TVE con gran éxito de audiencia en 1983. 




Ese mismo año adquirió La Latina al completo, al pagarle 127 millones de pesetas a su antiguo propietario, su amigo Matías Colsada. Sus siguientes éxitos teatrales fueron "Sí al amor" (1984-87), "El último tranvía" (1987-1991, y por la que ganó el Fotogramas de Plata a la Mejor intérprete teatral) y "Celeste no es un color" (1991-93). Todas ellas fueron emitidas en TVE en 1986, 1990 y 1993, logrando grandes índices de audiencia. 

Debido a la aceptación de la emisiones televisivas de estas obras, decidió comenzar una nueva etapa en televisión. Primero intervino en la serie de comedia "Compuesta y sin novio" (estrenada en 1994 y por la que ganó el TP de Oro a la Mejor actriz) en Antena 3, que tras su éxito inicial, la audiencia se fue desinflando en las posteriores semanas. Para su siguiente trabajo televisivo volvió a TVE para protagonizar la serie cómica "Hostal Royal Manzanares" (1996-98), rodada con público en directo y que se mantuvo durante 4 temporadas con éxito de audiencia. Por su interpretación logró dos TP de Oro a la Mejor actriz en 1996 y 1997. En 1995 regresó al cine con la comedia "Hermana, pero ¿qué has hecho?". 

Sus siguientes series, "Una de dos" (1998) y "Academia de baile Gloria" (2001), fueron de corta vida debido a sus bajas audiencias en TVE, algo que también sucedió con la serie de sketches "¿Se puede?" (2004).

En la última etapa de su carrera estuvo vinculada a las series producidas por su amigo José Luis Moreno. Tras aparecer como actriz invitada en un episodio de "Aquí no hay quien viva" (2005) en Antena 3, intervino en las telecomedias "A tortas con la vida" (2005-2006) en Antena 3 y "Escenas de matrimonio" (2007-2008) en Tele 5. En 2010 vendió La Latina. En 2012 hizo su última aparición televisiva en la gala "Reyes y estrellas" de TVE1, producida por Jose Luis Moreno. Entre sus galardones recibidos también encontramos el Premio Ondas en 1998, el Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert en 2002 y la Antena de Oro en 2002.

Tras este trabajo se retiró de la vida pública para hacer frente a una grave enfermedad que la llevó a ser hospitalizada en varias ocasiones. A causa de la misma, falleció el 20 de agosto de 2015 en Madrid (España), a la edad de 78 años.


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miércoles, 19 de agosto de 2015

DEVORADORES 2: ELECTRIC BOOGALOO: PROGRAMA 46: "CURSO SERIÉFILO 2014-2015 (SEGUNDA PARTE)


En nuestro nuevo programa comentamos las series "The Walking Dead" (Temporada 5), "Juego de Tronos" (Temporada 5), "Penny Dreadful" (Temporada 2), "Vikingos" (Temporada 3), "Justified" (Temporada 5),  "Peaky Blinders" (Temporadas 1 y 2), "Sleepy Hollow" (Temporada 2), "New Girl" (Temporada 4), "Silicon Valley" (Temporada 2), "Big Bang" (Temporada 8) y "Dos chicas sin blanca" (Temporada 4). También hay espacio para los estrenos de "Extant", "Better Call Saul", "Dark Matter", "Mozart in the Jungle", "Ballers", "The Brink", "The Librarians", "Wayward Pines" y "El Ministerio del Tiempo". 


PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA CLIQUEAD EN: 

martes, 18 de agosto de 2015

PAUL NASCHY: POR SERGIO MOLINA

Despedimos nuestro décimo aniversario con la colaboración invitada Sergio Molina, hijo del fallecido actor, director y guionista Paul Naschy/Jacinto Molina (1934-2009), y que dedica este artículo a la memoria de éste.

PAUL NASCHY: POR SERGIO MOLINA


Me dicen que se cumplen 10 años de la web ¿Qué fue de…? y que les gustaría que escribiese un pequeño artículo sobre mi padre para celebrar estos 10 años. Lo primero felicitar a Alex Medina que es el artífice de la web de la que celebramos el aniversario, ya que, celebrar 10 años en cualquier actividad hoy en día es un auténtico logro.


El primer recuerdo cinematográfico que tengo con mi padre se produjo con el visionado de su película más conocida “La noche de Walpurgis”. Sería el año 81 cuando la programaron en TVE (que era lo único que había) y su visionado a la edad de 6 años me dejó sin dormir durante una buena temporada. Curiosamente no me dio miedo el hombre lobo y sus zarpazos, más bien fueron esas vampiresas a cámara lenta las culpables de mis desvelos. Por suerte tenía al héroe de la película en casa para defenderme. Mi madre no era muy partidaria de que viera la película a tan temprana edad, pero la insistencia de mi padre finalmente permitió que quedara marcado para siempre. En ese momento no me di cuenta de la ingenuidad de la película, ni de los defectos (que los tiene), más bien me dejé atrapar por la historia y su estética. Me aterrorizó y me encantó al mismo tiempo. Más adelante tendría la suerte de poder visionar gran parte de la filmografía de mi padre con él en el salón de casa. Fueron años inolvidables que quedarán ya en mi memoria para siempre.

La imagen que ha quedado de Paul Naschy para los aficionados es el de un outsider, alguien que hacía lo que le gustaba sin importarle las corrientes imperantes en la cinematografía española en esos años. Si una palabra define perfectamente a Paul Naschy es pasión, pasión por el cine, y en particular por el cine fantástico. Siempre recordaba que quedó marcado en la lejana década de los 40 cuando pudo visionar “Frankenstein y el hombre lobo” (Roy William Neill , 1943). La ingenuidad y la magia de esos monstruos luchando entre ruinas de castillos en blanco y negro, le causó un gran impacto y de alguna manera fue el germen de una carrera cinematográfica que aunque comenzó tardía se prolongaría a lo largo de 40 años.

Ilustración de El Hombre Lobo y Frankenstein realizada por Paul Naschy durante su infancia.
Mi padre era un artista, y como tal, estaba lleno de inseguridades, aunque le podía el deseo de hacer cine. Siempre que terminaba una película nos decía que esa era la última, que las cosas estaban muy mal y que no se veía capaz de levantar un nuevo proyecto, sin embargo, con el paso de los días comenzaba a barruntar nuevas historias, se metía en su “despachejo” como lo llamaba y escribía una nueva historia, un nuevo guión que plasmar en celuloide. Ha dejado tras de sí más de 300 guiones escritos y de ellos producidos más de 40, esto da una idea del tesón e insistencia con el que abordaba su trabajo.


Paul Naschy ha sido un luchador, esto es incuestionable. Tiene fans por todo el mundo, aunque como todo buen personaje también tiene sus detractores (afortunadamente cada vez menos) y su labor cinematográfica está ahí para el que la quiera revisar o descubrir. Yo particularmente me quedo con las películas dirigidas por él “El Caminante” (1979), “El huerto del francés” (1977) y “El retorno del hombre lobo” (1980) que son magníficas, pero de toda su filmografía se pueden rescatar joyas que desde mi humilde opinión son ya clásicos del cine fantástico español.


Jacinto, mi padre, en uno de los momentos más duros de mi vida me preguntó en el hospital poco antes de fallecer si había merecido la pena, si la lucha y los sinsabores de una profesión tan ingrata como la cinematográfica justificaba su existencia. Creo que ambos conocíamos la respuesta.


Sergio Molina. Madrid, 2015.


lunes, 17 de agosto de 2015

¡QUÉ AÑOS AQUELLOS!: POR FÉLIX CÁRDENAS

Nuestro sexto y último autor invitado de nuestro Décimo Aniversario es el director, guionista, productor y escritor Félix Cárdenas. 

¡QUÉ AÑOS AQUELLOS!: POR FÉLIX CÁRDENAS: 

Cuando echo la vista atrás y pienso todo lo que he vivido, siempre me remonto a mi niñez y me viene a la memoria la televisión de entonces así como los juguetes de la época. Los años 60 y 70, dos décadas que para muchos fue un antes y un después en la concepción del vivir. Eran los inicios de aquellas series televisivas que seguíamos, semana tras semana, esperando con impaciencia un nuevo episodio de nuestros héroes favoritos. 

¿Quién no recuerda aquellas legendarias series como “Viaje al fondo del mar”, “Star Trek” “Misión imposible”, “Perdidos en el espacio”, “Bonanza” y así podría enumerar un largo listado de las que eran emitidas aquellos años. Recuerdo que siempre que veíamos un episodio de alguna de esas series, los chavales de la época como yo, salíamos a la calle y nos imaginábamos que eramos los protagonistas y cada uno de nosotros, interpretábamos a alguno de los personajes en nuestros juegos. En aquella época todos ansiábamos tener el submarino de  “Viaje al fondo del mar” o la nave espacial de “Star Trek” o los clásicos Madelman. Eran otros tiempos; recuerdo que cuando llegaba el día de Reyes todos salíamos a la calle con nuestros nuevos juguetes; el clásico taxi, las excavadoras, los muñecos, que entonces, funcionaban mecánicamente con una llave con la que se les daba cuerda, todavía no existían los de control remoto. 





En lo que respecta a la Televisión, no quisiera olvidarme de los dibujos animados de Bugs Bunny más conocido  como el conejo de la suerte, y que decir  del Pato Lucas, Silvestre o El Coyote Wile y el Correcaminos. Recuerdo que nos sentábamos los críos en el suelo frente al televisor y siempre que terminaba un cartoon, que así se llamaban, todos empezábamos a pedir otro... otro...otro... esperando que empezara otro;  a veces era así y entonces aplaudíamos como locos, como si los de la tele  hubieran  escuchado nuestras peticiones. Eran los años de programas como los de Valentina, el Capitán Tan , el tío Aquiles, Locomotoro, conocidos popularmente como "Los Chiripitiflauticos". 


Los años iban pasando y a medida que crecíamos se incorporaban nuevos programas infantiles, “La Mansión de los Plaf”, “Un globo, Dos globos, Tres globos”, “Barrio Sésamo”, y presentadoras tan entrañables como lo fue hoy la tristemente olvidada María Luisa Seco, todo un símbolo para los críos de la época. 


Seguían pasando los años y lógicamente la televisión fue cambiando , dando paso a nuevas series, nuevos estilos y nuevas formas de ver la televisión. Todavía seguíamos teniendo tan sólo dos canales. Empezaron a verse los primeros canales de las televisiones autonómicas, y con ellas, nos llegaron series que revolucionaron en los años 80. “Dallas”, “Dinastía”, “Falcon Crest”, los eternos culebrones que, temporada tras temporada, iban enredando sus tramas con nuevos personajes y siempre, con un final inesperado en el ultimo capítulo de la temporada, a la espera de la nueva. 

Pero no todas las series serían así como los llamados culebrones; nos llegaron otras como “Fama”, “El Coche Fantástico”, “Los Ángeles de Charlie”, “Un hombre en casa” o el spin off de esta última, que se tituló “Los Ropers”  etc, etc, etc., con capitulos auto conclusivos, sin olvidarme de las vicisitudes del “Increíble Hulk” interpretado por Bill Bixby que, gracias a esta serie, empezó mi afición a los cómics de súperhéroes. La televisión también nos sorprendía con joyas en formato miniserie o mejor dicho como se les llamaba entonces grandes relatos. “Hombre rico hombre pobre”, “Yo, Claudio”, etc, etc, etc.



Y así llegamos al nacimiento de las cadenas privadas y con ellas llegaban las primeras emisiones de Tele 5 y Antena tres, Dando comienzo a una nueva era televisiva y otra manera de ver la televisión. 

Hoy todo ha cambiado, ya difícilmente vemos a los niños jugando en las calles, ni siquiera en el día de Reyes. Parece ser que se han perdido juegos como “Policías y ladrones”, “Churro, media manga, mangotero” “La charranca” “Las canicas”, “la goma” y tantos y tantos otros donde, lo que primaba, era nuestra imaginación y la ilusión de unos juegos que, como bien dice la palabra, “infantiles” y que se jugaban siempre en compañía de amigos y amigas. 

Ahora estamos en una época donde la imaginación ha dado paso a los ordenadores, a los juegos de “marcianitos” a la Playstation. En una sola palabra al “individualismo”. Sé que es una frase que se ha usado de generación en generación “los tiempos cambian que es una barbaridad” pero ahora en estas últimas  no sé si para mejor o para peor, pero lo que sí sé es que si existiera una máquina del tiempo volvería a  aquellos maravillosos años 60 y 70 donde todo era ilusión y donde realmente se hacía honor a la palabra niñez. 


¡Qué años aquellos!


Félix Cárdenas. (24-8-2015).

RECUERDOS DE ORO: POR MIGUEL ÁNGEL FUERTES


Nuestro cuarto autor invitado es Miguel Ángel Fuertes (Madrid, 1957), animador que ha trabajado en las series "Los Picapiedra", "Lucky Luke", "Los trotamúsicos" o "El Conde Duckula". En la gran pantalla ha colaborado en películas como "La fuga de los Dalton" (1983), "Katy, la oruga" (1984), "Peraustrínia 2004" (1990), "Fievel va al oeste" (1991), "Rex, un dinosaurio en Nueva York" (1993), "Casper" (1995), "Balto, la leyenda del perro esquimal" (1995), "Dragonheart" (1996) de Rob Cohen, "El mundo perdido" (1997), "Star Wars. Episodio 1: La amenaza fantasma" (1999), "El regreso de la momia" (2001), "Hombres de negro 2" (2002), "Hulk" (2003), "Van Helsing" (2004), "Happy Feet" (2006), "La saga Crepúsculo: Luna nueva" (2009), "Avatar" (2009), "La saga Crepúsculo: Eclipse" (2010), "Futbolín" (2013) o "Iron Man 3" (2013).

RECUERDOS DE ORO: POR MIGUEL ÁNGEL FUERTES: 



 Mi primer encuentro con el cine fue a través de la televisión, que era la única pantalla de cine en casa que se podían permitir algunos de nuestros padres. Los aparatos eran en blanco y negro, pero a nosotros no nos importaba, porque creo que vivimos un tiempo en el que se hacían las mejores series, exceptuando el actual. Prueba de ello es que: “El Prisionero”, “Perdidos en el Espacio”, “Jim West”, “Los Vengadores”, o “Misión Imposible”, han vuelto a ver la luz  con mayor o menor éxito, pero intentando recuperar esa época doradaDespués salieron las pantallas de plástico de tres colores que se acoplaban a la pantalla para tener la sensación de estar viendo la programación en color. Azul para el cielo, color carne en la banda media y creo que verde o marrón en la inferior. 




 Lo primero que recuerdo haber visto en mi vida, fue el segmento de “El aprendiz de brujo” de “Fantasía” (1940). Después, episodios de “Bonanza”, “El Hombre del Rifle” y “Jim West” donde un malvado creaba una poción que, al tomársela, aceleraba el tiempo, y el resto del mundo se congelaba, mientras él cometía fechorías. O el episodio del terremoto de San Francisco, provocado por un diapasón gigante. O aquél otro – en el que un jovencísimo Robert Culp tenía una mano con dedos de cristal, episodio 37 de “Rumbo a lo Desconocido”, que unos alienígenas intentaban robarle por contener valiosa información, ya que él era un robot que estaba a cargo de preservar la humanidad de ser destruida, y la única mujer superviviente del planeta de la que se enamora, la deja horrorizada al descubrir que él era una máquina. Eran series audaces, en las que todo era posible. La imaginación era tremenda, y la ciencia-ficción de la mejor – a pesar de la falta de medios



 La primera película que creo recordar haber visto en el cine con mis padres fue: “Aunque la Hormona se vista de Seda...” (1971), de Manuel Summers, que aunque no de ciencia-ficción, era de lo más ciencia-ficción que se podía hacer en España en aquél momento… pero espera… había otra película que me viene a la memoria del robot de las galletas Cuétara. No sé qué era… quizá un anuncio de una hora y media, pero aún veo al robot en la sala del cine repartiendo galletas a los niños, – y me refiero a las de comer. Esa fue una de las muchas veces en que la realidad mordió con las mandíbulas de la decepción a mi fantasía, cuando vi entre las ranuras del traje de hojalata, la mancha de sudor de las axilas en la camisa que llevaba el pobre hombre que estaba dentro del traje robótico. 


 Luego llegó el CINERAMA. La técnica de cine más espectacular que he visto en mi vida. El IMAX es un substituto, pero a no ser que pongan otras dos pantallas a cada lado de la que ya hay, no van a conseguir sorprenderme como lo consiguió CINERAMA. Tres pantallas, señores, tres… tres películas de 35 mm cada una proyectadas una al lado de la otra. Es-pec-ta-cu-lar. Ví muchas películas así, y me imaginé cómo sería el cine del futuro, si ya en aquella época hasta se estrenaban películas experimentales con olores.
Os imagináis "2001" en Super Panavision 70 en CINERAMA?... no, no creo que podáis. Pero era una técnica cara, ya que requería rodar con tres cámaras sincronizadas, en las que la película podía romperse en una de ellas, y pronto desapareció o fue sustituida por lentes anamórficas que hacían las veces. El cine que hay en
Madrid que proyectaba en ese formato sigue cerrado desde entonces, como si fuera el cadáver de un inmenso dragón al que la gente ha olvidado y sólo unos pocos vimos volar. Ahora es parte de los edificios que forman la decoración de Madrid. Un monolito silencioso a la muerte de la espectacularidad y la imaginación. 



 Pero no está todo perdido, estamos en otra época dorada que será recordada por muchos, ya que las nuevas tecnologías, las grandes pantallas – y televisión – , el 3D y los magníficos guiones – me refiero a los televisivos –, están haciéndome volver a aquella época de antes que me mordiera la cruel realidad del robot de las galletas Cuétara. 

© Miguel A. Fuertes. 

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martes, 11 de agosto de 2015

¿POR QUÉ UN NIÑO SE INTERESA POR EL DIRECTOR DE UNA PELÍCULA?: POR RAMÓN A. GONZÁLEZ TRUJILLO

Nuestro tercer autor invitado es Ramón A. González Trujillo, periodista y director del Aula de Cine de La Universidad de La Laguna (Tenerife).

¿POR QUÉ UN NIÑO SE INTERESA POR EL DIRECTOR DE UNA PELÍCULA?: POR RAMÓN A. GONZÁLEZ TRUJILLO: 

Porque quería saberlo todo de ella. Compró el álbum de cromos de la película y lo completó, se aprendió los nombres de sus protagonistas, incluso leyó la novela en la que se basaba el film aun no estando recomendada para su edad. 

Y es que ese director de cine  le hablaba directamente a él, a un niño de ocho años. Y si a esto que os cuento le pongo el celofán de los ochenta, el nombre del director salta a vuestra mente como el resorte de un bic:  Steven Spielberg. 


Yo jugaba con las naves de Star Wars, también con los soldados del viejo oeste, aquellos de plástico que con una posición fija, eran capaces de entretenerme durante horas. Pero de pronto llegó E.T. y un niño de mi edad, con problemas parecidos a los míos, tomaba las riendas de una aventura que todos habíamos soñado alguna vez, el encuentro con un verdadero alienígena. Por una vez no estaban mal hechos, ni se veían en blanco y negro, la nave era de verdad, y en colores, y… ¡En pantalla grande! 

Recuerdo que la entrega de los Óscars la vi entera, me alegré y me entristecí por los galardones ganados y perdidos. Lo que no sabía en aquellos días era que ya no volvería a ser el mismo, algo cambió en mí, y para siempre. Hoy sigo a muchos directores y escritores, también a dibujantes y músicos, pero Spielberg siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Soy uno más de la legión, y me enorgullezco de ello. Fue mi mentor en la distancia, alguien a quienes los niños y jovencitos de aquella época le debemos no avergonzarnos por llevar un ventolín en el bolsillo (Mikey llevaba uno en los Goonies), pudimos llorar en el cine sin avergonzarnos (¡E.T. estaba muerto!) y cuando llegó el momento (en el que mi madre me dijo, ahora puedes verla) un tiburón, el más grande de los monstruos de este planeta, venía a cambiar mi forma de bañarme en el mar, ¡También para siempre! 



Después, mi madre comprobaría cómo intentaba dominar un látigo en el patio de mi casa (una cuerda de su tendedero), sin resultados aparentes, también fue testigo de mi bandolera ocasional, y de mi búsqueda del sombrero ideal sin resultados aceptables (la boina de mi abuelo me quedaba como el culo).


Los años pasaron y vinieron a darnos la razón a quienes seguíamos a este cineasta. Y cuando por fin ganó el Óscar en el 94 por "La Lista de Schindler" (1993), pude sentirme parte de su triunfo. 



Hoy tengo miles de películas, pero sólo unas cuantas que forman parte de mi “persona”, curiosamente casi todas de Steven Spielberg. 




Ramón A. González Trujillo.


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