El 30 de marzo de 2019, Charlas de Cine estrenó el documental "Regresa El Cepa" de Víctor Matellano. La película se centra en los numerosos problemas con la censura que sufrió la película "El crimen de Cuenca" de Pilar Miró en plena Transición, incluyendo el secuestro del film, que no pudo ver la luz hasta 1980; o el proceso hacia Pilar Miró. Finalizada la proyección Miguel Ángel Rodríguez Villar fue el encargado de moderar la charla posterior, que contó con la presencia del propio Víctor Matellano, el actor Guillermo Montesinos (que interpretó a El Cepa en el largometraje) y el político José Bono, ambos presentes en el documental junto a Gonzalo Miró (periodista e hijo de Pilar Miró), los actores Héctor Alterio, Assumpta Serna, Mercedes Sampietro, José Manuel Cervino y Francisco Casares; los guionistas Lola Salvador y Juan Antonio Porto, la jefa de producción Sol Carnicero, el director de fotografía Hans Burmann, la maquilladora Paquita Núñez, el músico Antón García Abril, el director de doblaje Claudio Rodríguez o el ayudante de dirección Miguel Ángel Díez.
Víctor Matellano: Hay un poco de casualidad en todo esto. Yo estaba rodando el western "Parada en el infierno" (2016) con Guillermo Montesinos, y siempre le decía que había dos personajes suyos que me parecían muy representativos, y esos eran Pajarito en "Todos a la cárcel" (1993) de Luis García Berlanga, y El Cepa en "El crimen de Cuenca". Yo era muy pequeño cuando se estrenó "El crimen de Cuenca", pero si había escuchado a mis padres hablar sobre todo el follón que se había formado con la prohibición del estreno de la película. Luego pude verla en un reestreno, y me llamó la atención la premisa del film, sobre como dos amigos que son como hermanos, podían llegar a traicionarse y rechazarse sólo por evitar más torturas y salvar la vida. De este modo surgió la idea de volver a lugares de filmación como Belmonte y Osa de la Vega, para rodar allí con Guillermo, que no había regresado desde el rodaje original. En medio de todo ello, apareció el libro de Emeterio Díez Puertas titulado "Golpe a la Transición", así que hablé con él. También incorporamos a Antonio Durán y se estableció el guion, para el que tuvimos que estudiar unos 700 folios. Es curioso que se cumplieran 40 años de todos los sucesos, y a la vez, el devenir actual de nuestro país, ha desembocado en hechos similares.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿cómo fue volver a los lugares de rodaje y a reencontrarte con sus habitantes?
Guillermo Montesinos: Emocionante como nos atendieron 40 años después del rodaje. Recuerdo que cuando era joven y hacía teatro por toda España, se hablaba sobre el lugar de nacimiento de cada uno, pero si alguien era de Cuenca, siempre se decía "De la tierra del crimen". Yo tuve la suerte de que Pilar Miró me vio en una obra de teatro y me llamó para hacer la película, y a partir de ahí descubro todo lo que había pasado. Así que para mí fue un honor contar la verdad de esta historia y reivindicar una tierra maravillosa como es Cuenca. Para mí significó muchísimo a nivel personal y profesional. Después del rodaje, vivimos con frustración el hecho de que la película no podía estrenarse, pero al ver el documental he hecho una retrospectiva, y me entra el miedo y el acojone, al ver en qué estuvimos metidos.
QFD: José Bono, ¿cómo era la situación política y social en el momento en que se rodó "El crimen de Cuenca"?
José Bono: Agradezco mucho a Víctor Matellano, que pensase que yo podría aportar algo a la película. Viendo el film, está todo muy bien dicho y ordenado, y el trabajo de Guillermo es emocionante. En el año 1979 yo era Diputado en la Primera legislatura, y en aquel momento, no teníamos la Democracia consolidada. Aunque se había aprobado la Constitución en 1978, se produjo el Golpe de Estado de 1981, y poca gente recuerda que el 27 de octubre de 1982, se produjo un segundo intento de Golpe de Estado por parte de los hermanos militares Crespo Cuspinera. Habían quedado muchas estructuras vigentes que habían servido al Régimen Franquista, como policías, jueces y funcionarios. A mí lo que más me impresiona de la película son las torturas reales que se reflejan, desde lo de las uñas, hasta lo de la ducha.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿fuisteis conscientes durante el rodaje de la controversia que iba a generar ?
G.M.: No, y era porque en aquel momento lo vivíamos todo con entusiasmo, pensando que la Democracia iba a cambiar el país. Algo oíamos, y sospechábamos que a los Guardia Civiles les molestaría ver reflejado en una pantalla la manera en que torturaban. Sin embargo, no pensábamos que se pudiera prohibir la exhibición o secuestrar las copias. Además, el caso de la película estaba plenamente demostrado.
QFD: Víctor Matellano, ¿qué es lo que más te sorprendió el proceso de grabación?
V.M.: Lo que más me sorprendió fue la intervención de Gonzalo Miró. él sabía del documental, pero estaba muy cauteloso y no sabía si decidirse a participar. Pero tuve la suerte de coincidir con él en el homenaje a Diego Galán que llevó a cabo la Academia de Cine, así que le dije que le iba a pasar el documental, que ya estaba casi terminado. Al terminar de verlo, Gonzalo quedó muy impresionado , ya que él sólo tenía 16 años cuando falleció su madre, y aunque recordaba cosas de "El perro del hortelano" (1996), nunca escuchó a su madre hablar sobre "El crimen de Cuenca". De modo que no dudó en apoyarlo y en participar con su testimonio.
También fue muy emotivo el momento de volver a grabar con Guillermo y los vecinos del pueblo, que accedieron encantados a volver a recrear la famosa escena en la que el Cepa regresaba al pueblo, y algunos de ellos eran los que habían participado como niños en la original.
Otra cosa que no olvidaré, pese a que no sale en la película, es cuando Diego Galán lloró al relatarme el pase de la película en Buenos Aires. Ahí se demuestra la fuerza que tiene el film, que incluso llegó a ser motor de cambio.
Q.F.D.: José Bono, ¿piensa que la clase política fue consciente de la encrucijada en la que se vio sometida la película para la libertad de expresión en este período de cambios para España?
J.B.: La clase política era consciente de ello. De hecho, la Transición fue un ejercicio complicado y difícil, y es de las mejores cosas que ha hecho el pueblo español. Fueron unos años en los que vivíamos peligrosamente. Esta película fue fundamental para el pueblo español, que ya este no soportaba aquellos jueces y policías del franquismo, que durante 40 años se habían beneficiado de la ausencia de libertad.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿no sorprende que en todo el proceso judicial, sólo estuviese procesada Pilar Miró?
G.M: Esto fue debido a que les molestaba que Pilar fuese la directora y que mandase.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿cómo fue trabajar con Pilar?
G.M.: Pilar siempre tuvo un cartel de mujer dura, de fuerte temperamento, pero en mi caso yo conocí la parte cariñosa de ella. Era una mujer culta, interesada en el teatro. También me dijo que ensayara la manera de andar, me documentó dándome toda la información sobre El crimen de Cuenca, y me recomendó ver la película "El árbol de los zuecos" (1978), aunque yo ya la había visto. Muchos decían que no dirigía, pero en realidad, claro que lo hacía, lo que pasaba es que no perdía el tiempo en explicar a un actor cómo debía de componer su personaje. Ella tenía capacidad de síntesis y muy buen gusto.
QFD: Victor Matellano, ¿piensa que es injusto que no se premie en Los Goya a documentales sobre historia del cine, en detrimento de los de contenido social?
Víctor Matellano: Siempre que hay un documental sobre cine, suele estar nominado, aunque no suele ganar. Esto es debido a que muchas veces no se valora tanto la calidad de la película, sino su contenido. Eso ocurrió en la pasada edición con la necesaria "El silencio de otros", que trataba sobre un tema tan importante como la memoria histórica.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿cómo fue volver a los lugares de rodaje y a reencontrarte con sus habitantes?
Guillermo Montesinos: Emocionante como nos atendieron 40 años después del rodaje. Recuerdo que cuando era joven y hacía teatro por toda España, se hablaba sobre el lugar de nacimiento de cada uno, pero si alguien era de Cuenca, siempre se decía "De la tierra del crimen". Yo tuve la suerte de que Pilar Miró me vio en una obra de teatro y me llamó para hacer la película, y a partir de ahí descubro todo lo que había pasado. Así que para mí fue un honor contar la verdad de esta historia y reivindicar una tierra maravillosa como es Cuenca. Para mí significó muchísimo a nivel personal y profesional. Después del rodaje, vivimos con frustración el hecho de que la película no podía estrenarse, pero al ver el documental he hecho una retrospectiva, y me entra el miedo y el acojone, al ver en qué estuvimos metidos.
QFD: José Bono, ¿cómo era la situación política y social en el momento en que se rodó "El crimen de Cuenca"?
José Bono: Agradezco mucho a Víctor Matellano, que pensase que yo podría aportar algo a la película. Viendo el film, está todo muy bien dicho y ordenado, y el trabajo de Guillermo es emocionante. En el año 1979 yo era Diputado en la Primera legislatura, y en aquel momento, no teníamos la Democracia consolidada. Aunque se había aprobado la Constitución en 1978, se produjo el Golpe de Estado de 1981, y poca gente recuerda que el 27 de octubre de 1982, se produjo un segundo intento de Golpe de Estado por parte de los hermanos militares Crespo Cuspinera. Habían quedado muchas estructuras vigentes que habían servido al Régimen Franquista, como policías, jueces y funcionarios. A mí lo que más me impresiona de la película son las torturas reales que se reflejan, desde lo de las uñas, hasta lo de la ducha.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿fuisteis conscientes durante el rodaje de la controversia que iba a generar ?
G.M.: No, y era porque en aquel momento lo vivíamos todo con entusiasmo, pensando que la Democracia iba a cambiar el país. Algo oíamos, y sospechábamos que a los Guardia Civiles les molestaría ver reflejado en una pantalla la manera en que torturaban. Sin embargo, no pensábamos que se pudiera prohibir la exhibición o secuestrar las copias. Además, el caso de la película estaba plenamente demostrado.
QFD: Víctor Matellano, ¿qué es lo que más te sorprendió el proceso de grabación?
V.M.: Lo que más me sorprendió fue la intervención de Gonzalo Miró. él sabía del documental, pero estaba muy cauteloso y no sabía si decidirse a participar. Pero tuve la suerte de coincidir con él en el homenaje a Diego Galán que llevó a cabo la Academia de Cine, así que le dije que le iba a pasar el documental, que ya estaba casi terminado. Al terminar de verlo, Gonzalo quedó muy impresionado , ya que él sólo tenía 16 años cuando falleció su madre, y aunque recordaba cosas de "El perro del hortelano" (1996), nunca escuchó a su madre hablar sobre "El crimen de Cuenca". De modo que no dudó en apoyarlo y en participar con su testimonio.
También fue muy emotivo el momento de volver a grabar con Guillermo y los vecinos del pueblo, que accedieron encantados a volver a recrear la famosa escena en la que el Cepa regresaba al pueblo, y algunos de ellos eran los que habían participado como niños en la original.
Otra cosa que no olvidaré, pese a que no sale en la película, es cuando Diego Galán lloró al relatarme el pase de la película en Buenos Aires. Ahí se demuestra la fuerza que tiene el film, que incluso llegó a ser motor de cambio.
Q.F.D.: José Bono, ¿piensa que la clase política fue consciente de la encrucijada en la que se vio sometida la película para la libertad de expresión en este período de cambios para España?
J.B.: La clase política era consciente de ello. De hecho, la Transición fue un ejercicio complicado y difícil, y es de las mejores cosas que ha hecho el pueblo español. Fueron unos años en los que vivíamos peligrosamente. Esta película fue fundamental para el pueblo español, que ya este no soportaba aquellos jueces y policías del franquismo, que durante 40 años se habían beneficiado de la ausencia de libertad.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿no sorprende que en todo el proceso judicial, sólo estuviese procesada Pilar Miró?
G.M: Esto fue debido a que les molestaba que Pilar fuese la directora y que mandase.
QFD: Guillermo Montesinos, ¿cómo fue trabajar con Pilar?
G.M.: Pilar siempre tuvo un cartel de mujer dura, de fuerte temperamento, pero en mi caso yo conocí la parte cariñosa de ella. Era una mujer culta, interesada en el teatro. También me dijo que ensayara la manera de andar, me documentó dándome toda la información sobre El crimen de Cuenca, y me recomendó ver la película "El árbol de los zuecos" (1978), aunque yo ya la había visto. Muchos decían que no dirigía, pero en realidad, claro que lo hacía, lo que pasaba es que no perdía el tiempo en explicar a un actor cómo debía de componer su personaje. Ella tenía capacidad de síntesis y muy buen gusto.
QFD: Victor Matellano, ¿piensa que es injusto que no se premie en Los Goya a documentales sobre historia del cine, en detrimento de los de contenido social?
Víctor Matellano: Siempre que hay un documental sobre cine, suele estar nominado, aunque no suele ganar. Esto es debido a que muchas veces no se valora tanto la calidad de la película, sino su contenido. Eso ocurrió en la pasada edición con la necesaria "El silencio de otros", que trataba sobre un tema tan importante como la memoria histórica.