El viernes 28 de marzo del 2008 quedará guardado en nuestras retinas para siempre, ya que tuvimos la enorme suerte de poder asistir al concierto que la leyenda del rock y el blues norteamericano Chuck Berry celebró en el Pabellón Municipal de Deportes de Santa Cruz de Tenerife. Este concierto se sumó a la actuación celebrada justo un día antes en el municipio de Telde, en la isla de Gran Canaria. Antes de comenzar nuestra crónica del evento no podíamos olvidar dar las gracias a la empresa “Rolo Producciones” por ese trato tan cordial y en especial a su relaciones públicas Lucía, por su amabilidad para facilitarnos el acceso al evento.
El concierto, incluido dentro de la agenda cultural del programa "Santa Cruz + Viva" (que traerá hasta la capital santacrucera al italiano Zucchero, los cubanos Pablo Milanés y Chucho Valdés y el Barrio, entre otros), comenzó con rigurosa puntualidad a las 21:00 horas. Rompiendo el hielo llegó la actuación del grupo gallego de blues “Los Reyes del KO”, que se encargaron de calentar y hacer mover el esqueleto durante una hora al numeroso publico allí concentrado. Entre sus repertorio, se atrevieron incluso a versionar temas muy conocidos, como por ejemplo “The way you make me feel” de Michael Jackson.
El reloj marcaba las diez de la noche, cuando este grupo dio paso al que ellos mismos denominaron como el rey del Rock and Roll, aclamado por el numeroso público (alrededor de 3.000 espectadores). Ataviado con una camisa roja de lentejuelas y una gorra de marinero, comenzó a hacer vibrar las cuerdas de su guitarra como un auténtico Dios del escenario, haciendo un alarde de su veteranía y carisma, algo notable a sus 81 años de edad.
Acompañado por una brillante banda, entre la que figuraba uno de sus hijos, Berry deleitó a los espectadores con una selección de sus temas más clásicos dentro de su extenso repertorio. No faltaron temas como: "Roll over Beethoven", "No particular place to go", "Sweet Little Sixteen", "Maybelline", "Rock and roll is music" o "Run Rudolph Run", que en muchas ocasiones fueron coreados por el público, que bailaba con pasión y entrega este puñado de temas inolvidables.
Tras una hora de concierto, el músico hizo su despedida de modo apoteósico regalándonos su emblemático clásico "Johnny B. Goode", tema que desde sus primeros e inconfundibles acordes de guitarra revolucionó a todo el pabellón. Para esta canción pidió que dejaran subir al escenario a algunas espectadoras, ejerciendo estas como un improvisado cuerpo de baile para la ocasión. Uno de los momentos más impagables de la velada tuvo lugar cuando durante la interpretación de este tema, realizó su ya mítico baile del pato, algo que fue muy bien recibido por el público.
Finalizada la canción, su hijo fue el encargado de presentar a toda la banda y despedir este inolvidable concierto. Con una puesta en escena sencilla pero eficaz, que tenía como fin que el centro de atención siempre fuese el que es probablemente uno de los mejores guitarristas del mundo. Su actuación dejó buen un sabor de boca, pese a su corta duración y a que se echaron de menos clásicos como "You Never Can Tell".
Como anécdota destacar que, de su paso por Tenerife, Chuck Berry recibió como obsequio una manta esperancera de manos del primer teniente de alcalde Ángel Llanos y del concejal de Deportes Jaime Hernández Abad. Esta actuación continua dejando abierta una vía que hasta hace poco tiempo parecía imposible, la de ver a artistas de calidad y prestigio internacional en nuestra pequeña isla. Esperemos que las productoras y organismos competentes se encarguen de prolongar esta buena racha, y si nos es posible, estaremos ahí para contarlo.
En la última foto: Chuck Berry posa junto a Ángel Llanos (teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife) y Jaime Hernández Abad (concejal de Deportes).
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