El cine asiático siempre nos ha llegado con
cuentagotas. Incluso hoy, en la era de la globalización, se estrenan en
las salas poco cine del lejano oriente. En la década de los 80 los
videoclubs sirvieron como puente donde nos llegaban las producciones
asiáticas, así conocimos el cine “made in Hong Kong”.
En estos días nos ha dejado un
productor cuya larga vida le sirvió para ser testigo y protagonista de
la evolución del cine en la antigua colonia británica, Sir Run Run Shaw.
Sir Run Run Shaw nació como Shao
Renleng en Ningbo, cerca de Shanghai, el 27 de noviembre de 1907 y era
el menor de seis hermanos. Su padre era un comerciante textil de
bastante éxito y Shaw creció en Shanghai donde se graduó en la YMCA
School.
Antes de cumplir veinte años marchó a
Singapur para unirse a su hermano Runme (1901-1985) en la distribución
de películas por el sudeste asiático. Por aquella época los hermanos mayores de Shaw
dirigían en Shanghai la Tianyi Film Productions. Eran los años 20, la
época del cine mudo. Llegaron los años 30, el sonido llegó al cine y la
guerra llegó a Shanghai. Los japoneses invaden la ciudad en 1937 y la
Tianyi tiene que trasladarse a su sucursal de Hong Kong. Una mudanza que
resultó decisiva para los hermanos Shaw.
Curiosamente, los Shaw se dedicaban más a la
distribución que la producción y poseían cerca de 150 salas repartidas
por Singapur, Indonesia, Malasia, etc. En suelo malayo era donde
centraban sus operaciones pero Japón se vuelve a cruzar en su camino al
invadir Malasia.
Tras la guerra, Runme y Run Run,
rehacen su vida con el dinero y las joyas que habían enterrado en el
patio trasero de la casa familiar para evitar el expolio nipón. En 1958
deciden renombrar su estudio con un nombre que pasaría a la historia,
Shaw Brothers. El nombre y el logo imitando al de la Warner no fue
casualidad. Los hermanos querían que su estudio funcionase a imagen y
semejanza de los estudios de Hollywood. Los Shaw apostaban por un modelo
de negocio que acababa de saltar por los aires en EEUU pocos años
antes.
Desde sus gigantescos estudios de Clearwater Bay,
la Shaw Brothers fueron imponiéndose como productora de referencia en
Hong Kong. Su primer éxito internacional fue “La Emperatriz Yang Kwei
Fei” (Kenji Mizoguchi, 1955) que habían co-producido con Japón (las
heridas de la guerra quedaron atrás) y de la que harían un remake en
1962. Los 60 fueron años de producción variada: dramas (“Between Tears
and Smiles”, varios directores -1964-), musicales (“The Love Eterne”, Li
Han Hsiang -1963-), adaptaciones de óperas (“Lady General Hua Mulan”, Yueh Feng -1964-) y los clásicos thrillers con la mafia como protagonista eran los géneros que más producía el estudio.
Pero a finales de esa década, la Shaw Brothers decidió rescatar un género que gustaba mucho en la época muda, el wuxia.
King Hu y Chang Cheh no pararon de
hacer wuxia durante los siguientes años en lo que se convirtió en una de
las señas de identidad de la productora: la explotación laboral. En
Clearwater Bay literalmente no se dormía, un rodaje sucedía a otro en
sesiones maratonianas.
Ya se sabe que donde hay maestros,
hay alumnos. En 1970 dos pesos pesados de la Shaw Brothers, Raymond Chow
y Leonard Ho, abandonan el estudio y fundan la Golden Harvest. Chow y
Ho se centrarán en el cine de artes marciales y con su ojo clínico harán
mella en la Shaw.
La Golden Harvest será la que fiche a
Bruce Lee y cuando éste se va a EEUU, descubrirán a los tres dragones
(Jackie Chan, Sammo Hung y Yuen Biao) que en la Shaw no pasaron de ser
extras e incluso se permitieron el lujo de robarle a Jimmy Wang Yu.
Golden Harvest cuidaba menos la
producción pero captaron mejor los gustos occidentales y mezclando artes
marciales con comedia fueron poco a poco imponiéndose.
Fueron años de confusión para la Shaw
Bros. En su afán por proyectarse internacionalmente acabaron haciendo
dudosas alianzas con la Hammer ("Kung Fu contra los 7 vampiros de oro" , Roy Ward Baker -1974-), el spaghetti-westerns (“El kárate, el colt y el impostor”, Antonio Margheriti -1974-) o la blackploitation (“Cleopatra Jones y el casino de oro”, Charles Bail -1975-).
El karate, el colt y el impostor (1974).
La redención llegaría de la mano de
los monjes Shaolin. El antiguo coreógrafo marcial Lau Kar Leung se unió
con su “hermano” Gordon Liu y rodaron “Las 36 cámaras de Shaolin”
(1978), seguramente la mejor película de la historia de la compañía. La
unión Leung-Liu dio para dos secuelas más así como para cintas como “El
luchador invisible” (1984). Leung formaría tándem (y no sólo laboral)
con Kara Hui, dirigió a la actriz en “Las garras de la tigresa” o “Martial Club”, ambas de 1981.
Fue la segunda época dorada de la
productora y aunque siguió por detrás de Golden Harvest, estas películas
también contaron con una buena difusión internacional.
En 1982, Run Run Shaw seguía con la
mirada puesta en el extranjero y produjo (no acreditado) “Blade Runner”,
pero en Hong Kong la situación empeoraba. El cada vez mayor éxito de
Golden Harvest y la creciente piratería dejaban a la Shaw al borde de la
quiebra. La puntilla llegó en 1985, Runme Shaw fallecía y con él la
Shaw Brothers como tal. Aunque el nombre siguió en activo y produjeron
algún film más todo había cambiado.
Run Run dirigió sus pasos hacia la
televisión con la cadena TVB en la que acabaría ejerciendo de presidenta
su segunda esposa, Mona Fong. En TVB comenzaron sus carreras Chow
Yun-Fat, Maggie Cheung, los malogrados cantantes Leslie Cheung y Anita
Mui y el director Wong Kar-Wai.
A
pesar de dirigir una empresa basada en la explotación laboral, Run Run
Shaw también mostró intereses filantrópicos. Shaw estaba realmente
involucrado en la educación, que veía como una inversión más que como un
gasto, donando ingentes cantidades a escuelas y universidades. Como
presidente de Cruz Roja en Hong Kong también donó dinero para los
hospitales.
En 2002 creó el “Shaw Award”,
conocido como el “Nobel del Este” en el que se premian a científicos en
los campos de astronomía, matemáticas y medicina.
En 1974 fue nombrado por Isabel II
Comandante de la Orden del Imperio Británico. Ya en el ámbito
cinematográfico, en 2007 recibió el premio honorífico de la Academia de
Cine de Hong Kong y en 2013 el mismo galardón en los BAFTA.
Casado dos veces, Shaw tuvo cuatro
hijos (todos de su primera esposa, Lily Wong Mee-Chun) y nueve nietos.
El 7 de enero de 2014 falleció en Hong Kong a los 106 años de edad
rodeado de su familia. Final inmejorable para el hombre que quiso hacer
de Hong Kong el “Hollywood de Oriente”.
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