El 23 de septiembre tuvo lugar un evento de promoción de la película "El Niño" (2014) en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, donde se reunieron su director Daniel Monzón, los actores Jesús Castro y Mariam Bachir, y el productor Edmod Roch. Para ello se llevó a cabo una rueda de prensa y una posterior tertulia que fue moderada por el crítico Manuel Díaz Noda. Los invitados demostraron su simpatía y cercanía a la hora de hablar de distintos aspectos de la película de forma distendida y amena. Al mismo tiempo, también se generaron anécdotas curiosas, como el hecho de que Mariam Bachir se marchase con la receta del mojo picón, cedida por una de las asistentes del público.
De izquierda a derecha: el productor Edmond Roch, Jesús Castro, Daniel Monzón y Mariam Bachir.
¿Cómo ves la evolución del cine español a nivel artístico y comercial?:
Daniel Monzón: Siempre ha habido muy buenas películas hechas en España, como "Un perro andaluz" (1929) de Luis Buñuel, "La torre de los siete jorobados" (1944) de Edgar Neville o el cine de Luis García Berlanga. Por otra parte, géneros como la comedia, el policíaco o el cine de terror eran muy queridos por el público, sólo hay que observar las taquillas de películas como las de Mariano Ozores, León Klimovsy o Paul Naschy.
Sin embargo, ahora está bien visto por la crítica y el público, y es valorado a nivel internacional, tienen un gran prestigio fuera de nuestras fronteras. Todo ello es gracias a directores como Alex de la Iglesia, Enrique Urbizu, Alejandro Amenábar, Jaume Balagueró, J.A. Bayona o Alberto Rodríguez, que acaba de estrenar "La isla mínima" (2014), en la que también actúa Jesús Castro.
¿Habiendo dirigido varios films de suspense y policíacos, cuáles son tus títulos de referencia dentro del cine español?:
Daniel Monzón: "Muerte de un ciclista" (1955) de Juan Antonio Bardem, me parece un gran ejercicio de suspense. También me gustan "El extraño viaje" (1964) de Fernando Fernán Gómez, "El crac" de Jose Luis Garci, "Fanny Pelopaja" (1984) de Vicente Aranda, "Grupo 7" (2012) de Alberto Rodríguez, y "Todo por la pasta" (1991), "La caja 507" (2002) y "No habrá paz para los malvados" (2012), las tres de Enrique Urbizu.
¿Qué nos puedes contar de tu experiencia como crítico para revistas como "Fotogramas" o en el programa "Días de cine" en La 2 de TVE?:
Daniel Monzón: Aquel muchacho que escribía crítica es el mismo que está detrás de la cámara haciendo películas. De tanto cine que han visto, los críticos tienen una capacidad lógica para dirigir, y si los dejaran, ellos podrían contar una historia. Me encantaría ver las películas que podrían hacer, porque estoy seguro que serían cosas muy interesantes.
Gracias a mi trabajo como crítico pude entrevistar a directores que admiraba como Steven Spielberg, Roman Polanski o Woody Allen, y mi interés por dirigir provocaba que les hiciese preguntas técnicas para saber cómo habían rodado una determinada escena.
¿Porqué decidiste dar el paso a la dirección después de tu experiencia como guionista en "Desvío al paraíso" (1994) de Gerardo Herrero, y cómo ha sido tu relación con tu coguionista habitual Jorge Guerricaechevarría?:
Daniel Monzón: En "Desvío al paraíso" tuve la oportunidad de trabajar con un actor excelente como Charles Dance, y de esta película aprendí que me gustaba que mis propias historias fueran dirigidas por mí, al ser el primero que las vivía. Es difícil que otra cabeza las interprete exactamente como tu las tienes, y fue precisamente Gerardo Herrero quien produjo mi primera película "El corazón del guerrero" (1999), así que no hubo ninguna experiencia negativa, sino que yo, que siempre había querido dirigir cine, podía plantear la siguiente historia que quería contar. Fue una película que tenía un conjunto de géneros y un montón de efectos especiales, tenía todos los juguetes con los que quería jugar, y así si no me dejaban hacer otra, iba a aprovechar la experiencia al máximo. El guión era un volcado de todo mi interior, abrí la compuerta y salió toda esa energía que te da el ímpetu juvenil. Este film lo escribí en solitario, a través de un proceso de aprendizaje y sufrimiento, y aunque disfruté muchísimo, no tenía un frontón para comprobar si mis ideas eran buenas o malas, de hecho Alex de la Iglesia leyó mi guión y me dijo "Muy bien Daniel, si te quieres dar una hostia te la das a lo grande".
Conocí a Jorge Guerricaechevarría en la época de "Acción mutante" (1993). Yo estaba escribiendo mi segunda película "El robo más grande jamás contado" (2002), una comedia de unos descerebrados que querían robar el Guernica de Picasso, y que era una mezcla entre "Atraco a las tres" (1962) de José María Forqué y las películas de "Misión imposible". Me divertí mucho escribiéndola pero me salió un guión larguísimo, y a la hora de desglosarlo y cortarlo, conté con la ayuda de Jorge, que hizo su trabajo en una semana y fue maravilloso, ya aquello fluyó como la espuma, quité todo lo que tenía que quitar y me dio unas ideas estupendas.
A raíz de esta experiencia, volví a contar con él para "La caja Kovak" (2006), "Celda 211" (2009) y "El Niño". Es uno de los grandes talentos de este país y un compañero de aventuras extraordinario. Yo soy muy enérgico y él es una persona templada y con un humor muy británico, hacemos una curiosa pareja, como "El Gordo y el Flaco", pero nos compensamos el uno al otro. Es una suerte tener a alguien al que lanzas una idea y te la rebota mejorada.
¿Cómo os documentásteis para preparar el guión?:
Daniel Monzón: Fuimos a las cárceles para entrevistar a auténticos presos. El guión está basado en la experiencia de dos hermanos lomeros (que pasaban la droga en moto acuática o lancha desde el Estrecho de Gibraltar y hasta Marruecos). Ellos no eran malvados y se movieron por intereses económicos y atraídos por la adrenalina, tal y como sucede en la película con El Niño (Jesús Castro) y a su amigo El Compi (Jesús Carroza). Esa es la historia que queríamos contar, algo diferente a otras propuestas, y que tuviera unos personajes más cercanos con los que el público pudiera identificarse, alejándonos así de la visión de las películas de traficantes norteamericanas con esos personajes violentos y cocainómanos.
¿Por qué se contó con actores sin experiencia previa para los papeles que interpretaron Jesús Castro y Mariam Bachir?:
Daniel Monzón: No quería contar con actores experimentados que fueran caras reconocibles del cine y la televisión. buscaba una mayor credibilidad y que hubiera un contraste con los personajes de los policías que les siguen la pista (interpretados por Luis Tosar, Eduard Fernández, Bárbara Lennie y Sergi López).
El personaje de Amina, además de ser bellísima, tenía que dar un cambio en la vida de El Niño, y te tenías que creer que había vivido situaciones duras. Mariam fue la última en incorporarse al reparto, ya que antes fuimos a Francia a buscar actrices de origen argelino, y también probamos con actrices marroquíes. Fue una suerte encontrarla, la elegimos tras realizar una improvisación por teléfono.
Mariam Bachir: Yo ni siquiera me había planteado ser actriz, no me veía con esa capacidad. Fue un regalo que me ha dado la vida.
¿Cómo se llevaron a cabo las escenas de acción de rodadas en alta mar?:
Daniel Monzón: Secuencias con lancha y helicóptero no se habían rodado habitualmente en nuestro país, y a la hora de ponernos a planificarlo, nos dimos cuenta que teníamos que inventárnoslo sobre la marcha, hasta el punto de crear la maquinaria para rodarlas. Si en las secuencias de coches existe el cámara-car, nosotros adaptamos la lancha que pilotaba Jesús Castro en la escena, y pusimos una cámara, mientras que en el otro extremo colocamos un brazo de giro estabilizado para otra cámara, que fue utilizada para amortiguar los golpes de la lancha. También fue fundamental la planificación previa que hice con el director de fotografía Carles Gusi, con el que he rodado mis cinco películas y que es una especie de guerrillero del cine, que adopta posiciones de faquir para adaptarse al espacio donde tiene que meterse con la cámara, aunque este sea un hueco del helicóptero.
Jesús Castro: Yo tuve que entrenar durante un año para aprender a conducir la lancha y la moto que lleva mi personaje. El rodaje fue duro y hasta tuve un principio de hipotermia, pero dentro de su dureza, fue emocionante, y la escena en la que era perseguido por el helicóptero fue un subidón de adrenalina. Fue rodada en mar abierto.
¿Cómo fue el rodaje de las escenas rodadas en Canarias?:
Daniel Monzón: Lo primero que me gustó de llegar a Canarias fue la calidez con la que nos recibieron, y la propia calidez del sitio, ya que pude respirar y coger fuerzas para poder terminar la película. En el film no sólo hay figuración canaria, sino que también mucha parte del equipo técnico es de las islas, y se incorporaron con una ilusión y una entrega que nos alimentó a todos. Si no llegamos a rodar esas escenas aquí, la película sería distinta.
Al mismo tiempo, no podíamos mostrar que se había rodado en Gran Canaria, ya que la acción transcurre en el estrecho de Gibraltar (donde también rodamos, y curiosamente en lugares donde nadie lo había hecho), pero esto le dio una fuerza insospechada, gracias a su capacidad camaleónica, a sus cielos colmados, y a esos cambios de luz. Rodamos la escena de la discoteca, la de la casa del personaje de Bárbara Lennie, las de las naves industriales, las de carretera, y algunas secuencias del mar.
Las Islas Canarias son un plató extraordinario, y mucha gente está viviendo a rodar, "Enemigo mío" (1985) se rodó en Lanzarote simulando un espacio marciano, pero también ha servido para crear la epopeya bíblica de "Exodus" (2014) de Ridley Scott, o para una película marítima como "Heart of the Sea" (2015) de Ron Howard.
Jesús Castro, a la hora de encarnar El Niño en tu debut, ¿ te fue más difícil enfrentarte a las escenas de acción o reflejar la personalidad de un personaje tan cerrado?:
Jesús Castro: Ambas cosas fueron difíciles, las escenas de acción requirieron una gran precisión, ya que tuve que conducir una lancha de 12 metros, pero el mayor reto era interpretar al personaje. Hay muy poco de él incorporado de mí mismo, quizá en lo que más se me asemeja es en la tranquilidad, aunque yo nunca llego hasta su punto.
Mariam Bachir, tu personaje denuncia la situación de la mujer en Marruecos, ¿cómo conectaste con el personaje y qué elementos tenías en común con el mismo?:
Mariam Bachir: El papel de Amina me fascina porque no es una mujer al uso, tiene detrás una historia vivida muy interesante. Se enfrenta al mundo sola y tiene unas ideas muy claras. A pesar de su juventud se ha visto envuelta en un mundo difícil para la mujer, pero eso la hace más interesante y fuerte. Me gustó mostrar cómo puede vivir una chica que sea igual que todas nosotras, pero que vive en otro mundo en el que la mujer aún tiene muchas cosas por conseguir en el siglo en el que estamos.
Daniel Monzón, cuál es tu opinión de la categoría de los Goya de Mejor actor y actriz revelación, donde podrían estar nominados Jesús Castro y Mariam Bachir?:
Me parece una categoría que no está bien definida, es raro ver nominados a actores noveles, y que también consideren como actor revelación a un veterano como Saturnino García, ganador por "Justino, un asesino de la tercera edad" (1994). Debería tener una revisión.
Con Daniel Monzón, Jesús Castro y Mariam Bachir.
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Enhorabuena por la entrevista. Me ha servido para aprender ciertas cosas que desconocía. Por ejemplo, que "Enemigo mío" (genial obra de culto de la ciencia ficción, en mi opinión, e infravalorada) fuese grabada en las Islas.
ResponderEliminarSaludos.