lunes, 21 de diciembre de 2015

ENTREVISTA A MIGUEL HERRERO, AUTOR DEL LIBRO "TELEPASIÓN POR LOS 90"



Tras la publicación de los libros "ReVisitando los 80" (2013) y "Los 80 responden otra vez" (2014), Miguel Herrero continua su tarea para poner orden a la historia televisiva española durante la década de los 90, un periodo donde TVE tuvo que afrontar la competencia con las privadas y el afianzamiento de las autonómicas. Narrado de manera amena, y con una amplia información y documentación, este arduo trabajo es toda una joya para los que crecimos durante ese gran cambio que nos permitió hacer zapping y seleccionar nuestras preferencias entre esta nueva y amplia oferta.

¿El hecho de que decidieras hacer un repaso más exhaustivo del periodo 1990-93 se debe a que en esos años la oferta televisiva fue más variada y destacable ante el nuevo abanico que representaron las privadas en su competencia con TVE?:

Efectivamente. La llegada de los canales privados es un periodo muy interesante porque es una era de conocimiento, de descubrimiento de lo que nos deparaban esas televisiones. Nuevos programas, series, películas, informativos… Y, a su vez, una época de reposiciones de míticas series, una oportunidad inmejorable para grabar en VHS joyas que apenas son recuperables hoy día, por tema de doblajes. Algo parecido ocurrió ya en el nuevo siglo con Cuatro. Una mezcla perfecta entre lo nuevo y lo viejo y una gran ilusión por ver qué nos ofrecían al encender el televisor.



¿Te sorprende la cantidad de problemas técnicos que tuvo que afrontar Antena 3 en su primer año de emisión en espacios como los informativos de Jose María Carrascal?:

Por un lado sorprende que se cometieran fallos tan curiosos como que el presentador de las Noticias Luis Herrero llegara tarde al directo porque estaba en un atasco. Pero lo cierto es que el nacimiento de un canal suponía mucho más esfuerzo del que imaginamos. No había más experiencia que las autonómicas y era muy complicado que tantas emisiones, muy especialmente las no grabadas, salieran bien. Son muchos detalles que necesitan de una gran infraestructura para una organización correcta. Hoy día es muy habitual ver gazapos en todas las cadenas. Más aún en 1990.


¿Cómo viste la mejora de Antena 3 en 1992 para poder competir con la programación festiva y de puro entretenimiento que representaba Tele 5 en sus comienzos?:
El libro recoge ese gran cambio en la historia de Antena 3. El propio Manuel Campo Vidal consideró la anterior etapa de la cadena como bastante pobre. Realmente había sido A3 Radio trasladada a la televisión. No en vano su logo rojo/blanco era el mismo, la sintonía de los informativos era la misma y sus locutores, Nieves Herrero, Balbín o Antonio Herrero compaginaban la emisora con sus nuevos programas. Por eso el fichaje de Encarna Sánchez, meses después, desentonó bastante al ser de la competencia.

¿Qué te pareció que el Tele 5 de Valerio Lazarov recuperase a celebridades ya retiradas o algo olvidadas como Laura Valenzuela, Carmen Sevilla, Jose Luis Coll, Juanito Navarro, Quique Camoiras, Mary Santpere o Simón Cabido?:



A mí me pareció una idea muy interesante porque fue darle una gran oportunidad a personas o personajes que habían caído en el olvido o que estaban retirados y así poder revalidar sus trayectorias. Javier Basilio o Jesús Puente tuvieron un gran reconocimiento, que les hizo ganar un dinero que en la actualidad reciben otros personajes como Belén Esteban o Kiko Matamoros. Muchos vivieron años de bonanza económica y de idolatría de su público que muchas estrellas nacidas hace cinco o diez años quisieran volverlo a tener algún día. La fama es efímera y Lazarov le dio una segunda oportunidad a gente con la que había trabajado dos décadas atrás.

¿Cómo recuerdas a la nueva generación de presentadores que surgieron en la cadena, como Jesús Vázquez, Penélope Cruz, Inma Brunton, Kike Supermix, Natalia Estrada, Belén Rueda, Andoni Ferreño o Aranxta del Sol?:

Tele 5 dio la oportunidad a gente que no conocíamos de nada, buscados a través de numerosos castings. Por lo general hubo una elección muy acertada, con chicos y chicas muy naturales, muy guapos y guapas y con mucho desparpajo. Nombres como los aludidos y otros como Beatriz Rico o Loreto Valverde supieron transmitir emoción y divertirnos con mucha frescura. El 90 fue el relevo generacional. Tenían que apostar por estrellas clásicas y no hubiéramos aceptado sólo gente nueva. Una vez que la cadena iba teniendo rodaje ya entraban mejor las nuevas caras, incluso compartiendo plano, tipo Jesús Vázquez y Concha Velasco, pese a las tensiones que había detrás…

¿Te resultó curioso el baile de presentadores entre cadenas con nombres como Jesús Hermida, Emilio Aragón, Concha Velasco, Pepe Navarro, Mercedes Milá, María Teresa Campos o Jesús Puente?:




En su momento se veía como una traición. Que una estrella se fuera a otra cadena no estaba muy bien visto. Cuando oías a profesionales como la Campos hablar y promocionar “La Primera” y, de repente, la escuchabas hablar de Telecinco y defender sus espacios o informativos como los mejores, chirriaba. Pero al final te das cuenta de que la televisión es una empresa más, como cualquiera de los trabajos que tenemos cualquier currito. Y hoy trabajas para alguien y te parece lo mejor y si te ofrecen más, o te echan, ya no formas parte de aquella empresa, sino de la nueva. En algunos casos, sus trayectorias variaron de una manera sorprendente. ¿Qué hubiera sido de Isabel Gemio si en el 92 hubiese seguido en TVE haciendo programas efímeros como “Arco del triunfo” o “Acompáñame” y no hubiese fichado por Antena 3?



Fue un tiempo en el que a las guapas azafatas del “Un, dos, tres” les salió competencia con la llegada de “Las Mama Chicho”, “Las Cacao Maravillao “Las Chicas Chin Chin”, “Las Oquettes o Las Chicas Glu Glu”. ¿Cuáles eran tus favoritas?:

Mis favoritas fueron las azafatas del “Un, dos, tres”. Especialmente las de la temporada 92-93 fueron muy completas, bailaban de maravilla, eran muy simpáticas y muy guapas. Carolina, además coreógrafa, Marta de Pablo, María Abradelo, Alejandra, Lucy y Mayte. Si repasamos algunos números musicales que hicieron, como el de “Los concursos”, no habría que decir más de su valía. Algunas continuarían en “El semáforo”. Después estarían las Oquettes, chicas con gran desparpajo, interpretando la sintonía de “El gran juego de la oca” de tal manera que a día de hoy no nos las despegamos de la memoria. Sexys y excelentes bailarinas. Raquel Meroño, de “Uno para todas” también fue una chica de gran talento.

Otra tendencia habitual quedó clara en la proliferación de programas donde abundaban las pruebas físicas, como el norteamericano “Gladiadores americanos”, “Qué apostamos” y "El gran juego de la oca". ¿Por qué piensas que fracasaron otros formatos parecidos como “Scavengers” o “La noche de los castillos”?:

Todas las modas de los 90, y el libro quiere ser un continuo homenaje a ellas, tenían un punto álgido y un punto bajo. En el tema de los grandes programas de pruebas físicas, Ramonchu y Ana Obregón consiguieron el top, y “La batalla de las estrellas” le siguió la estela muy bien. “La Oca” nos dejó helados tanto por las pruebas como por el decorado. Pero en la guerra tenía que haber perdedores y todos los que quisieron ir por esa línea no consiguieron revalidar el triunfo. Ni “Valor y coraje” de Constantino Romero (que tuvo que suprimir su parte de concurso para quedarse en un reality de sentimientos), ni el “Scavengers” de Bertín Osbone, ni “La noche de los castillos”. La moda de esa época ya era de los programas de inocentadas y de humor, y ese tipo de concursos ya no estaban entre los preferidos.

Sobre los formatos de humor, hubo de mucho estilos, desde los concursos con chistes de “No te rías que es peor” y “Genio y figura” (con las muletillas de Chiquito de la Calzada), las cámaras ocultas de “Objetivo indiscreto” e “Inocente, Inocente”, Alfonso Arús con sus "Vídeos de Primera" y sus parodias de “Al ataque” (sin olvidar las entrevistas de Javier Cárdenas a Carlos Jesús o a Cesáreo, el niño del mechero), la presencia fija de Cruz y Raya, Los Morancos y Mary Carmen y sus muñecos, el debut de Florentino Fernández en “Esta noche cruzamos el Mississippi”; El Señor Galindo, Mariano Mariano y Manel Fuentes en “Crónicas marcianas”, o el sarcasmo de “Caiga quien caiga”. ¿Qué es lo que más te hizo reír?:

Personalmente disfruté mucho con el “Objetivo indiscreto” de Salas y Summers, dos de los mejores nombres de la historia de nuestra tele. Combinar las cámaras ocultas con el ingenio de estos dos “locos” fue una estrategia muy acertada de TVE, que sobrepasó los 6 millones de espectadores en sus primeras semanas. “Al ataque” fue una genialidad de Antena 3 y de los responsables del programa. La charla sobre actualidad resulta insuperable. Los shows de Mary Carmen y sus muñecos, especialmente “Ay, vida mía”, estuvieron a la altura de “las horas de…” americanas en las que un artista protagoniza su programa semanal de gags y música con personajes invitados. Y las Omaítas siempre me atrajeron más que Cruz y Raya.




¿Qué te parecieron otros programas de humor de corta vida, pero ya de culto como "El orgullo del tercer mundo" o "Gomaespuma"?:
Aquellos programas son un gran legado de la historia de la televisión. Faemino y Cansado crearon un show de culto en sala de fiestas. Totalmente imperecedero. Si se emitiera en la actualidad, los espectadores que desconocieran el pasado catódico podrían pensar perfectamente que se ha realizado esta semana (tipo sketches de Gila). Humor inteligente y puro relax para desconectar de los problemas. Igualmente con los muñecos de Gomaespuma en Tele 5. La tele de los 90 nos ha dejado unos juguetes, a lo “Ciudadano Kane”, con los que disfrutar eternamente.




¿Piensas que el tratamiento poco sensacionalista de Chicho Ibáñez Serrador y Elena Ochoa y su “Hablemos de sexo” fue injustamente vilipendiado?: 

En concreto con “Hablemos de sexo”, la audiencia y los medios lo recibieron muy bien. Incluso ganó el premio Ondas. Fue una revolución para la época y Chicho lo llevaba ofreciendo a la cadena desde finales de los años 70. Ya era el momento de hablar del tema sexual con naturalidad y la doctora Ochoa fue la precursora, la que nos hizo perder la virginidad. No así ocurrió con “Luz roja”, lo que sería la continuación en 1994. Posiblemente se trataron temas más escabrosos, más allá del sexo. Pero no fue tratado de manera justa debido a que llegó a la vez que el “Esta noche, sexo” de Isabel Gemio. Allí se trató solo un tema y hubo marcas que retiraron su publicidad. También lo hicieron del de Chicho por efecto contagio, pero no fue justo. Habían tratado, y por primera vez, cosas tan necesarias como los malos tratos.

¿Qué opinión te merecía un programa tan singular como fue "Las noches de tal y tal"?:



En aquella década se extralimitaron algunas normas en el medio. Posiblemente el programa de Jesús Gil y Jeannette Rodríguez fue uno de los ejemplos más peculiares de la época. El señor Gil se hizo con más poder del que merecía y se sintió el rey del mundo con un púlpito semanal. Aderezado de entrevistas y humor, el hecho de que no se realizaran más entregas pese al éxito de audiencia, dejó claro que no fue uno de los grandes aciertos del 91. Lo único bueno que se puede desprender de aquel invento fue ver en Marbella, y pocos meses antes de fallecer, al mismísimo Benny  Hill junto al alcalde de vida alegre.

En el ámbito deportivo y cultural, ¿qué destacarías de la amplia cobertura de TVE dedicada a Barcelona 92 y la Expo de Sevilla?:





El año 1992 fue crucial para la televisión de aquella época. No sólo porque toda la programación se inundó de programas monotemáticos sobre la Expo y los Juegos Olímpicos, sino porque la variedad de canales nos permitió huir de todo aquel impacto en momentos de agobio. Mucho cine, programas como "El huevo de Colón" y concursos varios nos amenizaron los ratos libres que nos dejaron nuestros maravillosos deportistas patrios. Cobi y Curro fueron llevados al zoo demasiado pronto.

¿Qué recuerdas de la frescura aportada por programas innovadores de Canal + como “El día después” o “Lo + Plus”?:

Canal + ofreció una programación muy interesante durante todos los años 90. “El día después” podía gustar a los no seguidores del fútbol porque también había humor con “Lo que el ojo no ve”. Estaba muy bien realizado, con mucha elegancia y unos presentadores muy desenvueltos, especialmente Michael Robinson. En el caso de “Lo + plus” hablamos de uno de los mejores programas de toda la historia de nuestra televisión. Disfrutar de entrevistas a gente número 1, en directo, y salpicadas por secciones tan curiosas como el “zapping” con lo mejor y peor del día anterior en todas las cadenas, unos guiñoles que parodiaban temas tan escabrosos hasta entonces como la política, o las novedades y curiosidades del cine, con Ana García Siñeriz, fue un absoluto lujo. Se sacaba jugo al invitado, como Anthony Hopkins. Y la pareja Máximo Pradera-Fernando Schwartz fue perfecta, savia nueva vs veteranía.

¿Cómo viviste el fenómeno fan de “Sensación de vivir” y “Melrose Place? ¿No crees que fue algo decepcionante que en lugar de los anunciados Jason Priestley y Luke Perry, al final fueran Ian Ziering y Brian Austin Green los que aparecieron en programas como “Tutti Frutti o “Vip Noche”?:


Es verdad que Jason y Luke eran los protagonistas pero tenían tantas citas por el mundo a las que acudir que la visita de Ian y Brian tampoco estuvo mal. Nos dio simpáticos posters, como el de Tele Indiscreta junto a Emilio Aragón, y reportajes como los de Super Pop, en el que llevaron de paseo por Madrid a Ian junto a Alejandro Sanz. Además eran muy guapitos y sus numerosas fans agradecieron la visita tanto como si hubieran venido los protas. Los secundarios siempre han sido muy importantes en la historia del cine y la tv, y sin ellos tampoco se valoraría tanto a los principales.

Aquí también tuvimos nuestras alternativas patrias algo tardías, con “Al salir de clase”, “Compañeros” o “Nada es para siempre”. ¿Las seguiste con fidelidad?:




Para nada. Posiblemente es por lo que me interesa más la televisión de primeros de los 90. Mi corte está en la mitad de los 90. En aquellos primeros años, de “Telemaratones”, galas de otoño, mitos y grandes títulos se encuentra la tele de mi pasado, la que disfruté siendo un adolescente. La de finales de la década ya no me representa. No seguí ninguna de aquellas series para jóvenes porque no reflejaban mi realidad ni me atraían sus tramas, pese a que analizando la tele desde una cierta objetividad, he de reconocer que sí fueron grandes productos para su público, con numerosos premios y apoyo de la audiencia. Pero yo estaba en esos momentos metido en “El súper. Historias de todos los días”, que me atrajo mucho por sus personajes, como nuestro JR patrio, el gran actor Andrés Resino, y la moda de los programas del corazón, como “Tómbola”.

¿Crees que series menos procedimentales, con tramas más complejas y una mejor factura como “Twin Peaks” o “Expediente X” fueron las que abrieron el camino del nuevo concepto de series del siglo XXI y por eso volverán en 2016 y 2017?:



Totalmente. El comienzo de los 90 nos dio un tipo de serie americana de la que han bebido todos los grandes éxitos que hemos conocido desde entonces. De hecho, esa televisión no ha sido superada nunca. Por eso, ese ánimo de recuperar los títulos que triunfaron hace dos décadas para las nuevas programaciones. La clave estuvo en tramas con una continuidad muy necesaria, con una gran atracción y una capacidad de mover masas. Lo que sería una delicatessen. Hubo otras que no conectaron tanto al público en nuestro país pero que abrieron la veda a ese estilo de serie de cuidada factura, más propio de cine que de tv. “Picket Fences”, “Doctor en Alaska”, “Policías de Nueva York”… iniciaron el camino de “Perdidos”, “Los Soprano”…

Salvo excepciones como “Friends” o “Ally McBeal”, a mitad de la década fue habitual que series norteamericanas de gran éxito como “Urgencias”, “Picket Fences”, “Policías de Nueva York” o “Spin City” no encontrasen un hueco entre la audiencia española. ¿Crees que fue debido al boom de las series nacionales con “Farmacia de guardia” o “Médico de familia a la cabeza?:

Sí. Recurro de nuevo al efecto de las modas. La audiencia se fue acostumbrando año a año a las sitcoms españolas y al buen hacer de los actores de nuestro país. Tanto de los protagonistas como de esos episódicos a modo de cameo en cada capítulo. “Farmacia de guardia”, “Chicas de hoy en día”, “Lleno por favor” o “Médico de familia” fueron arrastrando unas audiencias o unas valoraciones por parte de la audiencia y los medios que no eran las habituales. De hecho, hay decenas a finales de los 80 que nadie recuerda porque no estaban en su momento. El comienzo de los 90 costó pero hacia la mitad tenían el terreno ganado. Así que las americanas se veían como algo bastante alejado a nuestra idiosincrasia y fueron recuperando terreno en el nuevo siglo.


¿Piensas que “Batman: la serie animada” es la mejor serie de animación de superhéroes de la historia de la televisión?:



Desde luego que es de una gran calidad. Su animación fue muy sorprendente para la época. Fueron legión sus seguidores tanto en Canal + como en Tele 5. A recuperarla.

¿Por qué crees que “Los Simpson” no terminó de calar en su emisión en TVE como si lo hizo en Antena 3?:



TVE la desperdició sin quererlo. De primeras tanteó su estreno en la noche de La Primera, un domingo, con aquel capítulo de “la baby-sitter”. No parece que respondiera a las expectativas generadas y continuó en La 2 dentro del programa “Stress”. Ni la cadena ni el horario fue el acertado. Posiblemente en TVE1 y después del Telediario hubiese tenido mejor repercusión. Y tampoco ese vagar por las dos cadenas, en programas tan variados como “Pinnic”. Era difícil de seguirla y de disfrutar de su continuidad. Antena 3 parecía seguir por el mismo camino, ubicándola en mil horarios, de mañana a tarde, hasta que un día se le ocurrió probar con los mediodías. Pero, hasta eso, tuvieron que pasar bastantes años…


Como ejemplo de engaño televisivo de la década cabe destacar la falsa promoción de Antena 3 para los nuevos episodios de “Las aventuras del joven Indiana Jones”, donde se trató de engañar a los telespectadores publicitando únicamente las escenas del episodio “Música y gángsters” con Harrison Ford, cuando éste sólo realizaba un breve cameo. ¿Qué te parece que se utilizaran esas técnicas tan mezquinas para captar audiencia?:

Esas estratagemas son parte del ingenio de las cadenas por vender un producto que a veces no genera tanto interés como se desearía. La serie venía precedida del éxito de la saga cinematográfica pero eso no aseguraba un éxito de audiencia, como demuestran otros ejemplos tipo la serie de “Dirty Dancing”. Por lo que vendernos la moto de que fuéramos a disfrutar casi de una película completa de “Indiana Jones” daba un rendimiento muy efímero. Normalmente la gente no picaba. Tele 5 lo usó bastante con ese final definitivo de “Sensación de vivir”… hasta que acababa el capítulo y decía que en septiembre continuaba…

¿Qué te parece la curiosa historia del actor Rob Stewart, protagonista de “Calor tropical”, que fue considerado un héroe debido las constantes emisiones de la serie en la Serbia de los difíciles tiempos de Slobodan Milošević?:




Es la esencia de la “Telepasión”, del título del libro. Telepasión es que nada se pueda asegurar al cien por cien, ni un éxito ni un fracaso. Todo es posible. Que una serie que arrasa en USA pase sin pena ni gloria aquí, que un cantante que vuelve loca a la masa sea absolutamente olvidado una temporada después. O que Rob fuera un héroe, o que “Los ricos también lloran” volviera loca a toda Rusia en el 92 cuando llevaba años detenida su grabación.

¿Piensas que se abusó demasiado de reposiciones de episodios de series como “Benny Hill”, “Padres forzosos”, “El príncipe de Bel Air”, “Cosas de casa”, Salvados por la campana o “Los vigilantes de la playa?:




Sí, sí y sí. Todas las cadenas encontraron un filón en las reposiciones. Recuerdo que en el verano del 95 se hizo un estudio y había multirepeticiones en todas las teles de series clásicas o modernas. Incluso “Verano azul” se emitió dos veces seguidas. Un jueves iba el último capítulo y, al día siguiente, ya iba el primero de nuevo. Antena 3 fue una de las más insistentes. Sus series no se detenían nunca, especialmente “El coche fantástico”, “El equipo A” o “El Príncipe de Bel Air”. Sus mayores fans se sabían al dedillo hasta los diálogos. Fue una lástima que se rayaran hasta la extenuación mientras otros seriales nunca se recuperaron tipo “El planeta de los simios”, la serie “Wildside” u “Otro mundo”. Pero si la audiencia era fiel, ¿para qué cambiar?

¿Crees que en la actualidad habría hueco para espacios de cine temáticos como “Noche de lobos”, “Alucine”, “Mis terrores favoritos” o el entrañable “Cinturón negro?:

La cuestión es si nosotros nos acostumbramos a lo que nos ofrecen o debemos exigir una mayor variedad en nuestra televisión. Hace una década las cadenas se acostumbraron a unas parrillas que parecen inamovibles. Hoy día parece impensable una película en la mañana de La 1, una telenovela a las 21h, un magazine sin corazón a las 4 de la tarde, un programa de chistes antes del Telediario 1 o un programa infantil a las 6 de la tarde. Igualmente resulta raro imaginar que A3 emitiera cada domingo un “Noche de lobos” pero Cuatro nos acostumbró a “Cuarto milenio” y ahí sigue. Deberíamos recuperar esos ciclos de cine de terror o de acción (incluso a Coral Bistuer). La Sexta 3 siguió esa estela de alguna manera y funcionaba como un tiro. Se echa de menos.

Dada la fuerte competencia entre las cadenas, en espacios de cine como “La película de la semana”, “Cine 5 estrellas” o “El Peliculón”, se empezaron a programar películas mucho más recientes respecto al estreno cinematográfico (entre tres y hasta dos años), algo que se mantiene en la actualidad (que se han llegado a emitir largometrajes en abierto a un año de su estreno). Aunque esto fuera beneficioso para los telespectadores, ¿crees que esta tendencia restó algo de magia al concepto de ser un gran evento imprescindible como fue la emisión de “Superman” en 1985, convocando a tantos millones de espectadores?:

N!xau, protagonista de "Los dioses deben estar locos" (1980).
Sin duda. La televisión de los 90 se fue acercando cada vez más a los estrenos cinematográficos. Los 80 fueron años en los que los niños y jóvenes disfrutamos con los hermanos Marx, Harol Lloyd o Rocío Dúrcal. Podíamos descubrir la filmografía de Paul Newman y de Paco Martínez Soria. El concepto de cine era más propio de los amantes del clásico. En los 90 se buscaba competitividad, ofrecer el mejor producto, el más cercano y comercial. Lo que arrasaba era lo más conocido… aunque no siempre. Recuerdo las audiencias de unas locuras como las dos entregas de Los dioses deben estar locos” (1980 y 1988) que nunca entenderé que se colaran entre los más vistos. Y, sin embargo, La guerra de las galaxias (1977) nunca encontró grandes datos. En los primeros 90 también nos paralizamos para ver, sobre todo, las películas de Año Nuevo o de Reyes. Y “Cine de barrio” supo acercarnos a nuestro propio cine. Una película de Manolo Escobar arrasando en audiencia resultó absolutamente novedoso.

La oferta televisiva infantil con rarezas como la emisión de “Campeones” compitiendo con la segunda edición del “Telediario”, fue muy atractiva con programas como “La guardería”, “La merienda”, “El Superjuego”, “Superguay”, “Hablando se entiende la basca”, “Xuxa Park”, “Hugolandia”, “Club Disney”, “Cajón desastre”, “El gran circo de TVE” o “Pinnic”. ¿Crees que a la televisión actual le faltan programas infantiles que no sean simples contenedores de series?:




Totalmente. Aunque creo que tampoco llegarían a conquistar a la audiencia como hicieron aquellos espacios. Porque también es importante el contexto, la época, cómo éramos entonces. Recuerdo que un sábado por la tarde de 1990 el “Club Disney” era una oferta familiar, no solo infantil. Los dibujos animados de “Patoaventuras” se acompañaban de un interesante mix de juegos, reportajes, charlas o actuaciones musicales. Los programas nombrados fueron pura diversión. Pasar una tarde con el “Vip Guay” o comer mientras echaban “A mediodía alegría” con series como “El perro de Flandes” era pura diversión. Éramos más inocentes y nos tragábamos “La familia Munster, hoy” o el concurso “Queridos padres” con gran disfrute y atención. Sin un móvil que sonaba cada momento, sin preocupaciones graves ni cosas por twittear. No estábamos locos por buscar el fallo ni reírte por el error sino por aprenderte la letra de una canción o por grabarte en vídeo tal película de estreno o el videoclip de tu artista favorito.

¿Crees que series de animación japonesa como “Bola de Dragón”, “Los caballeros del Zodíaco” o “Ranma ½” fueron perseguidas en exceso por las asociaciones de padres?:




Desde luego que sí. Aquellas series fueron una revolución en el medio, a lo que estábamos acostumbrados. Hasta entonces eran animaciones muy tradicionales, muy sanotas, y no sabíamos que había otro tipo de dibujos, que trataran la realidad con un humor más sarcástico, más adulto o cercano a la acción con personajes de carne y hueso. “Bola de Dragón” fue todo un fenómeno en algunas Comunidades Autónomas, especialmente en Cataluña. Y de “Los caballeros del Zodiaco” no hay que ver más que el seguimiento que tiene hoy día entre fans. Nacieron continuaciones y nuevas ramas dentro de sus propias series y eso no lo consiguieron otras producciones destinadas al mundo infantil tipo “Los Fruittis”.

Salvo excepciones como las actuaciones de Azúcar Moreno, Sergio Dalma o Anabel Conde, ¿crees que los poco atractivos representantes elegidos por TVE fueron los causantes del desinterés en España por el Festival de Eurovisión en los 90?:




Desde luego que sí. Los nombrados, junto a Marcos Llunas, hicieron un papel maravilloso y que ha quedado para la historia. Nos hicieron sentir que casi ganábamos. Pero hubo decisiones de representantes que no tienen un pase. En concreto, Antonio Carbonell fue una de las peores propuestas que podíamos llevar. Por un lado, porque ese estilo no pegaba absolutamente nada en el festival y, por otro, porque no íbamos acorde con la música que sonaba dentro y fuera de nuestras fronteras. Mikel Herzog, Alejandro Abad, Eva Santamaría o Lydia tampoco fueron aciertos. Aunque debo decir que Serafín Zubiri sí hizo una gran actuación, injustamente valorada. La canción era muy bonita y su interpretación al piano merecía mucha mejor posición.

¿Fuiste de los incautos que se pasó a la televisión interactiva con los efímeros TeleTrébol y TelePick?”:

Gracias a dios no, porque hubiera tirado 50.000 pesetas a la basura. Sí recuerdo que me interesó mucho la propuesta, especialmente el TelePick porque yo era muy de TVE por entonces. Pero el aparatito no estaba a disposición de todo el mundo, especialmente si ya te habías comprado hacía poco un vídeo, eso suponía un gasto extra que no todas las familias estaban dispuestas a soltar. Pero era participación. Si no lo tenías cuando el presentador o voz en off te animaba a jugar, a marcar el botoncito colorido y poder llevarte un jugoso premio, tenías la sensación de estar fuera de onda. Luego te darías cuenta de que el premiado era el que no se hubiera gastado la pasta…


¿Qué te pareció que Cuatro recuperase en sus comienzos formatos clásicos como la reposición de “Humor amarillo” o las nuevas etapas de “Pressing Catch”? ¿Veías "Las chicas con las chicas" en Tele 5? ¿Cuáles fueron tus luchadores  favoritos?:

Me pareció una idea maravillosa. Me tragué casi todos los clásicos que recuperaron, especialmente cosas como “Los Roper”, “La pantera rosa” o “Galáctica”. Sí veía aquellos espacios de lucha libre con humor aunque tampoco era un seguidor incondicional. Hulk Hogan era uno de los que más me sorprendía, seguramente la extravagancia me llama.


¿Crees que Antena 3 y Tele 5 deberían recuperar sus antiguos programas en sus respectivas webs o en canales temáticos?: 


Parte de ellos sí. Tendemos a mitificar las cosas que nos gustaron cuando las vimos de peque. Y tal vez no sea bueno abusar de la nostalgia. Pero una selección de programas, y especialmente, de sus programas resumen de finales de temporada posiblemente nos devuelvan los mejores recuerdos de aquellas cadenas. Pero ver todos los programas de “Qué gente tan divertida” o “El Gordo” reste peso a la idea de ¡qué buenos programas veíamos!

¿Piensas que el éxito de programas ya veteranos y aún en emisión como “Gran Hermano”, “El intermedio” o “El hormiguero” impiden que sea posible analizarlos con nostalgia en un libro sobre la televisión del 2000 al 2009?:

No sólo porque estén en emisión sino porque creo que la televisión de nueva era es otra cosa. Recordar la historia de “A tu lado”, “Salsa rosa”, programas de testimonios de TVE, “Buenafuente”, “Cada día” o “El buscador de historias” elimina toda sensación de emotividad y nostalgia. Creo que aunque pasen dos décadas, los 2000 son otro estilo. Evidentemente se pueden sacar muchas cosas buenas, y desde luego que se puede analizar como televisión que se emitió, pero su análisis es diferente. Son miles de programas con formatos efímeros y sin impacto emocional. Por más que lo intento, ni “Identity” ni “La noria” me producen esa motivación.

Algo similar ocurre con algunos espacios que comentas en el libro y que aún vemos, como es el caso de “Saber y ganar” o “Cine de barrio” ¿Cuáles crees que han sido las claves de su prolongado éxito?:



Sus fórmulas han sido muy inteligentes. Un programa cultural que roza la familiaridad y con un toque de humor. Y un programa que ameniza la emisión de una película con los actores que la protagonizaron. Es verdad que en términos de audiencia, especialmente con el segundo, posiblemente hace mucho tiempo que habrían desaparecido pero su línea familiar y el buen trabajo que hay detrás les han hecho casi inmortales, tipo “Informe semanal”.

También encontramos programas más actuales que nos recuerdan a fórmulas de los 90 o primeros 2000 como “Tu cara me suena”, una versión con famosos de “Lluvia de estrellas”; “Hay una cosa que te quiero decir”, una alternativa low cost a los programas de Isabel Gemio tipo “Sorpresa, sorpresa” y "Hay una carta para ti" o “¿Qué me dices?”, que era una visión más amable del execrable “Aquí hay tomate". ¿Qué opinas de este tipo de actualizaciones televisivas?:



Cuando se recuperan los formatos pero se saben actualizar, está bien. Creo que “Hay una cosa que te quiero decir” sí fue una buena versión de “La carta”, y “Tu cara me suena” es una dignísima herencia de “Lluvia de estrellas”. Los castings de programas de talentos no dejan de ser un reactualización de cosas como “El semáforo”. En lugar de que el público abuchee, la figura del juez de turno es quien le canta las cuarenta al participante. No tardará en hacerse una versión de “La parodia nacional” con famosos analizando con humor la actualidad, o un “Esta noche cruzamos el Mississippi” con un showman cerrando la noche en un mix de sexo y humor, un cocktail que puede volver a dar juego como ocurrió con programas tipo “TNT”.

¿Crees que parte del germen de la telebasura actual viene de formatos como “La máquina de la verdad”, “Código Uno”, o el tratamiento de los crímenes de las niñas de Alcácer en “De tú a tú”? ¿Piensas que fue un contraste respecto a la mayor sobriedad con la que Paco Lobatón trató temas similares en su “¿Quién sabe dónde?”:

Sí. Aquello fue el comienzo del tratamiento de la actualidad social y lacrimógena. Encender la tele cualquier mañana y encontrar a Ana Rosa, Mariló y Susanna Grisso analizando cada caso de crónica de sucesos, con testimonios ocultos en sombras, voces modificadas, cámaras ocultas, etc es lo que ha quedado de aquellos programas y de otros como “Misterios sin resolver” o “Al filo de la ley”. Quienes criticaron aquella tele de sentimientos crudos ahora la tienen (o la hacen) a las 10 de la mañana, justo cuando en aquella época se podía ver a Fernando Carrillo y Kim Manning conduciendo un concurso llamado “El show de la 1ª” o se ofrecía el serial “Santa Bárbara”.


Al margen de tu admiración hacia Raffaella Carrá ¿a qué otros presentadores de los 90 recuperarías en la televisión española actual?:


Míriam Díaz Aroca se merece otra oportunidad como gran presentadora. Creo que hace muchos años que no la vemos de una manera regular, desde un musical en busca de talento llamado “Empieza el espectáculo”, y tiene una gran valía y capacidad como comunicadora. Especialmente en programas de entretenimiento y concursos es una número 1 que fue desplazada por nombres como Anne Igartiburu. También incorporo a la lista a Enrique Simón, Elisenda Roca o Consuelo Berlanga. 



Me da pena que haya grandes presentadores que nunca más lo volverán a ser por la fuerza arrasadora del medio, el relevo hacia las chicas guapas tipo Cristina Pedroche, etc, pero que no tienen mayor peso. Véase lo que ha quedado del fenómeno Pilar Rubio.

¿Cómo has visto los recientes debates políticos televisivos en comparación con los se que llevaron a cabo con Felipe González y Jose María Aznar en 1993?:

El cara a cara entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy era una especie de réplica al de hace 22 años, y no sólo porque Manuel Campo Vidal permaneciera impertérrito pese al tiempo que los separa. No resultó aburrido por el rifirrafe entre ambos candidatos pero la fórmula se ha quedado pasada de moda. Sin embargo el día de los 4 principales líderes sí fue una noche apasionante y un tipo de debate que seguramente sea necesario desde ahora para siguientes elecciones generales. Rápido, pese a las dos horas y pico de duración.

Con las Navidades a la vuelta de la esquina, ¿Qué edición de “Telepasión” y qué especial de Nochevieja de Martes y 13 crees que fueron los mejores?:


La mejor “Telepasión” fue la primera. Por un lado por las actuaciones musicales, muy celebradas y no abusivas, que contenía. Porque no sólo se trataba de que los presentadores cantaran sino de mostrarnos cómo se hacía TVE y los resúmenes de mejores momentos del año. La cancioncilla de “Que no se acabe el mundo” tuvo mucho de significativa ya que la Guerra del Golfo nos metió el miedo en el cuerpo y se llegó a temer por el fin del mundo. El resto de Telepasiones ya sólo era cantar, cantar y cantar. Algunas muy buenas, pero debieron añadir esos resúmenes anuales, que hoy día serían joyas para analizar la década a modo de anuario visual. Martes y 13 llegaron a su cumbre con el “Venga el 91”, que fue unánime en críticas positivas, con las monjas estirando las piernas, Millán cantando lo de “Soy maricón… de España”, la “Atina Turner”, el “Hablemos de eso”, la azafata del “1,2,3” tocando en los timbres, el café “tacilla” y tantos otros momentos que nos sabemos de memoria. Por cierto, los dos especiales se emitieron la misma noche. Tras el “Blue moon” de Julia Otero, llegaron Josema Yuste y Millán Salcedo.


¿Qué te parece que TVE haya decidido a recuperar “Telepasión” para este año?:

Me parece muy buena idea. Realmente no ha estado ausente tanto como creemos porque hubo “Telepasión” hasta hace una década, luego hubo alguna versión sin usar ese nombre, un resumen con Anne Igartiburu “Pasión por la tele” y hasta el año pasado hubo una recuperación del formato, aunque sin usar el “Telepasión”. Este año regresa el título… y un libro que tiene la palabreja y que va a reconciliar a cualquier espectador con la tele que vivió en su pasado. Ya sabéis, TELEPASIÓN POR LOS 90.


Y para terminar, responde a estas preguntas breves sobre los 90:

¿Una serie nacional?:  "Chicas de hoy en día".
¿Una serie extranjera?: "Matrimonio con hijos".
¿Una telenovela?: "Abigail".
¿Una serie de animación nacional?: "Los Fruittis".
¿Una serie de animación extranjera?: "Los Simpson".
¿Un programa concurso?: "Supermarket".
¿Un programa musical?: "Rockopop".
¿Un programa de humor y variedades?: "Vip Noche".
¿Un programa divulgativo?: "Días de cine".
¿Un programa de entrevistas?: "Lo + plus".
¿Un programa de sucesos?: "¿Quién sabe dónde?"
¿Un programa de telenostalgia?: ¿Qué pasó con…?
¿Una serie documental?: "Imágenes prohibidas" (la historia de la censura, de Vicente Romero).
¿Un programa de éxito que odiabas?: "Genio y figura".
¿Un programa fracasado al que hubieras dado una segunda oportunidad?: "Sin vergüenza", con Ángeles Martín.
¿Un programa olvidado a reivindicar?: "Objetivo indiscreto".
¿Un anuncio?: Freixenet con Kim Basinger.
¿Una sintonía?: "¿Qué apostamos.?"
¿Una película que te causase impacto en su emisión televisiva?: "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" (1988).
¿Un presentador y una presentadora?: Jordi Estadella y Raffaella Carrá.
¿Un actor y una actriz de televisión?: Paco Rabal y Concha Cuetos.
¿Un director?: Narciso Ibáñez Serrador. 




Miguel Herrero (1978, Valladolid) ha ejercido como crítico, guionista, publico en plató, concursante, comentarista de prensa, blogero, presentador y reportero. Lleva varios años mostrando lo más divertido e interesante en la pequeña pantalla en los programas de Castilla y León TV ("El flashback de la tv", "El retrovisor", "En retina", "El rincón de Miguel", "El Tele-Club" y en la actualidad, las "Historias de la tele"). Cuenta con un blog en las páginas web de la revista Fotogramas y Teleprograma  llamado "El retrovisor" y cada semana analiza el medio desde su espacio "Ya tenemos tele" en Castilla y León Radio, como anteriormente hacía en "Protagonistas" de Punto Radio. "Telepasión por los 90" es su tercer libro tras "ReVisitando los 80" (2013) y "Los 80 responden otra vez" (2014).


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1 comentario:

  1. Excelente entrevista, muy bien elegidas las preguntas y una gran demostración de conocimiento y sensibilidad en las respuestas.

    Enohrabuena. A ver si me llega el nuevo libro para reyes.

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