lunes, 11 de marzo de 2013

ENTREVISTA A AITANA SÁNCHEZ-GIJÓN "LA FUNCIÓN DEL ARTISTA ES NO CALLARSE"

Con motivo del estreno de la obra "Babel" en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife (días 8 y 9 de marzo), pudimos asistir a la entrevista que Aitana Sánchez-Gijón concedió en el Encuentro de Amigos del Teatro Guimerá (7 de marzo), y donde habló sobre diversos aspectos de esta adaptación, así como de su carrera cinematográfica y televisiva.
El reparto de la obra dirigida por Tamzin Townsend se completa con Jorge Bosch, Pilar Castro y Francesc Albiol. Basada en el original de Andrew Bovell, es un thriller de amor, sexo y desengaño amoroso donde los cuatro actores interpretan el papel de nueve complejos personajes en un universo de vidas que se cruzan.
¿Cómo se agradece el éxito de público de la obra en estos difíciles tiempos económicos?:
Cada vez que veo el patio de butacas lleno, me dan ganas de dar un doble aplauso a los espectadores. Dada la situación económica en nuestro país, es realmente sorprendente que esto ocurra.
¿Cómo afrontaste la complejidad de la obra y de qué manera viviste la profundidad al interpretarla?:
La obra es muy compleja, ya que se narran acciones simultáneas, exige mantener un puntito de atención, ya que la historia te sorprende y te descoloca. Va de la comedia casi de vodevil, y luego pasa al drama y al thriller. También hay cuatro monólogos cruzados y todo es un mecanismo de relojería en el que hay que depender de los tiempos para adecuarlos a la otra escena simultánea de la otra pareja. Los actores tuvimos que ensayar muchísimo, y al principio pensé que no iba a ser capaz de afrontarla.
¿Cómo se afronta el directo del teatro?:
Es un vértigo, es como salir a una plaza de toros. Hay que estar muy alerta a cualquier error técnico o humano, y si esto pasa afrontarlo de la mejor manera. Yo algunas veces me he visto obligada a improvisar.
Desde tu experiencia personal, ¿sentiste la vocación actoral desde niña?:
En mi caso sí, desde pequeña me sentí atraída por la interpretación, y me madre me llevó al Teatro María Botella, donde empecé a colaborar. También trabajé con Alicia Hermida en el teatro itinerante La Barraca, encargado de representar textos de Lorca en los pueblos, y yo era como la mascota de la compañía, me lo pasaba muy bien. Luego empecé a trabajar como profesional a los 16, y durante dos años lo compaginé con mis estudios de Filología Hispánica, aunque finalmente dejé la carrera y me centré de lleno en la interpretación. Es un oficio muy serio, estudié historia del teatro y aprendí distintas técnicas de actuación. La verdad es que hay que tener mucha vocación para dedicarse a esto.
¿Cuál es la mayor diferencia entre el cine y el teatro?:
El cine tiene una apariencia más cercana a la verdad, pero la manera de hacer una película es mucho más artificiosa. Por otra parte, el teatro es un mayor reto al ser más directo.
¿Has visto alguna diferencia a la hora rodar en países como España, Argentina o Estados Unidos?:
El cine es un lenguaje universal, y da igual el país en el que ruedes o el presupuesto con el que se cuente, en el fondo la esencia es la misma.
¿Qué supuso para tí trabajar junto a un mito como Anthony Quinn en "Un paseo por la nubes" (1995) de Alfonso Arau?:
Fue una experiencia inolvidable, Anthony Quinn era un hombre encantador y muy pícaro. Era sorprendente verlo en el set a sus 80 años, junto a su hija pequeña Yolanda. Al mismo tiempo era muy profesional, recuerdo una escena en la que tenía que enseñar los viñedos al personaje de Keanu Reeves, y como con sólo unas pequeñas indicaciones ya sabía perfectamente lo que tenía que hacer.
¿Por qué no prolongaste tu experiencia en Hollywood tras finalizar tu participación en esta película?:
Tuve la oportunidad de quedarme, pero no quise. No estaba entre mis ambiciones, y tampoco me apetecía estar lejos de mi familia durante tanto tiempo. De todas formas he tenido la oportunidad de trabajar en películas españolas con proyección internacional como "El maquinista" (2004) de Brad Anderson o "Bosque de sombras" (2006), dirigida por Koldo Serra, y donde tuve la suerte de coincidir con Gary Oldman.
¿Qué recuerdos tienes de tu participación en "El maquinista" (2004)?:
La rodamos en Barcelona, buscando la manera de que tuviese la apariencia de una ciudad internacional. Lo que más me sorprendió fue la brutal transformación de Christian Bale, que perdió 40 kilos de peso para encarnar a su personaje, un hombre que estaba consumido al llevar un mes sin dormir. Lo curioso fue que esto no fue una indicación de Brad Anderson, sino fue idea de Christian, algo que para mi punto de vista fue demasiado extremo. Curiosamente, su siguiente película fue "Batman Begins" (2005) de Christopher Nolan, donde al contrario, tuvo que ganar mucha masa muscular.
¿Cómo fue tu experiencia trabajando en el cine argentino?:
El cine y el teatro argentino es maravilloso, es un trabajo de resistencia, ya que ellos han tenido muchos problemas económicos antes que nosotros, incluso han hecho teatro en la calle o en casas. Guardo un buen recuerdo de mis colaboraciones en este país, fueron películas realizadas en coproducción con España: "Sin dejar huella" (2001) y "La puta y la ballena" (2004).
¿Con qué género te sientes más cómoda?:
Con el drama, aunque hacer comedia es un regalo, algo que me ocurrió con la obra de "Un dios salvaje".
¿Qué te pareció la versión cinematográfica de "Un dios salvaje" de Roman Polanski (2011)?:
Ahora que ya ha pasado algún tiempo, y aunque durante el estreno no me atreví a decirlo en las entrevistas, tengo que reconocer que a pesar de su gran reparto (Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodi Foster y John C. Reilly) me decepcionó bastante, ya que no es tan comedia como la versión teatral.
¿Con qué directores te gustaría trabajar en el futuro?:
En cine con Icíar Bollaín, Gracia Querejeta, Juan Antonio Bayona, Pedro Almodóvar o Alberto Rodríguez (el realizador de "Grupo 7" (2011)). En teatro con los argentinos Daniel Veronese y Claudio Tolcachir.
¿Echas de menos que ya TVE no ruede miniseries tan cuidadas como "La Regenta" (1995)?:
Cuando rodamos esta miniserie lo hicimos en celuloide, afrontando los tres capítulos como si se tratase de una película, y además las piezas de vestuario eran impresionantes. También recuerdo otras series de cuando yo era niña y basadas en clásicos de la literatura española como "Fortunata y Jacinta" (1980) o "Los gozos y las sombras" (1982), que son auténticas obras maestras. Ahora se hace otro tipo de televisión, pero en el terreno de la ficción se están utilizando buenas fórmulas que consiguen conectar con la audiencia.
Como expresidenta de la Academia de Cine Español, ¿qué te pareció que algunos ganadores de los Goya expresaran su opinión política al recoger el premio en la pasada edición?:
Desde siempre, la mayor parte de la gente relacionada con el mundo de espectáculo tiene una ideología que tiende hacia la izquierda. Aunque también puede ser simple evasión, el arte tiene un papel subversivo contra lo conservador, tiene que remover la conciencia y hacer cuestionar al espectador. Por este motivo pienso que es normal que se reflejase la opinión política en los tiempos que corren. Hay quien puede molestarse, pero es algo se debe hacer y están en su derecho de expresarse libremente. Yo si hubiese tenido la misma oportunidad que mis compañeros, hubiera hecho lo mismo. Lo que no entiendo es la Caza de brujas que se hizo en los días posteriores a la gala, pero aún así la función del artista es no callarse.

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