sábado, 1 de diciembre de 2007

ENTREVISTA A ARIEL ROT

Durante el concierto celebrado el viernes 30 de noviembre en el Espacio Cultural de CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Ariel Rot y aprovechando que pudimos asistir al concierto, también hemos incluido una pequeña crónica del evento.
Antes que nada damos las gracias a Agustín Gajate, jefe del gabinete de prensa de CajaCanarias y a los organizadores del evento y como siempre dedicamos esta entrevista a todos nuestros lectores, familiares y amigos.
De nuevo (como sucedió en la entrevista Alaska) el tiempo fue reducido, así que no pudimos profundizar todo lo que hubiésemos querido en la ya larga trayectoria de 31 años de este cantante, guitarrista y compositor argentino hijo de la cantante de música sefardí Dinah Roth y hermano de la actriz Cecilia Roth. Ariel emigró a España en 1976 y luego formó parte de grupos tan emblemáticos como Tequila y Los Rodríguez. Además ha vivido dos etapas como artista en solitario: la primera a mediados de los 80 y la segunda desde 1997 hasta la actualidad.
Tras asistir las pruebas de sonido, a las 20:00 de la noche accedimos al camerino de Ariel Rot y allí nos recibió junto a otros medios de comunicación para responder a nuestras cuestiones con bastante sentido del humor y con un vaso de cerveza en la mano:

Llevas ya más de 30 años en la música, ¿conoces a muchos más artistas que lleven tanto tiempo actuando?:
Pues la verdad es que conozco a un montón de artistas que llevan 30 años, pero el problema es que el público no los conoce, tengo muchos amigos músicos y más de la mitad llevan actuando tanto tiempo como yo, como es el caso de Sergio Makarov o Andy Chango (aunque él no tanto). También ocurre lo mismo con muchos artistas y guitarristas, de hecho en mi local de ensayo que es Tablada 25, hay 18 locales con mucha gente que lleva ahí metida desde los 80, como yo.
¿Has encontrado muchas cosas buenas y malas en este camino?:
Pues la verdad es que malas, te diría que pocas, afortunadamente, cuando las cosas de verdad empezaban a estar mal, lo dejábamos en su momento indicado, de modo, que después de 30 años uno puede echar la vista a atrás y no arrepentirse de nada.
Hoy actúas delante de unas 200 o 300 personas, ¿prefieres un este escenario o un macroconcierto de estadio?:
Es importante que haya intensidad, si un estadio lleno conoce tus canciones y está ahí por ti es maravilloso, no como ocurre en tantos festivales, que unas veces vas y hay muchísima gente pero la energía se diluye. Pero bueno, esta no es mi situación, no soy un artista masivo que llene grandes estadios, así que me encanta esto, además lo de hoy es un formato íntimo y especial, donde prácticamente vamos a hacer casi como si fuésemos músicos de jazz, a salir a reinventarnos arriba del escenario, prácticamente sin red, esta noche será sin ensayos, simplemente conociendo las canciones.
- ¿Te imaginas una entrevista donde no se te pregunte por grupos anteriores tuyos como Tequila o Los Rodríguez?:
Pues me imagino que no, forma parte de mi pasado, son medallas que llevo con muchísimo orgullo y aparte son grupos que han tenido muchísima trascendencia, sería muy triste que repasemos estos 30 años y no haya mucho que recordar.
¿Cómo fueron tus inicios musicales en Argentina antes de llegar a España?:
Tenía 16 años cuando fundé Tequila y todas las canciones o por lo menos la mitad de ellas del primer disco de Tequila ya estaban compuestas en Argentina, yo ya tenía varios grupos. A los 10 años hice mi primer grupo, lo que pasa es que no grabamos, lo grabamos en casa y se perdió nuestra cinta. Junto a un amiguito, él y yo hicimos una ópera que se llamaba "Ópera vida". Después vinieron distintas cosas hasta que me junté con Alejo Stivel y empezamos a componer las canciones que luego fueron parte del repertorio de Tequila.
 ¿Cómo fue tu llegada a España a finales de los 70?:
Cuando yo llegué en el año 1976 aún no existía la Movida Madrileña y estaba todo por inventar, así que para mí la llegada fue muy estimulante, yo venía de un país donde vivíamos con muchísima paranoia, bueno no era paranoia, era miedo, paranoia hubiese sido si fuese infundada, pero no, había motivos muy claros para tener miedo si eras joven, así que para mí la llegada a España significó empezar a respirar libertad.
¿Qué opinas sobre el revival de grupos de los años 80 y 90 que habían desaparecido y ahora han vuelto?:
Yo estoy esperando muy ansioso la vuelta de Enrique y Ana, me los perdí en su momento y opino que si se volvieran a juntar sería uno de esos momentos bizarros y álgidos de la música popular.
¿Qué tal fue tu experiencia en la gira "Dos Rodríguez" de 2006, junto a Andrés Calamaro?:
Fabuloso, el reencuentro con el repertorio, con el espíritu Rodríguez, con Andrés y con el gran público.
¿Cuál crees que es el estado actual del rock en castellano en general?:
Bastante nefasto, sinceramente, yo que viví años gloriosos del rock, me da la impresión de que si sólo escuchas la radio estás perdido.
Minutos más tarde comenzaba el concierto, que como apuntaba el propio Ariel, fue íntimo y acústico. Las luces del recinto se apagaron y únicamente los focos iluminaban al artista (en el centro y escudado únicamente con su guitarra española) y a dos de sus músicos (el guitarra Osvi Grecco y el bajista Mac Hernández).
En el concierto predominaron las improvisaciones y entre las canciones interpretadas figuraron temas conocidos de sus diferentes etapas como"Hasta perder la cuenta", "Ahora piden tu cabeza", "El mundo de ayer", "Hoja de ruta", "Adiós Carnaval", "Confesiones de un comedor de pizza", Bar Soledad", "Debajo del puente", "Eche 20 centavos en la ranura", "Vicios caros", "El vals de los recuerdos" o "Milonga del marinero y el capitán", con los que pudo demostrar su maestría entre las cuerdas de su guitarra.
Al mismo tiempo hubo espacio para realizar versiones insólitas de algunos de sus clásicos, como fue el caso de una versión blues de "Rock and Roll en la plaza del pueblo". El momento más divertido tuvo lugar cuando tras romperse la cuerda de una de sus guitarras y en el transcurso del tiempo en que le trajeron otra nueva, en un alarde de veteranía y naturalidad interpretó la impagable y simpática versión a ritmo de tango de "Mucho mejor", que entusiasmó gratamente a los espectadores, los cuales a lo largo del concierto corearon sus canciones en determinados momentos.  Todo ello se alternó con algunas pausas en las que realizó algunas bromas en las que contó con la complicidad de los asistentes, dando tiempo para que él y sus músicos pudieran tomarse alguna copa en las pequeñas mesas situadas cerca de sus taburetes, o bien cambiar las púas de las guitarras. Tras la despedida y ovación final, regresaron al escenario para interpretar uno de los temas más representativos de "Los Rodríguez":"Dulce condena" y pocos minutos más tarde finalizó este espectáculo de una hora y media que dejó un buen sabor de boca entre el público asistente, y es que se echan de menos "pequeños grandes" conciertos de estas características.

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