Editorial
/ Colección: Timun Mas / Conan
Género:
Fantasía
Edición:
Cartoné
Año
Publicación: 2004
Y al fin Talon
and Bow fue publicada. Fue un gran
momento en la vida de Steve. Se quedaba sentado mirando su nombre impreso, a
veces durante horas, temblando de placer hasta la punta de los dedos. Apenas
creía lo que veían sus ojos, y en algunos momentos temía que solo fuese un
sueño presuntuoso del que no tardaría en despertar.
Post
Oaks and Sand Roughs,
Robert E. Howard
En
1928, la novela Post Oaks and Sand Roughs
(El Rebelde, La Biblioteca del Laberinto,
2011) fue rechazada por Dodd, Mead & Co. Howard no volvería a escribir
ficción realista durante el resto de su brillante (y corta) carrera literaria.
Steve Costigan (alter ego del autor) posee
los rasgos típicos de sus mejores creaciones: fuerte, honesto, viril, solitario,
dueño de una fuerza de voluntad inquebrantable, poseído por tormentos internos
y en lucha constante contra el mundo que lo rodea.
Infravalorada
en la actualidad por los críticos, El
Rebelde constituye una delicia para los fans del texano. En ella
descubrimos la vida de un joven aprendiz de escritor de pulps, sus anhelos íntimos, las amistades que tuvo, los empleos que
realizó, sus primeros pasos literarios, la terrible soledad que padeció, etc.
Todo narrado con la rabia, pasión, fuerza y epicidad que caracterizaría el
estilo posterior que lo llevaría a la fama. Aunque las palabras formen un marco
de ficción, su autor fue incapaz de resistirse a la exploración interna, a
plasmar sobre el papel las ideas, emociones, influencias, demonios y temores
que le carcomían el alma.
Es
una lástima que Howard no continuara por ese camino: El Rebelde es una rara avis
dentro de su nutrida producción literaria. De hecho, siempre he pensado que
deberían haberla llevado a la pantalla en vez de los diarios de Novalyne Price
(El que camina solo, 1996).
Desgraciadamente, tal como ha sucedido con todas las adaptaciones
cinematográficas realizadas sobre sus personajes, ninguna ha estado a la altura
de la obra y mucho menos ha sido fiel a la misma. A diferencia de multipremiada
trilogía del Señor de los Anillos de
Peter Jackson, los estudios no han tenido el coraje de respetar la esencia de las
historias del texano.
Howard
siempre utilizó los mismos recursos estilísticos: protagonistas feroces y
gigantescos, grandes dosis de acción, sangre a mansalva, combates cuerpo a
cuerpo, uso de espadas y la superioridad de la vida salvaje (pura y honesta)
contra la sofisticación de los imperios en decadencia (débiles y degenerados).
Animo al lector a introducirse en la psique de “Bob Dos pistolas” (apodo
cariñoso cortesía de Lovecraft) a través de la novela mencionada: le aseguro
que no lo lamentará.
Aparecida
en marzo de 1923, Weird Tales era una
revista especializada en fantasía, ciencia ficción y terror, que había pasado
por profundas penurias económicas (algo que sucedería durante el resto de su carrera)
obligando a reestructurar su plantilla directiva. Farnsworth Wright, antiguo
ayudante de Edwin Bard, sustituyó a este después de catorce números, haciéndose
cargo de la publicación. Wright trabajó en ella desde 1924 hasta su muerte ocurrida
en 1940. Publicó a autores como H.P. Lovecraft, E. Hoffman Price, Seabury
Quinn, Frank Owen, Robert Bloch, Clark Aston Smith, Paul Ernst, Edmond
Hamilton, Nictzin Dyaltis y, evidentemente, el propio Howard, que recibió su
primera oportunidad profesional en sus páginas.
Durante
1924, el texano había enviado una serie de cuentos cortos y poemas a diversos
fanzines que, dada su inexperiencia como narrador, fueron rechazados en su
totalidad. Obstinado, continuó insistiendo hasta que logró vender Lanza y colmillo (julio de 1925) y En el bosque de Villerèfe (agosto de
1925) por veinticuatro dólares a Weird
Tales. Ambas historias le abrirían las puertas del difícil y competitivo mundo
literario de la época. Meses más tarde, después de empezar una novela corta por
entregas titulada La isla de los eones
que jamás llegó a completar, Howard escribió el relato de 7.500 palabras Cabeza de lobo, secuela de En el bosque de Villerèfe, una obra más
madura que la anterior caracterizada por tratantes de esclavos, fiestas,
maldiciones ancestrales, castillos de regio abolengo y misteriosos crímenes.
Mientras
empezaba a labrarse una carrera como novelista, al joven autor no le quedó más
remedio que aceptar diversos empleos para ganarse la vida, que por un motivo u
otro, nunca llegaron a prosperar. El mundo laboral y el texano no eran
compatibles: este ponía todo su empeño, paciencia y fuerza de voluntad en
esculpir una obra que, con el paso de los años, se convertiría en clásica.
Acuciado por sus padres, realizó un curso de contabilidad (que nunca fue de su
agrado) y trabajó en una heladería durante el caluroso verano (en la que bajó
considerablemente de peso y apenas tenía tiempo para escribir) de 1925. A
finales de año llegó a un trato con su progenitor: si en los siguientes doce
meses no lograba vivir de la escritura abandonaría la profesión y se dedicaría
a trabajar de contable en alguna oficina.
A
principios de 1926, Howard recibió una carta anunciando que Cabeza de lobo había sido aceptada y que
ocuparía la portada del mes de abril de aquel año. Por desgracia, como Wright
había perdido el manuscrito original, obligó al texano a reescribir la historia.
Finalmente, cuando recibió las galeradas, el resultado fue un duro golpe para
su ego: el relato no era tan bueno como pensaba. Recibió cincuenta dólares por
su trabajo, molestias incluidas.
XUTHAL
DEL CREPÚSCULO (WEIRD TALES,
SEPTIEMBRE DE 1933, COMO LA SOMBRA
DESLIZANTE)
El cimmerio no tenía
fuerzas ni para hablar, pero sus labios lacerados esbozaron una leve sonrisa al
acercarse a la muchacha. Su pecho peludo, brillante por el sudor y la sangre,
jadeaba intensamente. Levantó los brazos con gran esfuerzo y cortó las
ligaduras que mantenían atada a la joven en la pared. Luego cayó de espaldas
contra ésta, con las temblorosas piernas separadas, que ya no lo sostenían por
más tiempo. La joven se incorporó de donde había caído y lo abrazó sollozando
histéricamente.
—¡Oh, Conan, estás
gravemente herido! ¡Oh! ¿Qué haremos?
—No se puede luchar
contra un demonio de los infiernos y salir bien librado de la lucha— dijo el
cimmerio jadeando.
Publicado
con el título de La sombra deslizante,
al igual que sucedió con El coloso negro,
la historia consiguió la portada. Como de costumbre, la ilustración de Margaret
Brundage ignoró al bárbaro y se centró en los personajes femeninos, haciendo
hincapié en la escena de la flagelación. En Xuthal
del crepúsculo encontramos una extraña ciudad aislada entre las abrasadoras
arenas del desierto, ciudadanos narcotizados por el loto negro, una diosa de
cabellos de ébano, la decadencia de una sociedad condenada a la extinción y una
amenaza invisible que recorre pasillos perfumados y silenciosos buscando
víctimas. Supervivientes del destruido ejército del príncipe Almuric, Conan y
Natala se encuentran perdidos en el desierto estigio, sin provisiones, al borde
de la muerte. La aparición de las murallas de un enclave civilizado les aporta
esperanzas de continuar adelante y el cimmerio, dispuesto a sobrevivir de
cualquier modo, decide penetrar en el mismo en busca de comida, agua y refugio.
Enfrentado
a fuerzas hostiles superiores en número, Conan se abre paso con su espada,
abatiendo a cualquiera que ose interponerse en su camino, sea humano o
inhumano. A diferencia de otras historias, en las que el personaje es
prácticamente invencible, en Xuthal del
crepúsculo pasa hambre y sed, sufre tentaciones físicas, es traicionado y
recibe un brutal castigo corporal cuando se enfrenta a la criatura que domina
la ciudad con su espeluznante presencia. Tres años más tarde, basándose en el
mismo esquema argumental, con todas sus habilidades de escritor desarrolladas,
Howard escribiría la superior Clavos
rojos.
EL ESTANQUE DEL NEGRO (WEIRD TALES, OCTUBRE DE 1933)
El movimiento de Conan
fue demasiado rápido como para que lo pudiera captar la mirada humana. Su
enorme puño chocó con terrible fuerza contra la mandíbula de su contrincante, y
el zingario salió catapultado por los aires hasta caer hecho un guiñapo junto a
la borda.
Conan se volvió hacia
los demás. Excepto un suave brillo que se reflejaba en sus ojos, su compostura
y serenidad eran las mismas de antes. Pero el «bautizo» había terminado con la
misma rapidez con la que había comenzado. Los marineros levantaron a su
compañero. Su fracturada mandíbula colgaba fláccida y su cabeza oscilaba de
forma poco natural.
—¡Por Mitra..., tiene
el cuello roto! —exclamó un pirata de barba negra.
—Vosotros, los
filibusteros, sois gente muy floja —dijo Conan con una sonrisa—. Los barachanos
no tomamos en cuenta a tipos como vosotros. ¿Queréis jugar a las espadas conmigo?
¿No? Entonces todo está bien y somos amigos, ¿verdad?
El estanque del negro
repite los mismos esquemas de las anteriores aventuras del cimmerio: ciudades
encantadas, joven indefensa que proteger, criaturas demoniacas y la supremacía
del bárbaro ante cualquier situación que, por muy complicada que sea, este
siempre logra triunfar. Víctima de una contienda de piratas, Conan decide
abandonar Tortage (capital de las islas Baracha) en bote y atravesar el Océano
Occidental. Al amanecer, al distinguir las velas del Holgazán, deja hundirse la lancha y lo aborda a nado, sin temor por
las aguas infectadas de tiburones o el recibimiento que podrá recibir en la
nave.
Una
faceta interesante a tener en cuenta en esta historia de piratas en la ambigüedad
moral del personaje. Por norma, el cimmerio siempre suele actuar como un
individuo honorable, caballeroso y con principios. En El estanque del negro Conan traiciona a Zaporavo, obrando con
malicia, por no decir crueldad, para apoderarse del barco. Ello aporta un punto
de vista distinto del bárbaro que, a pesar de todas sus virtudes, es capaz de
ensuciarse las manos para conseguir sus objetivos.
Buscando
un tesoro, El holgazán echa el ancla
junto a una isla sin nombre. Para sorpresa de todos, esta se encuentra habitada
por una maligna raza de gigantes de ébano que pretende acabar con todos ellos
gracias a la magia negra. Después de una sangrienta batalla entre los muros
color jade de la ciudad del enemigo, Conan asume el mando de la tripulación,
convirtiéndose en capitán de los piratas que, vencidos por su carisma, no dudan
en aceptarlo como líder. Los versos con los que empieza el relato son tan
poéticos como las Crónicas Nemedias (El fénix en la espada), El camino de los reyes (La ciudadela escarlata) o la Canción de Bêlit (La reina de La Costa Negra):
Desde la creación del
mundo
los barcos navegan
hacia occidente
desconocido para el
hombre.
Leed, si os atrevéis,
lo que escribió Skelos
tocando su levita de
seda con manos inertes,
y seguid a los barcos a
través de la tormenta…
Seguid a los barcos que
no regresarán jamás.
El estanque del negro
posee un valor sentimental: fue el primer cómic que leí sobre el cimmerio. La
adaptación de Roy Thomas, John Buscema y Sonny Trinidad es una de las mejores
realizadas por Marvel.
A
finales de 1932, el texano tenía tanta confianza en el cimmerio que solo
necesitaba dos revisiones antes de enviar las historias a Weird Tales. Bran Mak Morn, Solomon Kane, Kull, Turlogh O’Brien y
Cormac Mac Art pertenecían al pasado. Empezaba a mostrar interés por las
leyendas del sudoeste americano que cambiarían su obra para siempre.
PRÓXIMO POST DE LA SERIE: VILLANOS EN LA CASA, EL VALLE DE LAS MUJERES
PERDIDAS Y EL DIABLO DE HIERRO.
AUTOR:
Alexis
Brito Delgado nació en Tenerife en 1980. Es autor de las novelas “Dorian Stark”
(Ediciones Babylon, 2011), “Soldado de fortuna: las aventuras de Konrad Stark”
(Dlorean Ediciones, 2013) y “Gravity Grave” (Palabras de agua, 2014). Su
próxima novela “Wolfgang Stark: El peregrino errante” será publicada por
Dlorean Ediciones en 2015.
Mantiene
su página web en: http://alexisbrito.blogspot.com.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario