miércoles, 16 de mayo de 2012

"BRUCE SPRINGSTEEN: LA CERCANÍA DE UN MITO EN TIEMPOS DIFÍCILES


Pocas veces un artista demuestra una cercanía y sencillez comparable a su grandeza en los escenarios. Una de esas excepciones la encontramos en Bruce Springsteen, algo que quedó palpable en el concierto celebrado el pasado 15 de mayo en el Estadio de Gran Canaria. Para un músico acostumbrado a agotar en donde quiera que va, la cifra de espectadores fue de más de 22000, siendo inferior a las previsiones de la productora organizadora, LM Producciones (según palabras del propio director general de la misma, Leopoldo Mansito). Sin embargo, The Boss comprendió la difícil situación económica que vive nuestro país, y especialmente Canarias, y en señal de respeto hacia su público, decidió salir al escenario para darlo todo como si el lugar estuviese abarrotado.

Tras las pruebas de sonido, el show dio comienzo a las 21:30, media hora después de la prevista. El escenario fue amplio y contó con dos videoworld y un gran número de focos.  Springsteen salió acompañado de su E Street Band, integrada por su inseparable Stevie Van Zandt (guitarra y voz), Nils Lofgren (guitarra), Max Wienberg (batería), Gary Tallent (bajo) y Roy Bittan (piano sintetizador), y que se completó con los nuevos fichajes de su gira Wrecking Ball Tour, como Charles Giordano (acordeón), Soozie Tyrell (violín), Cindy Michelle y Curtis King (cantantes), Clark Gayton (trombón), Curt Rammy y Barry Danielhan (trompeta) y Jake Clemons (saxofón, en sustitución de su tío, el mítico Clarence Clemons, fallecido el 18 de junio de 2011).
Todo comenzó con el esperado ¡Hola Gran Canaria! del músico, y algún chiste ya utilizado en el concierto de Sevilla como "¿Dónde está mi mujer?, en casa con los niños", en referencia a la ausencia de su esposa, la también música Patty Scialfa, en la gira. La canción de apertura fue la vibrante "We Take Care of Our Own", perteneciente a su nuevo álbum "Wrecking the Ball" (2012). En su repertorio predominaron otros temas de este disco como el de título homónimo, la impresionante "Death to My Hometown", "Jack of All Trades" o "We Are Alive".

Tampoco faltaron "Badlans", "No Surrender", "Seeds", "Prove it All the Night", "Shackled and Drawn" (dedicada a la memoria de Clarence Clemons, y que vino acompañada de imágenes del cantante junto a su inseparable amigo y saxofonista), "Waitin' on a Sunny Day" (uno de los momentos más comentados de la noche fue cuando entonó esta canción subiendo al escenario a una niña de 11 años, de nombre Leticia), "The Promised Land", "The River", "The Rising", "Lomesome Day" o "Land of Hope and Dreams".
Para el último acto llegaron sorpresas en formato de clásicos como "Born in the USA" (que  no suele interpretar en muchas ocasiones durante las giras europeas, pero que tocó debido a una petición de un fan que le entregó una pancarta), junto a otros temas tan emblemáticos como "Born to Run", "Dancing in the Dark", "Bobby Jean" y "Tenth Avenue Free-Out" (a algunos también les hubiera gustado escuchar "Hungry Heart" o "Glory Days").


Durante las casi de tres horas de concierto, Springsteen y su impecable banda se entregaron en cuerpo y alma. Él bailó y sudó sin parar, se acercó en numerosas ocasiones a saludar al público con mucho cariño, y fue solidario mostrando una pelota en apoyo del 15 M y afirmando "En América se han vivido malos tiempos, aunque en España aún ha sido peor", en un castellano con acento de su Nueva Jersey natal.
Sin lugar a dudas fue una noche inolvidable, donde únicamente se achacaron algunos problemas de sonido en la zona de gradas, pero que muchos pudieron disfrutar con auténtica devoción, y casi sin parar de saltar, cantar, corear y bailar.

Por otra parte, en lo referente a la entrada y salida del recinto, esta se efectuó con escasos problemas y se habilitaron autobuses especiales para trasladar a los espectadores, algunos de ellos ataviados con banderas o luciendo looks al más puro estilo "Born in the USA".



Una verdadera lástima que en la prensa canaria del día siguiente se hiciese más hincapié en el hecho de que el concierto no llenó, en lugar de su más que evidente calidad como gran espectáculo. Al margen de la ya citada crisis, o de los otros conciertos de su gira española anunciados con antelación a este, también se podría deber a la fecha, que fue un día laborable e impidió viajar a Gran Canaria a muchos espectadores potenciales procedentes de otras islas canarias o lugares de España, y que se quedaron con las ganas.

Para más inri, durante esa misma mañana, LM Producciones anunciaba su decisión de aplazar el Rock Coast, un festival que tenía previsto reunir en Tenerife a artistas como Marilyn Manson, Iggy and the Stooges, Cypress Hill, The Smashing Pumpkins, Sepultura, Evanescence, Ben Harper, Fatboy Slim, Marea o Muchachito Bombo Infierno (junto a más de 50 bandas canarias), y programado entre los días 24 y 26 de mayo. El motivo principal fue que no se habían vendido el número mínimo de entradas exigido.

Al margen de todo lo señalado, habría que hacer una reflexión en la que también juega un papel importante el gusto predominante entre ciertos sectores del público canario mayoritario, que por lo general permite llenar conciertos de artistas españoles y latinos (a los que llamaremos "Los de siempre" para no darles más importancia de la inmerecida que ya reciben).

Al menos, aquella inmensa minoría de espectadores que en las Islas Canarias aún aprecia el rock y otras propuestas más arriesgadas, seguirá luchando contra el comercialismo imperante (recordemos que el Winter Music Festival Tenerife, celebrado el 7 de diciembre de 2011 en La Laguna, sí tuvo una buena respuesta con un lamentable cartel integrado por Juan Magán, Taboo de Black Eyed Peas o Alex Gaudino, y con entradas a 45 euros) cual irreductible aldea gala, y sin perder la esperanza de ver en estas tierras a artistas de la categoría de "El Jefe", aunque con su humildad, ya será más difícil.



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