El fallecimiento de Ángel Nieto el 3 de agosto de 2017 deja al deporte español huérfano
de uno de sus referentes, de sus leyendas. Nieto pertenecía a ese grupo de
pioneros de nuestro deporte junto a otras figuras como Federico Martín
Bahamontes, Lilí Álvarez o Severiano Ballesteros; deportistas que en cada una
de sus disciplinas sacaron a España de su recurrente mediocridad en el mundo
del deporte.
Nacido en Zamora pero criado en Vallecas, el destino quiso que sus
padres tuvieran un pollería cerca del taller de Tomás Díaz Valdés, un
periodista del motor. Peleado con los libros pero fascinado por la mecánica, el
pequeño Ángel Nieto pasaba las horas curioseando por el taller hasta ser
contratado como aprendiz.
Decidido a pilotar en vez de arreglar, toda su adolescencia fue un
ir de aquí para allá en busca de un equipo que le diera una oportunidad, Bultaco
o Ducati le dieron trabajo pero como aprendiz de mecánico. Fueron años duros de
malvivir, de trabajar a cambio de comida y de dormir en un coche; duro, pero
nada que alguien de origen humilde y con carácter fuerte como él no pudiera
soportar.
Finalmente fue Derbi el que le dio la oportunidad de debutar en el
Mundial de 50cc. Su temporada de debut fue decepcionante; su inexperiencia y la
aplastante superioridad de las Suzuki no le dejaron margen para la alegría.
Tras pasar por Ducati regresa a Derbi, es 1969 y el panorama ha cambiado. La
nueva reglamentación equilibra las cosas y ese año cae el primero de sus 12+1.
En 1970 revalida el título y en 1971 da el salto a 125 cc y vuelve a ser
campeón.
La temporada siguiente se supera y consigue el título en ambas
cilindradas, fue su mejor momento. En la segunda mitad de los setenta y primera
de los ochenta seguiría subiendo a los más alto del cajón con diferentes
equipos hasta que se retiró en 1986.
Curiosamente, aquel día de 1986 no fue el fin de todo sino el
principio de algo especial. A rebufo de Nieto y el también fallecido Ricardo
Tormo, empezaron a surgir una generación de pilotos españoles como Jorge
Martínez “Aspar”, “Champi” Herreros, Carlos Cardús, Herri Torrontegui y Sito
Pons.
Esa fue la primera generación de una interminable lista de pilotos
que han convertido el Campeonato del Mundo de Motociclismo en un coto dominado
por nuestro país (con permiso de Italia). Cerca del cambio de siglo aparecieron
Alex Crivillé, Sete Gibernau o Emilio Alzamora, promoción inmediata a los
actuales Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo, Marc y Alex Márquez, Pol y Aleix
Espargaró o Maverick Viñales.
Todos estos nombres que abarcan tres y hasta cuatro generaciones
coinciden en citar a Ángel Nieto como referente e inspiración, alguien que
abrió una brecha enorme en nuestro país para introducir la afición por el
motociclismo. Es algo más que un legado, es su decimocuarto título. Pero Ángel
Nieto nunca quiso alardear de ello, era feliz con sus “12+1”.
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