domingo, 24 de marzo de 2019

ENTREVISTA AL REALIZADOR JUANMA BAJO ULLOA "LA FIGURA DEL CENSOR YA LA HACE EL PROPIO PÚBLICO"



"La figura del censor ya la hace el propio público", comentó el director y guionista Juanma Bajo Ulloa (Vitoria/1/1/1967) en la entrevista que Miguel Ángel Rodríguez Villar le realizó en la MIDEC  (Muestra Internacional de Cortometrajes de la Universidad de La Laguna), que tuvo lugar el viernes 22 de marzo de 2019. 

En este evento también se proyectó una muestra de cortometrajes ganadores como "Cunetas" de Pau Teixidor (Premio al Mejor Cortometraje); "La muñeca rota" del cineasta grancanario Daniel León Lacave (Premio al Mejor Cortometraje Canario); "Camposanto" de Pablo Adiego (Mención Especial a la Mejor Dirección); "Seattle" de Marta Aledo (Premio a la Mejor interpretación para la actriz Nuria Herrero); "Areka" de Begoña Vicario (Premio al Mejor Cortometraje de Animación); y "El mar inmóvil’, de la directora natural de Gran Canaria Macu Machín. 

La entrevista Bajo Ulloa se completó con un adelanto de su próximo proyecto, la película muda "Baby". 

QUEFUEDE: ¿Cual es su opinión de  festivales de cortometrajes como MIDEC y como fue su experiencia previa en este campo?




Juanma Bajo Ulloa: La labor de estos festivales es muy importante. Gracias a ellos, muchos realizadores ven la respuesta de su trabajo, donde a veces los premian y otras no. Si no fuera por la primera vez que proyectaron mi corto, yo no me hubiera dedicado al cine. Esto sucedió en Vitoria, ante 200 personas, y significó algo muy grande para mí, una emoción extrema, como un chute de adrenalina, y el aplauso del público significaba que no sólo lo habían entendido, sino que les gustaba. Por eso me iba apoyando en cada evento y festival, y gracias a eso, seguí haciendo más cortometrajes. Hay que reconocer que el brillo de los actores y los grandes eventos, a veces no deja ver la auténtica luz del cine, que está en la base de los que no se han formado.

QFD: ¿Cómo fue la experiencia de ganar el primer Goya en la categoría de Mejor cortometraje por "El reino de Víctor" (1989)? 

J.B.U.: A raíz de ello me di cuenta que automáticamente se pasa a otra categoría, y los compañeros empiezan a considerarte un profesional. Sin embargo, ahí también aparecen intereses comerciales y personales, en relación a como va ser tu trayectoria posterior. 

QFD: Luego ganó los de Mejor director novel y Mejor guion original por "Alas de mariposa" (1991), ¿cómo afrontó este proyecto?:

J.B.U.: "Alas de mariposa" (1991), fue mi primera película, y también fui reconocido, me concedieron entrevistas y me descubrieron. Sin embargo, es en este punto donde uno tiene dos opciones, por un lado está mantener tu libertad creativa y hacer lo que quieres, y por otro, escuchar los cantos de sirena que te van lanzando de la productoras o las subvenciones de la propia política. En mi caso, yo decidí seguir el primer camino buscando películas que hicieran pensar y tomar decisiones. 

Cuando uno quiere algo y no encuentras la manera por no encajar en una industria que está establecida de un modo determinado, puedes apartarte del camino o jugártelo todo. Yo hice "Alas de mariposa" cuando era muy joven, tenía unas ayudas pero no eran suficientes para poner en marcha el proyecto. Así que en una alarde de osadía e ignorancia suprema, y gracias al apoyo de mi madre y mis hermanos, hipotecamos la casa donde vivíamos. La osadía que tenía en aquella época, era difícil de soportar, encima en Vitoria no había tradición de cine, y tuve que buscar a los técnicos o contar con el rockero Miguen Mendizábal para la banda sonora. Cuando se estrenó, Fernando Trueba acudió a verla y me dijo que estaba muy bien, pero que como no ganase el Festival de San Sebastián, no iba a poder estrenarla. Y en mi osadía, yo pensaba que era posible, y pese a que es más fácil ganar la lotería, al final sucedió. 

QFD: ¿Y la "La madre muerte" (1993)?

J.B.U.: "La madre muerta" fue consecuencia de la buena acogida de mis anteriores trabajos, de ella me alegro especialmente de haberle dado un papel principal a Karra Elejalde, ya que corté sus escenas en "Alas de mariposa", y por lo tanto, se lo debía. Fue otro proyecto improducible y fuera del sector, que tuve que afrontar de nuevo en solitario. Es muy curioso que algunos medios la obviaron, pese a estar en el Festival de Venecia, recuerdo que en programas como "Días de cine" no la mencionaron dentro de un reportaje de casi media hora.   

QFD: ¿Cree que una película tan compleja de producir y políticamente incorrecta como "Airbag" (1997) se podría hacer hoy en día?:



J.B.U.: Yo era un mal espectador de cine español, porque pensaba que muchas de las películas que se hacían eran más cercanas al teatro filmado.  Muchas de las cosas que yo amaba como niño que iba al cine estaban en películas como "La guerra de las galaxias" (1977), "Alien, el octavo pasajero" (1979), "En busca del arca perdida" (1981) o "La cosa" (1982). Yo eso no lo encontraba en el cine español, pensaba que podía ser interesante lo que se contaba, pero que igual no le conectaba con nadie. Así que como narrador, mi máxima era que aunque al espectador no le interesara lo que estaban contando, no pudiera dejar de ver tu película, y saber jugar con el suspense de ello.

Con las comedias me ocurría lo mismo, pensaba que no tenían espectáculo y ritmo, y que se podían ver mejor en televisión, ya que lo divertido podía ser el texto y ver al actor interpretando. Pero para mí eso no es cine, para hacer una película hay que contar con un montón de elementos que se unen para hacer una narración, como los actores, las miradas, los decorados, la música, la luz, el silencio o el montaje.

Tras mis primeros trabajos, yo me había convertido para la crítica en un director de películas íntimas y dramáticas, y quería alejarme de ese encasillamiento. Por otro lado, el haber ido por libre en mis anteriores trabajos, había provocado cierto rechazo en la industria, y me estaban haciendo mobbing, no me hacían entrevistas y me ponían a caldo. Así que decidí no hacer otra película íntima, por quería seguir trabajando, de modo que empecé a desarrollar la historia de "Airbag" con Karra Elejalde, y pudimos encontrar un productor. Era una película más cara, había mucho dinero, pero tuve la suerte de encontrar a unos pelotaris y cocineros con los que coincidía en el autobús de Madrid a Vitoria, y quisieron producirla, aunque no les interesaba una mierda y lo hicieron para lavar dinero negro. La película era una osadía, porque todo lo que estaba en el guion era absurdo, y ningún productor hubiera acepto financiarla. También se salía de los parámetros de las comedias del momento, ya que había tiroteos, muchos personajes, y cosas locas e inverosímiles.

A contrario de los films realizados por Antena 3 y Tele 5, que suelen incluir galanes encabezando los repartos sin conseguir ni puñetera gracia, yo me rodeé de la gente más graciosa que había conocido, y de los mitos que yo admiraba, e hice un reparto coral: Karra Elejalde, Fernando Guillén Cuervo, Alberto San Juan, Manuel Manquiña, María de Medeiros, Paco Rabal, Rosa María Sardá, Luis Cuenca, Pilar Bardem, Karlos Arguiñano, Albert Pla, Vicenta N' Dongo, Nathalie Seseña, Santiago Segura, Ramón Barea Rauqel Meroño o Gorka Aguinagalde. Así que los junté a todos, y la película es una sucesión de superdotados, te ríes con todo lo que dicen.

QFD: ¿Pensaste que la película iba a funcionar tan bien?

J.B.U.: Hubo un momento que pensé que iba a funcionar, porque los técnicos comenzaban a repetir frases de la película como "El concepto es el concepto", "Profesional, muy profesional" o "Van a haber hondonadas de hostias". Sin embargo, el resultado superó mis expectativas, e incluso cuando salió en video, se hicieron más copias de las habituales en el cine español. 

QFD: ¿Se podría hacer una película tan políticamente incorrecta hoy en día?

J.B.U.: En aquella época no había la corrección política que hay ahora. Anteriormente existió la figura del censor, que mandaba a cortar las escenas convenientes. Sin embargo, ahora, el Estado ha conseguido que el censor no sea necesario, porque esta función ya la hace el propio público. Hasta ahí ha llegado el adoctrinamiento de la sociedad, que nos hemos vuelto indignados, y nos ofende todo, y decidimos lo que que es gracioso y lo que no. Todo se manifiesta como una agresión.  Y de este modo, te encuentras amigos en las salas, que te dicen que te has pasado, cuando antes lo consideraban divertido, y no se acuerdan que la trama de "Airbag" giraba en torno al anillo de compromiso que se perdía en el culo de una mulata o que Santiago Segura encarnaba a un político pederasta. En su época, las bromas se entendían, porque no somos psicópatas que confundimos la realidad con la ficción. ¿Entonces qué ha ocurrido? ¿qué la película ya no tiene gracia? ¿o somos nosotros? Muchas veces nos cuesta identificarnos con los censores o los represores, pero estamos más cerca de ellos de lo que creemos. El mal no está fuera, está aquí.


QFD: ¿Qué opina de que "Resacón en Las Vegas" (2009) sea una versión inconfesa y más políticamente correcta de "Airbag"?

J.B.U.: En un principio, hubo varios intentos de hacer la versión americana de "Airbag", porque ellos no compran tu película y la subtitulan, sino que prefieren hacer su propia versión en inglés. Pero por avatares del destino, el proyecto no cuajó. Uno de los productores me comentó que un hijo suyo había visto "Resacón en Las Vegas" en Nueva York, antes de que llegara a España. Luego la pude ver y era verdad, era un plagio, aunque la que era la prostituta, ahora era una stripper. Había pequeños cambios pero estaba la esencia, aunque al final no nos planteamos la demanda por plagio, porque teníamos las de perder con los abogados de los estudios, y seguramente hubieran dicho que no es plagio (que es un delito), sino que estaba basada en la nuestra y se habían inspirado. Yo pienso a que si ahora se hiciese un "Airbag" en España, sería aún más políticamente correcta que "Resacón en Las Vegas", porque en 20 años, la sociedad española ha adelantado a la americana en puritanismo. Al menos allí si Bart Simpson se baja los pantalones al lado de la bandera americana, no pasa nada. Que se le falte el respeto a un creador porque algo que hace no te gusta, es un sentimiento que se me escapa, también le pasó a Julio Medem cuando estrenó el documental "Pelota vasca"  (2003).  Si el espectador ve algo que no le gusta, es mejor que no lo vea o no lo recomiende. Pero esto es lo que hay.

QFD: ¿Cómo afrontó el éxito de "Airbag" y su carrera posterior?


J.B.U.: Yo no esperaba tener ese éxito, y era más de lo que yo tenía intención de alcanzar. Aunque muchas veces me sentía como si le hubiera robado los puros a mi padre, y la industria se portaba mal conmigo. La agresión era enorme, hubo unos comentarios críticos muy malos, pero el boca a boca fue tremendo, e hizo que la película triunfase. Recuerdo una anécdota de la revista "Cinemanía", donde a colación del estreno de mi comedia "Rey gitano" (2015), la publicación trató de recopilar reportajes de prensa y entrevistas de "Airbag" y no encontró nada, siendo una de las películas más taquilleras del cine español.  Yo en el fondo no podía seguir hipotecando mi casa y enfrentándome a un peaje que no podía pagar. Por esta razón, luego decidí seguir un camino y hacer lo que podía y quería, al tiempo que a veces que rechacé propuestas que no me interesaban.

Por eso hice películas íntimas como "Frágil" (2004), me interesé en documentales de rock como "Historia de un grupo de rock" (2008), hice videoclips, publicidad, teatro y hasta zarzuela, que ha sido una experiencia muy interesante. Y así he hecho esta carrera mucho menos en la luz, porque ahora es más difícil que me pongan foco, al no ser amigo de los medios y la industria. 

QFD: ¿Qué películas destacaría de la historia del cine español?

J.B.U.: Salvo muchas, hay películas muy meritorias, que no solo están en la historia del cine, sino que son parte de nosotros y de nuestra cultura. Desde "Atraco a las tres" (1962) de Jose María Forqué, "El verdugo" (1963) de Luis García Berlanga o el cine de Buñuel. También me interesan películas de compañeros míos como Julio Medem, Benito Zambrano  ("Solas", 1999) o las primeras de Alejandro Amenábar, que me parecen grandes películas, con una narración extraordinaria.  Es cierto que no soy un fanático del cine español, me gustan más otras cinematografías, pero reconozco que salvo muchos títulos.


QFD: ¿Cómo fue su implicación en el proyecto de la película de "El Capitán Trueno" y por qué se apeó de él?

J.B.U.: Es un proyecto que se inicia en el año 1999. Yo estuve trabajando casi un año con Filmax, escribiendo un tratamiento y un guion. Hicimos varias versiones y el guion se presupuestó en una gran cantidad de dinero, se necesitaban 20000 millones de pesetas. Era una película que debía ser un espectáculo, rodada a la americana. La promoción hablaba de la película más cara del cine español. Iba a ser una película de aventuras, pero no iba a ser para niños, iba a tener rigor histórico. En medio del desarrollo, la productora me reconoció que no podían tener 2000 millones, pero sí 700, pero que con mi imaginación y talento, se podría paliar la falta de medios. Yo le respondí a los productores que el de los peces y los panes había muerto hace 2000 años, y me fui del proyecto. Creo que hice bien, porque iba a ser una mala película, con un equipo explotado con 14 horas de trabajo. Y como no iba a ser lo que le habíamos vendido al público, me marché. Creo que hubiera sido el más perjudicado.



QFD: ¿Qué opina de la irrupción de las plataformas de streaming como alternativa a que los cineastas puedan desarrollar proyectos con mayor libertad que las televisiones generalistas?

J.B.U.: Hace tiempo que no creo en los Reyes Magos, y todo supuesto regalo está envenenado. Tele 5, Antena 3 y otras, tienen también un interés político, y hay un adoctrinamiento. En plataformas como Netflix podría haber un hueco de mayor libertad, pero yo no creo en ello, porque el cine es un juguete muy caro, y siempre vas a pagar el peaje. De hecho, aquí empiezas pagándolo con la condición de que tu obra no va a ir a los cines, sino a la televisión. Yo cuando he concebido un producto para televisión, lo he narrado de una manera diferente a uno de cine, que varía en cuanto a encuadres y puesta en escena. Uno puede ver una serie en una pantalla enorme, en un móvil o en una tablet, pero por ejemplo, ver los cortos de este festival en una tablet, es una liturgia muy diferente. Por eso pienso que las plataformas tienen una parte negativa y otra positiva. Si me permitieran que las películas se pudieran ver antes en cine, estaría encantado de trabajar con ellas. 








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