El viernes 13 de noviembre tuvo lugar la siguiente charla dedicada a "El mundo que queremos: Cultura y sociedad democrática" en el Espacio Cultural CajaCanarias. Moderada por el periodista y escritor tinerfeño Fernando Delgado, en esta ocasión se contó del escritor y poeta granadino Luis García Montero (cuyo trabajo más reciente es "Habitaciones separadas", publicado en 2014) y de Miguel Ríos, el cual también ofreció un pequeño recital.
En las horas previas al evento, Miguel Ríos concedió una rueda de prensa en la que comentó diversos aspectos de su carrera y reflexionó sobre la cultura y la sociedad actual.
Miguel Ríos, Luis García Montero y Fernando Delgado. |
Intentaremos hablar sobre ese mundo que queremos, porque estamos viviendo en una encrucijada en la que no queremos vivir. Ahora no es como antes cuando no sabíamos nada, ahora ves todo lo que esta sucediendo en primetime, y eso te hace sentirte culpable si miras a otro lado. La gente empieza a pensar en cómo ponerse de acuerdo acerca de la manera en la queremos vivir, aunque no la dejen.
También nos hemos dado cuenta que la persona a la que hemos confiado nuestro voto, no quiere lo mismo que nosotros. Yo fui chico ceja pero después fui chico huelga general, porque en dos años, el candidato por el que yo había dado la cara, había cambiado sus planteamientos. Tu votas por alguien porque empatizas, y te crees que va a representar lo que tu quieres. Por este motivo la sociedad tiene que ser crítica, quiero un mundo de seres críticos que digan si algo gusta o no. Y la formación de ese ser crítico, que empieza por la escuela, la tenemos que buscar nosotros con el voto, pero si luego llegas a la conclusión de que esa persona no está cumpliendo su contrato, que sea posible poder tener derecho a decírselo y desmontarlo de la burra.
También nos hemos dado cuenta que la persona a la que hemos confiado nuestro voto, no quiere lo mismo que nosotros. Yo fui chico ceja pero después fui chico huelga general, porque en dos años, el candidato por el que yo había dado la cara, había cambiado sus planteamientos. Tu votas por alguien porque empatizas, y te crees que va a representar lo que tu quieres. Por este motivo la sociedad tiene que ser crítica, quiero un mundo de seres críticos que digan si algo gusta o no. Y la formación de ese ser crítico, que empieza por la escuela, la tenemos que buscar nosotros con el voto, pero si luego llegas a la conclusión de que esa persona no está cumpliendo su contrato, que sea posible poder tener derecho a decírselo y desmontarlo de la burra.
Nosotros, en nuestra juventud creíamos en La era de Aquarius, con el musical "Hair" y el hippismo, pero todo ha desembocado en la época más oscura que nos ha tocado vivir. No podemos esperar que una conjunción astral nos quite toda la mierda que hay ahora mismo, donde la gente no puede vivir, a pesar de que sobra el dinero, porque no vivimos una época en la que haya sucedido un cataclismo que desembocase en hambruna. Estamos viendo como la gente se escapa de las guerra y ahoga a sus hijos, porque les están vendiendo un salvavidas que es una trampa, y el individuo que hace eso es un hijo de la gran puta que hay que desenmascarar. Todo eso entra dentro de ese saco oscuro, por eso nosotros debemos estar muy dispuestos y muy firmes en su denuncia. Eso hace que nosotros no podamos dormir bien por la noche. Había una canción de John Lennon en la que éste le preguntaba a Paul McCartney como podía dormir tras la putadilla que le había hecho. Pero ahora John Lennon estaría en las barricadas con un kalashnikov. Si de verdad fuéramos seres militantes de nuestra era en la defensa del ser humano, no podríamos dormir por la noche. Sin embargo, tu día a día es el contrapeso a tanta barbaridad y lo vas arrastrando. Aunque por suerte, lo que vamos a hacer en el evento de hoy, favorece a todo ello, al permitir retratarnos.
¿Y en lo referente al repertorio de tu recital?:
Eso sí que no lo voy a decir, me tenéis que retorcer los dos brazos y las tres piernas, para que diga algo. No se lo que voy a cantar, pero voy a tocar con dos tipos geniales, uno es Luis Prado, pianista y cantante de Señor Mostaza, el otro es Jose Norte, que es el guitarrista con el que siempre colaboro y con el que hice la gira de "Bye, Bye Ríos".
¿Cómo te sientes al colaborar junto a Luis García Montero?:
Estar con Luis García Montero va a estar muy bien, yo siempre que hago este tipo de actos con él, pienso que es como si me pusieran a alternar rocks con Elvis Presley, porque lo que yo pienso ya lo ha dicho él con más autoridad y mejor explicado. Pienso que es un ciudadano tan imprescindible como el catedrático o el poeta que es, yo lo veo y se que nada de lo que hace es postureo, a él le gusta admirar a la gente sin rencillas, y que te hace sacar ese lado maravilloso que nos hace a todos mejores. Las buenas personas y la gente valiosa para la sociedad contagia el buenrollismo.
¿Qué nos podrías contar de tu experiencia de ver la cultura musical desde las dos ópticas comparando tus comienzos en los años 60 con la situación actual?:
Hace poco escribí un prólogo para un periodista musical llamado Matías Uribe, que trabaja para el Diario de Aragón y que es alguien muy avezado en la crítica musical. Pronto va a publicar un libro sobre la música en Zaragoza en los años 60, que fue una importante fábrica de grupos y artistas como Rocky Kan o Chico Valento, los cuales surgieron casi al mismo tiempo que los auténticos pioneros del rock en nuestro país, El Dúo Dinámico. Aquí siempre había un decalaje a la modernidad, si estabas en Madrid o Barcelona y había un retraso de unos cinco años con el extranjero, en Zaragoza ocurría igual pero con una diferencia de seis o siete años, porque todo iba un poco más lento en provincias. Sin embargo, y yo creo que gracias a la base aérea de Torrejón, en Zaragoza, el rock entró con mucha facilidad allí.
Lo que hicimos nosotros en aquella época fue sumarnos a una conspiración judeo-cristiana y dotar a la juventud de un estatus, ya que antes de que el rock n' roll y la cultura americana de los 50 existiera y se propagara por todo el mundo, la juventud no tenía valor ni peso específico, uno era el tipo que recibía el traje de tu hermano mayor, al que le hacían un remiendo para que te sirviera, tu no imponías ningún criterio de peso social, no imponías moda, ni cultura. Entonces, los escritores de la Beat Generation como Jack Kerouac y Allen Ginsberg dotaron de sentido a ese fenómeno que ocurre entre los jóvenes negros, que después de abandonar las iglesias se iban a mover el esqueleto a los tugurios de Mississippi, eso fue el germen para mucha gente que no tenía el Mississippi en su vida, pero sí el Río Genil en Granada. Y todo eso nos trajo una música que nació para revolucionar el mundo y cambiar la sociedad, de hecho el rock es la música que más ha influenciado al siglo XX.
Respecto a mi propio punto de vista, todo comienza con un chaval de Granada que sabe que emociona cantando, y al que le dan pequeños papeles en las obras de teatro a cambio de no traer hecha la tarea de matemáticas, todo eso te va indicando que tu tienes una habilidad, que te trasciende y te permite meterte en una corriente que descubres trabajando en una tienda de tejidos de unos grandes almacenes en Granada, donde ponen una sesión de discos, y compruebas que muchos tipos como tu están en los mismo, como es el caso de Billy Cafaro, un cantante de argentina que hizo una canción que se llamaba "Marcianita". Y entonces te das cuenta de que esto no era sólo Elvis Presley y los totems intocables, y que podía ser algo más pedáneo y de todos. Lo que se intentaba hacer era trascender, y en los lugares donde había democracia esto se conseguía de una forma inmediata, pero en España no, porque la estética era tan peligrosa como la ética, y llevar el pelo largo era como dar la nota de mala manera.
En cierta forma, todo eso nos trae a una situación como la actual, donde todo está aprendido, y aunque siempre hemos sido muy miméticos, porque en el arte de la música siempre se ha tratado de robarle al otro pero sin que se de cuenta, ahora te fijas en que los chavales tocan y componen una música de forma alucinante, tocan como Jimmy Page porque éste existió, y ahora hay unos cánones para transitar esa historia. Lo único malo que tiene esta nueva época es la falta de esperanza, y si antes había una esperanza fantástica porque todo transmitía ilusión al estar por hacer, ahora hay muchísima gente que lo hace bien, los jóvenes te mandan maquetas con una entidad y un saber increíble, pero la putada es a donde salen, y quien preescribe que esta gente lo hace bien. Por otro lado hemos sufrido una gran sacudida con internet, que es la democracia a lo bestia, que te da la oportunidad de poder dar tu opinión de forma anónima, y aunque hay una cantidad de acceso a la información, ésta ha perdido valor, porque se emite mucha sin pedrigree. Antes era acojonante que sacaras un disco y que gente como Raúl Matas o Diego Manrique dijesen que estaba bien o mal, y existía un asidero donde cogerte. Sin embargo, yo veo ahora a gente que está empezando y da gusto tocar con ellos, pero te preguntas si van a poder vivir de su oficio o tendrán que ser artistas de fin de semana para grupos de amigos. La profesionalidad ha cambiado, pero salvo este último detalle, todo ha mejorado, la gente compone y escribe mejor, con más sentido y todavía tiene vocación. Ellos saben que les va a costar vender su disco, pero lo hacen y van luchando, y eso es algo muy bonito.
¿Cómo fue la experiencia de grabar el programa "Qué noche la de aquel año" (1987), sobre la historia del rock y el pop en España?:
Muy gratificante, el programa era estupendo, lo que no me gusta es verme las pintas de los años 80. Una lástima que uno de los colaboradores, Moncho Alpuente, falleciera precisamente en Canarias, porque su mujer era de Gran Canaria.
¿Qué opinión tienes sobre los talent shows musicales?:
Uno de los grandes males de la sociedad es la fama instantánea, lo que Andy Warhol decía que eran los 15 minutos de gloria. Ahora se persigue esa mentira del valor añadido del número 1. Cuando empezó "Operación Triunfo", fue algo interesante de analizar como fenómeno televisivo, pero tenía el defecto de que no se premiaba la creación, no había nadie creativo que compusiera sus propias canciones. Se buscaba la imitación, buscaban a gente que cantara al estilo de otros artistas de éxito, y a la vez era un reality que enseñaba momentos personales de la vida de los concursantes.
¿Cómo fue la experiencia de grabar el programa "Qué noche la de aquel año" (1987), sobre la historia del rock y el pop en España?:
Muy gratificante, el programa era estupendo, lo que no me gusta es verme las pintas de los años 80. Una lástima que uno de los colaboradores, Moncho Alpuente, falleciera precisamente en Canarias, porque su mujer era de Gran Canaria.
¿Qué opinión tienes sobre los talent shows musicales?:
Uno de los grandes males de la sociedad es la fama instantánea, lo que Andy Warhol decía que eran los 15 minutos de gloria. Ahora se persigue esa mentira del valor añadido del número 1. Cuando empezó "Operación Triunfo", fue algo interesante de analizar como fenómeno televisivo, pero tenía el defecto de que no se premiaba la creación, no había nadie creativo que compusiera sus propias canciones. Se buscaba la imitación, buscaban a gente que cantara al estilo de otros artistas de éxito, y a la vez era un reality que enseñaba momentos personales de la vida de los concursantes.
Recientemente participaste en el documental "En Granada es posible" (2015) de Cristina y María José Martín ¿qué valoración tienes de esta película?:
No la he podido ver aún, sólo parcialmente. La experiencia y el ambiente fue cojonudo. Las directoras son muy jovencitas, y yo les dije: ¿Sabéis que os podéis pegar una hostia acojonante? Se mentieron a grabar un concierto en un palacio de deportes de Granada y pensé que se las iban a comer vivas. Pero era tan arrollador su deseo de hacerlo y fue tan auténtico, que fuimos todos, y mira que en Granada hay gente malafollá, como yo. Lo importante es la calidad de los artistas que están: Niños mutantes, Los Planetas o Jose Ignacio Lapido.
Tengo una anécdota de un grupo del que no voy a decir el nombre: Le pregunté al batería sobre qué tal se llevaba con el guitarrista y me dijo: "Joder, muy bien, en los últimos dos años, lo único que hemos hablado es: Un, dos tres y...".
¿Cuáles son tus nuevos proyectos?:
Se acaba de estrenar mi versión de "Cuéntame" para la serie de TVE. Un tema que no sabía que era de mi amigo Jose Luis Armenteros, el guitarrista de Los Relámpagos, ya que yo pensaba que había sido escrito por Fórmula V. Armenteros y Pablo Herrero hicieron todas aquellas canciones increíbles como "Libre" para Nino Bravo. Esta la hizo sólo, y me encanta que vaya algo de dinero para mi amigo, porque también del pan vive el hombre, y de royalties.
En "El mundo que queremos: Cultura y sociedad democrática", hubo espacio para debatir otros temas, y entre ellos, Luis García Montero reflexionó acerca de aspectos como la telebasura: "La cultura dominante es el paradigma de la telebasura. Los instintos bajos, el pensamiento zafio, la opinión sin reflexión, el que sabe de todo y no sabe de nada. La verdadera realidad no está en decir lo que pensamos, sino en pensar lo que decimos. Me parece preocupante que por culpa de ello se acabe con la cultura popular a través de canciones, tradiciones o memoria".
Finalizada la charla, se llevó a cabo una breve lectura poesía, que dio paso al concierto acústico de Miguel Ríos, el cual fue un estupendo broche de oro a la agradable e interesante velada. Tras abrir con el tema "Cosas que siempre quise contarte" (que da título a su autobiografía publicada en 2013), pudimos escuchar "Bienvenidos", "Donde pongo la vida", "El blues de la insatisfacción", "Memorias de la carretera", "Santa Lucía", una canción de su primera etapa como es "El río", y el clásico "La plaga" a modo de cierre.
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