domingo, 25 de septiembre de 2016

VIDAS CURIOSAS: CHANNING POLLOCK, EL MAGO QUE FUE ROCAMBOLE Y JUDEX

Nació el 16 de agosto de 1926 en Sacramento (USA). 


Se interesó por la magia a los 21 años y estudió en la Chavez School of Magic de Los Ángeles, donde se graduó en 1952. Comenzó a actuar en clubs nocturnos y cabarets, en los que destacó por su carisma y elegancia en el escenario, y por realizar un célebre truco en el que conseguía hacer aparecer palomas sobre el escenario. 

Su popularidad aumentó tras su participación en "El Show de Ed Sullivan" en 1954, y por este motivo, regresó al programa en 1959 y 1960. También participó en otros espacios como "The Hollywood Palace" (1965-66) y "The Andy Williams Show" (1966), así como en el documental "Europa de noche" (1959). En su etapa de mayor éxito actuó en el London Palladium, e hizo espectáculos para Dwight D. Eisenhower, la Reina Isabel II o en la boda del Príncipe Rainiero de Mónaco y Grace Kelly. Fue conocido como el James Bond de la magia, e influyó a muchas generaciones de ilusionistas como David Copperfield.





En los años 60 aprovechó su popularidad para iniciar una breve carrera como actor. En 1962 debutó en las películas de aventuras italianas "La máscara roja" y "Los mosqueteros del mar". En 1963 se trasladó a Francia para interpretar a dos personajes clásicos del pulp de este país: "Rocambole" y "Judex".



"Rocambole" fue un personaje literario creado por el escritor Pierre Alexis Ponson du Terrail (1829-1871) en 1857 (de su nombre viene la palabra rocambolesco). El film, dirigido por Bernard Bordeire, giraba en torno al ladrón y aventurero protagonista, el cual, oculto bajo la identidad del Conde de Chanery, se enfrenta al Barón prusiano Rudolph Keller (Alberto Lupo)  que pretende iniciar una guerra. En la trama también tiene un papel relevante la bailarina Cleo (Eddy Wessel), la amada de Rocambole y por la que Keller también se siente atraído. 



"Judex" fue una creación de los guionistas Louis Feuillade and Arthur Bernède para la película homónima de 1916, donde fue encarnado por René Cresté, que lo interpretó en 25 películas hasta 1918. En la versión dirigida por Georges Franju y protagoniza por Pollock, el ladrón Judex tiene como enemigo a Fravraux, un banquero que  ha robado grandes cantidades de dinero.    




Tras estos trabajos europeos, Channing Pollock interpretó al vaquero Kit Carson en un episodio de la serie "The Great Adventure" (1964). Por otra parte, fue actor invitado en capítulos de "Los bribones" (1965), "Daniel Boone" (1966) y "Bonanza" (1971). que fueron sus últimas experiencias interpretativas. En 1971 decidió abandonar el mundo del espectáculo y creó una granja ecológica. A pesar de ello, no se desvinculó de la magia y ejerció como mentor de magos aspirantes, entre los que figuró su chófer Franklin Brooker, conocido artísticamente como Franklin. En 1989 intervino en una edición del programa "The Best of Magic". En lo personal, estuvo casado con Jozy Pollock (hasta 1968), mientras que su segunda y última esposa fue Corri Pollock. Falleció el 18 de marzo de 2006 en Las Vegas, Nevada (USA), a la edad de 79 años y a consecuencia de un tumor cerebral.


DEDICADO A SU MEMORIA (1926-2006)  



martes, 20 de septiembre de 2016

IN MEMORIAM: CURTIS HANSON

Nació el 24 de marzo de 1945 en Nevada (USA).

En su juventud trabajó como periodista cinematográfico, algo que le permitió entrevistar a realizadores veteranos para conocer el oficio. Su primera experiencia cinematográfica la llevó a cabo en 1970 al ejercer como guionista del film de serie B "Terror en Dunwich", producido por Roger Corman. Su primera película como director fue "Sweet Kill" (1972), otra película de mismo género de la factoría Corman. 

Tras este trabajo dirigió la película de zombies "Evil Town" (1977), y dos años después el film de artes marciales juvenil "The Little Dragons" (1979). En 1983 llegó el turno de la comedia dramática juvenil "Ir a perderlo... y perderse", protagonizada por un joven Tom Cruise. A principios de los 80 ejerció como guionista de las películas "Perro blanco" (1982) de Sam Fuller y "Los perros no lloran" (1983), una producción Disney de aventuras ecologistas. 

En 1986 se puso al frente del telefilm "Los chicos de Times Square". Después de este trabajo se afianzó en el thriller con películas como "Falso testigo" (1987) con Steve Guttenberg; y "Malas influencias" (1989), donde dirigió a Rob Lowe y James Spader.



En 1992 siguió vinculado a este género con la exitosa "La mano que mece la cuna", protagonizada por Rebecca De Mornay; y con "El río salvaje" (1994), en la que dirigió a Meryl Streep y Kevin Bacon.



En 1997 dirigió, escribió y produjo su obra maestra con el thriller policíaco "L.A. Confindential", una adaptación de la novela de Elmore Leonard en la que reunió a un brillante reparto integrado por Kevin Spacey, Russell Crowe, Guy Pearce, James Cromwell, Kim Basinger, Danny De Vito y David Strathhairn. Por este film obtuvo el Oscar al Mejor guión adaptado, así como otros premios: Sindicado de guionistas, los de Mejor director y guión por la Asociaciones de Críticos de Los Ángeles y Nueva York, el Premio al Mejor director en la Asociación de Críticos de Chicago y en los National Board of Review, o el Fotogramas de Plata a la Mejor película extranjera.    

En 2000 cambió de registro con la comedia dramática "Jóvenes prodigiosos", protagonizada por Michael Douglas. En 2002 fue el realizador un episodio de la sitcom "Greg the Bunny", y dirigió al rapero Eminem en su pseudobiografía "8 Millas". Sus últimos films fueron la comedia dramática "En sus zapatos" (2005), el drama sobre el mundo del póquer "Lucky You" (2007), el telefilm "Malas noticias" (2011), y el drama deportivo "Persiguiendo Mavericks" 2012), codirigido por Michael Apted. En los últimos años se mantuvo retirado del cine a causa del Alzheimer que padecía. Falleció el 20 de septiembre de 2016 en Los Ángeles (USA), a la edad de 71 años.  








DEVORADORES 2: ELECTRIC BOOGALOO: PROGRAMA 69: "SELECCIÓN DE VERSIONES"

Recuperamos el concepto de programa musical con este especial de versiones en castellano de temas en inglés:

LOS SOBRAOS "WONDERWALL" (DE OASIS), AZÚCAR MORENO "PAINT IT BLACK" (DE LOS ROLLING STONES) Y LOS YAKI "SONIA" ("SUNNY" DE BOBBY HEBB"):





AZUQUITA: "REJAS DE CRISTAL" ("GANSTA'S PARADISE" DE COOLIO), NOLBERTO ALKALA: "ECLIPSE TOTAL DEL AMOR" ("TOTAL ECLIPSE OF THE HEART" DE BONNIE TYLER) Y MOCEDADES "LO CREAS NO" (BELIEVE IT OR NOT", TEMA CENTRAL DE "EL GRAN HÉROE AMERICANO"):





LOS MASTER PLUS "SEXO EN FUEGO" ("SEX ON FIRE" DE KINGS OF LEON), ALEJANDRA GUZMÁN "TWIST Y GRITOS" ("TWIST AND SHOUT") Y LOS HERMANOS DALTON ("PINK PANTHER THEME): 







PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA CLIQUEAD EN: 


domingo, 18 de septiembre de 2016

DESCUBRIENDO A... BERNARD MINET, EL CANTANTE FRANCÉS DE "BIOMAN" Y "LOS CABALLEROS DEL ZODIACO"


Bernard Minet nació el 28 de diciembre de 1953 en Pas-de-Calais (Francia). 

En 1969 inició su carrera en bailes regionales. Un año más tarde se trasladó a París, y en 1974 formó parte del grupo de baile Mimi Pinson, junto al que realizó actuaciones nocturnas en los Campos Elíseos.

Tras colaborar con artistas como Charles Aznavour, formó parte de los grupos Whap T. Lee Whap y C'est toujours pareil au soleil. En 1983 comenzó a trabajar con la cantante, actriz y presentadora Dorothée (seudónimo de Frédérique Hoschedé). También coincidió con el pianista Richard Clayderman, junto al que empezó a trabajar con sintetizadores.

En 1985 hizo sus primeros trabajos como cantante para las sintonías francesas de series animadas como "Los Biskits" o "El desafío de los Gobots". 

A partir de 1987 comenzó a participar en el programa Club Dorothée, un exitoso espacio infantil de la cadena TF1 que fue presentado por Dorothée. En este programa se encargó de cantar las sintonías de series como "Grandizer",  "Silverhawks" y "Juliette jet' aime". 



En 1988 y 1989 logró sus dos mayores éxitos interpretando con caracterización y coreografías los enérgicos temas centrales para Francia de las series japonesas "Bioman" (que llegó a ser Número 8 en las listas de ventas) y "Caballeros de zodiaco". En 1990 también se encargó de interpretar las versiones al castellano de ambos temas para su emisión en España a través de TVE (y donde se notaba su acento francés al pronunciar palabras como héroes), ya que las dos series vinieron a nuestro país tras su exitoso paso por Francia.




Entre 1989 y 1995 mantuvo su popularidad en Francia al protagonizar la sitcom "Salut les Muclés", emitida dentro de "Club Dorothee". En ella interpretó a Bernard Wantier, uno de los componentes del grupo de música Musclés, completado por Éric (Éric Bouad),  Framboisier (Claude Chamboissier), René (René Morizur) y  Rémy (Rémy Sarrazin). Debido al éxito de la serie, grabaron los álbumes "La fête au village" (1989), "Vive la France" (1990), "Les Musclés" (1991), "Les Musclés 92" (1992), "Les Musclés" (1993), "La Plaine Saint-Denis" (1994) y "La Bombe atomique" (1995), al tiempo que realizaron varias giras de conciertos.


A principios de los 90, usó el nombre de su personaje televisivo, Bernard Wantier, para grabar los álbumes en solitario "Synthétiseur 5 - Les Plus Grands Thèmes Classiques" (1990) y "Synthesizer Greatest - The Classical Masterpieces" (1991). Como Bernard Minet editó otros trabajos discográficos: "Jolies petites filles" (1990), "Changer tout ça" (1992), "Il y avait (1994),  "La compil' des génériques TV" (1994), "Ses plus belles chansons" (1996) y "Bernard Minet chante pour les petits et les gentils" (1996). 

Sus siguientes sintonías para series animadas fueron "G.I. Joe", "She-Ra", Shurato", "Winspector", "Conan, el aventurero", "Sherlock Holmes", "Mucleman", "Ranma 1/2", "Transformers", "Turbo Rangers", "Ultraman", "Patlabor", "Dragon Ball", "Dragon Ball Z" y "Sailor Moon". 

En 1994 y 1997 logró un nuevo éxito televisivo con la serie "La Croisière foll'amour". En 1997 finalizó "Club Dorothee", y a finales de los 90 siguió vinculado al género que le dio la popularidad encargándose de las sintonías de "Dragon Ball GT" o "Pokémon".  

En 2002 lanzó el recopilatorio "Génération Bioman". En 2004 retomó su faceta como actor en dos episodios de la serie dramática "Les Mystères de l'amour". En 2010 participó junto a Dorothée en el concierto "Bercy Dorothée, Bercy". En 2015 publicó su autobiografía "Ma vie en folie aux Éditions Mareuil", algo que provocó que apareciese en numerosos programas televisivos. En la actualidad sigue interpretando sus grandes éxitos en conciertos de corte nostálgico, ya que sigue siendo una figura que marcó a varias generaciones en su país natal. 








viernes, 9 de septiembre de 2016

ENTREVISTA A IMANOL URIBE, DIRECTOR DE LA PELÍCULA "LEJOS DEL MAR" (2016)



El sábado 3 de septiembre Charlas de Cine de Multicines Tenerife acogió la premier tinerfeña de la película "Lejos del mar" (2016) de Imanol Uribe, que contó con la presencia del propio realizador.

El film es un drama se centrado en Santi (Eduard Fernández), un antiguo miembro de ETA que al salir de prisión se traslada al sur de España para visitar a Emilio (Ignacio Mateos), un toxicómano que fue su antiguo compañero de celda. Por azares del destino, este último es atendido por Marina (Elena Anaya), una doctora que de niña pudo ver como su padre era asesinado por Santi. A raíz de este suceso, Santi y Marina se ven envueltos en una compleja relación. En papeles secundarios encontramos a otros intérpretes como Jose Luis García Pérez (en el papel de Andrés, el marido de Elena), Juan Motilla, Teresa Arbolí, Olivia Delcán, Martxelo Rubio, Adrián Hernández, Camino Texeira, Verónika Moral y Susi Sánchez. 

Imanol Uribe en la entrevista moderada por Ramón. J. Trujillo. 

Finalizada la proyección, el realizador concedió una entrevista en la que también compartieron sus opiniones los técnicos de sonido del film: Jaime Fernández-Cid Buscató y Juan Borrell. 

Por otra parte, y de manera imprevista, pudimos presenciar el reencuentro de Uribe con Mischa Muller, residente en Tenerife y que fue su asistente de dirección en "La fuga de Segovia" (también llevó a cabo una amplia trayectoria en la que trabajó a las órdenes de directores como Paul Verhoeven en "Los señores del acero" y Luis García Berlanga en "La vaquilla" , ambas estrenadas en 1985).

De izquierda a derecha: Jaime Fernández-Cid Buscató, Imanol Uribe, Juan Borrell, Mischa Muller y Juan Borrell. 

Con "Lejos del mar" reincides en un tema relacionado con el grupo terrorista ETA, tras títulos que trataban el asunto en mayor o menor medida como "El proceso de Burgos" (1979), "La fuga de Segovia" (1981), "La muerte de Mikel" (1983) y "Días contados" (1994), ¿cómo resulta tratar este tema en la actualidad, con el fin de ETA?:

Durante la promoción de mi película "Miel de naranjas" (2012) me preguntaron si iba a realizar más películas relacionadas con la violencia de ETA y dije que no, porque ya me sentía satisfecho y el tema estaba más que visto. Y sin embargo, nunca puedes decir nunca jamás, ya que en un parón de un proyecto que estaba escribiendo junto al guionista Daniel Cebrián, me acordé de esta historia que se me había ocurrido en los 90, coincidiendo con la cobertura en los informativos de la Doctrina Parot (relacionada con la excarcelación de miembros de ETA), así que comenzamos a escribir el guión en 2014, pero centrándonos en las consecuencias de la violencia de ETA a largo plazo, con un personaje que se arrepiente de la brutalidad que ha hecho, y que cuando lo ponen en libertad, se cuestiona qué hacer con su vida. Una vez finalizada la escritura, y tras conseguir la financiación de un productor, comenzamos a rodar y finalizamos en la primavera de 2015, sin embargo, la película no se ha estrenado hasta más de un año y medio después. 

¿Cuáles fueron las razones que te llevaron a escoger a Eduard Fernández y Elena Anaya como protagonistas?:

Yo ya había colaborado con Eduard en "Miel de naranjas", donde tenía un pequeño papel, y como me quedé con ganas de trabajar más con él, escribí el guión pensando en que iba a ser el protagonista, porque hay una parte de la historia en la que sólo hay miradas, y Eduard cuenta mucho usando su mirada. 

En cuanto a Elena, ella se incorporó al proyecto tras la primera versión del guión. 

También estoy muy contento con el trabajo de Ignacio Mateos, es un actor alucinante, adelgazó unos 20 kilos para interpretar a Emilio, que es un yonki, y también mimetizó el acento de la zona de Almería, que es muy cerrado. 

¿Cómo transcurrió el rodaje de la película?:

Se rodó en su mayoría en una playa del Cabo de Gata, rodábamos al amanecer y nos íbamos al atardecer. Fue un rodaje muy amable, estábamos hospedados en unos chalets fantásticos, y por las noches solíamos ir a cenar y seguíamos hablando y aportando ideas, hasta el punto de que en ocasiones me dejé influenciar por lo que Eduard Fernández y Elena Anaya me proponían. Yo siempre doy libertad para que los actores puedan desarrollar a sus personajes.

¿Por qué te decidiste a rodar la película empleando un estilo tan pausado, sobrio y poco convencional, donde se alargan algunas escenas o no se utiliza banda sonora?:

Normalmente el estilo te elige a ti, y la película te va pidiendo lo que quiere, crea vida propia y se va moviendo por distintas direcciones, y tu tienes que conducirla de alguna manera. 

Respecto al tema de no utilizar banda sonora, esto me causó un conflicto, porque en un principio la música la iba a hacer el músico Antonio Meliveo, con el que ya había trabajado en "Plenilunio" (2000), e incluso estuvo un par de días en el rodaje, pero al final en el montaje de la película, la cosa se fue desnudando y me di cuenta que no necesitaba música, y aunque tuve un problema al comentárselo a Antonio, al final pudimos solucionarlo. 

En tu filmografía también encontramos otros films que se alejan de los géneros más tradicionales del cine español como el terror con "La luna negra" (1989), el thriller con "Plenilunio"(2000) o hasta el cine de aventuras con "La carta esférica" (2007), ¿cómo te enfrentaste a estos proyectos?:

Cada película es un mundo, tiene su historia, y te llega por los caminos más insospechados. Hay películas que te persiguen, y casi parece que te eligen a ti, y no hay más remedio que hacerlas, porque te han llegado por distintos lados. Es una experiencia de dos o tres años, en la que estás las 24 horas del día metido en ella, escribiendo y pensando, al tiempo que tienes algo que te motiva y apasiona.  A mi me agotan mucho los temas, ahora mismo estoy un poco harto del tema que trata "Lejos del mar",  pero igual dentro de dos años lo trato otra vez. Por este motivo me gusta buscar cosas diferentes, y eso pasa porque cuando terminas un proyecto, estás con el radar puesto a ver qué se cruza en tu camino cuando lees una novela, te cuentan una historia o te llama alguien. Además, ya cada vez me quedan menos balas en la recámara y tienes que medir mucho los tiros, y por cada película que hago hay una media de tres que no he podido realizar. 

¿Cómo asimilaste el éxito de crítica y publico de películas como "El rey pasmado" (1991) o "Bwana" (1996)?:

Los éxitos son más fáciles de asimilar que los fracasos. Tienes que asumir que esto de hacer cine es una carrera de fondo, y vas a pasar por todos los estadios. Hay películas que te salen bien y otras que no, incluso hay películas que no te salen demasiado bien, y sin embargo funcionan. Ya con la edad y el paso del tiempo te vas afianzando en lo que tu quieres hacer y todo es más llevadero, a la vez que eres más consciente de si algo te ha salido bien o no. Al principio si que se hace muy duro, con mis primeras películas estaba muy angustiado por lo que decían las críticas, la taquilla que hacía o si gustaba a la gente o no. Sin menospreciar esta labor, no suelo leer las críticas, me lo aconsejó un gran director del cine español, y la verdad es que fue un consejo estupendo, porque si no lees las críticas, éstas no te van a afectar de una manera directa. De todas formas, eso no lo puedes hacer al principio de tu carrera, porque necesitas saber lo que dicen de ti.

¿De qué película te sientes más satisfecho?:

Quizá de la trilogía que componen "La muerte de Mikel", "Días contados" y ahora "Lejos del mar", porque las noto como más mías. En las tres hay relaciones de pareja muy extremas, dentro del terror de la violencia de ETA. En "La muerte de Mikel" está la relación homosexual entre Mikel (Imanol Arias) y Fama (Fernando Telletxea), en "Días contados" la de un terrorista (Carmelo Gómez) y una yonki (Ruth Gabriel); y en "Lejos del mar" entre un verdugo y la hija de su víctima. 

A mi me gustan todas menos "Adiós pequeña" (1986), que me pareció un horror y nunca tenía que haberla hecho. Las demás si las acepto como mías, con sus virtudes y sus defectos. 

Respecto a "Días contados", ¿cómo llevaste a cabo la adaptación?:

Después de "El rey pasmado", mi socio, el productor Manuel Santana, y yo, estábamos buscando nuevos proyectos, porque algunos de los últimos que me habían llegado no lograron convencerme. Y justo en medio de esta crisis, estaba con gripe y fiebre, y la empleada de una librería del Escorial me dejó la novela de "Días contados", algo que siempre le agradeceré, de hecho a ella la suelo seguir viendo de vez en cuando. 


En la película hubo una primera fase en la que los protagonistas iban a ser Antonio Banderas y Penélope Cruz. Pero Antonio se fue justo a Estados Unidos en ese momento, así que lo esperamos dos meses, pero como no volvía, contratamos a Carmelo Gómez. 

¿Cuál es tu opinión de otras visiones sobre el terrorismo de ETA en películas como "Operación Ogro" (1979) de Gilo Pontecorvo, "Yoyes" (1999) de Helena Taberna o "El Lobo" (2004) de Miguel Courtois?:

"Operación Ogro" la vi en su momento y no me fascinó. Respecto a "Yoyes" y "El Lobo", no las he visto, son temas que no me apetece ver, al haberlos tratado.

En relación a tus trabajos de televisión, sólo has dirigido sendos episodios de "La huella del crimen 2" (1991) y "La mujer de tu vida 2" (1994), ¿ a qué ha sido debido?:

Esas series eran casi películas, y se rodaban como cine, con su mismo planteamiento. "La huella del crimen" la produjo Pedro Costa (que ha muerto hace poco), y "La mujer de tu vida" era de los Trueba. No quiero decir nada contra la televisión, pero la idea de hacer una serie de un montón de capítulos rodados deprisa y corriendo, no me va, aunque quizá igual en un futuro estoy haciéndolo. Sin embargo, ahora hay un modelo de series americanas o nórdicas que me fascinan, son miniseries de cuatro o cinco capítulos, y como formato me parece mucho más atractivo. 

¿Cuál es el actor que más te ha marcado de todos a los que has dirigido?:

Mi recuerdo más entrañable es hacia Fernando Fernán Gómez, al que dirigí en "El rey pasmado" y "Plenilunio". Era un personaje en sí mismo, gracias a él estaba aprendiendo todo el rato. Tuve la mala suerte de verlo enfermar durante el rodaje de "Plenulinio".

¿Cuál es tu opinión sobre los galardones?:

 Los premios, con la edad, cada vez te importan menos. Dependen mucho las circunstancias, y si el premio te lo has merecido o no. El que recuerdo con más cariño fue la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián por "Días contados", porque estábamos al borde de no poderla estrenar, y eso nos abrió las puertas. Pero al margen de eso, los premios hay que disfrutarlos y emborracharte con ellos, y al día siguiente olvidarlos. 

¿Cuál es tu opinión sobre otros realizadores vinculados al thriller español como Enrique Urbizu, Daniel Monzón o Alberto Rodríguez?:

Me parecen estupendos. Tanto los de mi generación, como los posteriores, hemos vivido de las fuentes de la novela y el cine negro. Últimamente me interesa mucho lo que ha hecho Alberto Rodríguez en películas como "Grupo 7" (2012) y "La isla mínima" (2014). 

¿Qué te parece que directores veteranos como Jose Luis Garci (ahora vinculado al teatro) o Jose Luis Cuerda hayan quedado un poco de lado dentro de la industria del cine español?:

Esto siempre ha pasado en la historia del cine, lo hemos podido ver en el cine americano, incluso le pasó a uno de los más grandes, como John Ford. La edad siempre pasa factura, pero a mi me gustaría morir con las botas puestas. 

¿ Qué futuros proyectos podrías desvelar?:

Tengo un proyecto para una serie de Netflix. Todo ha venido a raíz de "Lejos del mar", cuando un policía nacional de Barcelona contactó conmigo al tener una historia increíble y pensar que me podía interesar. Es un proyecto muy largo y lo vamos a plantear como serie o miniserie. 

Al margen de esto,  también estoy trabajando en un proyecto sobre la masacre de los jesuítas en El Salvador durante 1989. 

¿Te gustaría rodar alguno de tus futuros proyectos en Canarias?:

Yo ya rodé "Mararía" (1998) en Canarias, no la dirigí pero fui el coproductor, y estaría encantado de volver rodar en las islas. En este último proyecto que he comentado y que transcurre en El Salvador, va a ser imposible rodar allí, y como hay que buscar alguna alternativa, quizá Canarias pueda ser el sitio, aunque aún no hay nada decidido. 

Y para finalizar, ¿qué sueles consumir como espectador, tanto en cine como en televisión?:

Yo picoteo un poco de todo. Veo series americanas de HBO y series europeas nórdicas. Una serie reciente que me ha gustado últimamente es la británica "Happy Valley".  

En cine lo tengo más difícil, por la zona donde yo vivo. Lo consumo mayoritariamente en la televisión, porque no soporto los doblajes. Y como se me hace muy complicado ir a salas de versión original, recurro a las plataformas digitales, donde tienes películas a los 15 días de haberse estrenado y las puedo ver en versión original. 














jueves, 8 de septiembre de 2016

DEVORADORES 2: ELECTRIC BOOGALOO: PROGRAMA 68: "CHARLANDO SOBRE LOS EMMY 2016"


Un año más hacemos nuestro repaso por las categorías de los premios Emmy dedicadas a Mejor serie dramática, Mejor serie de comedia, Mejor miniserie, Mejor telefilm y todas las de interpretación.

Entre las favoritas figuras series veteranas y ya consolidadas ("Veep" y "Juego de tronos", "House of Cards") junto nuevas revelaciones ("Mr. Robot") y producciones tan aclamadas como el telefilm "All the Way" o la miniserie "American Crime Story: The People Vs. O.J. Simpson").

PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA CLIQUEAD EN: 



domingo, 4 de septiembre de 2016

LITERATURA: "EL TRABAJO" (1968) DE WILLIAM S. BURROUGHS: POR ALEXIS BRITO DELGADO

Todos los sistemas de control se basan en el binomio castigo-premio. Cuando los castigos son desproporcionados a los premios y cuando a los patrones ya no les quedan premios, se producen las sublevaciones.

William S. Burroughs







Autor: William S. Burroughs
Editorial: Enclave de Libros Ediciones
Género: Entrevistas
Edición: Rústica
Año Publicación en España: 2014

Novelista, intelectual, ensayista y crítico social, Burroughs fue una de las mentes más peculiares y brillantes de su generación; el mismo que sobrevivió al infierno de los narcóticos —piedra angular de toda su obra— para plasmarlo en sus escritos. En ellos nos encontramos con una invectiva mordaz al sistema, experimentación estilística y delirio creativo. Influenciado por Rimbaud, T.S. Eliot, Genet, Beckett, Artaud, Joseph Conrad y Bataille, desarrolló un universo propio oprimido por mutaciones físicas y mentales, trastornados paisajes de Ciencia Ficción bañados por la lluvia nuclear conviven con ciudades convertidas en escombros y supervivientes reducidos al primitivismo más elemental. Una visión del mundo anárquica e iconoclasta —entre la paranoia, el pesimismo y la sátira— que ha sido de gran influencia en múltiples ámbitos como la literatura, el cine, la música y la pintura. Hablamos de cuatro generaciones diferentes en el espacio y tiempo: beatnikshippiespunks cyberpunks.  

Burroughs se caracteriza por la búsqueda constante de nuevas formas de lenguaje, la liberación personal, la experimentación sexual y su afición por las armas de fuego patrimonio de las fuerzas del orden y el ejército. Tal como explica en la serie de entrevistas y relatos que aparecen en El trabajo (Enclave de libros, 2014), usó grabadoras, cámaras de televisión, noticias, periódicos, mítines políticos, conversaciones, insultos y todo tipo de efectos para montar sus collages literarios. La cultura pop —no el mainstream socialmente aceptado—, sino el underground —la fina línea que separa un cuerpo hambriento de un chute de heroína—, contaba con un exterminador entre sus filas.

Según el autor, la palabra es un “virus” que se fusiona con el portador cambiando de forma definitiva su estructura genética y, por consiguiente, la evolución como especie. Una simbiosis similar a la del adicto con los narcóticos: ambos han quedado unidos de modo irresoluble. A partir de entonces, desde el Jardín del Edén, a través de milenios de guerras, locura, devastación y muerte, hasta llegar a la sociedad americana ensombrecida por el resplandor atómico de Hiroshima, el escándalo Watergate, las junglas de Vietnam bañadas por el napalm y el asesinato de Martin Luther King. No olvidemos que la edición original de este libro apareció por primera vez a finales de los sesenta.  




Con el fin de contrarrestar la literatura convencional, destacan el método cut-up (cortar el texto y distribuirlo aleatoriamente), el fold-in (trasladar el final de la página al principio para crear una sensación de flashback) y el splice-in (varias grabadoras con diferentes sonidos a la vez). De esta manera rompió la codificación lineal de la escritura a favor de formas artísticas que, debido a su no-linealidad, le permitiría caminos y asociaciones alternativas. Aunque estos experimentos puedan parecer caóticos y carentes de sentido, en realidad eran todo lo contrario. Burroughs seleccionaba con cuidado sus textos y los combinaba sin ningún tipo de azar, logrando una perspectiva caleidoscópica y plural que —como afirmaba— le permitía anticipar el futuro. Una visión a través de la neblina de los opiáceos que echa por tierra cualquier modernidad.  

El autor despedaza al sistema pudiente que, aparte de crear generaciones consumistas y superficiales, aniquilarán cualquier tipo de individualismo, ideas propias o creatividad. El control, la manipulación, el capitalismo, la muerte de las emociones, el patriotismo, la familia y la educación, también son diseccionadas con la precisión quirúrgica de un cirujano gracias a una lucidez nacida de la suspicacia, el sarcasmo y la procacidad. Para Burroughs, la juventud es la futura salvación del planeta siempre y cuando se libere de los dogmas inculcados a favor de la rebelión en las calles; la única manera de actuar en contra de un sistema corrupto, tan decadente como laminador.

Como destructor/constructor del lenguaje, icono cultural y francotirador agazapado en el extrarradio del academicismo, Burroughs rechazaba las etiquetas y durante toda su vida operó al margen de las modas, conceptos y clichés. El monopolio de la élite (gobiernos, inmobiliarias, ingeniería, empresas de construcción, medicina, compañías automovilísticas, etc) controla la riqueza, la cultura y los avances científicos para no perder sus privilegios mientras mantiene en la ruina a aquellos que se encuentran por debajo de su nivel. El autor hace hincapié en sus obsesiones habituales: el revolucionario tratamiento de apomorfina (que le auxilió a desintoxicarse definitivamente), el acumulador de orgones patentado por Wilhelm Reich y los infrasonidos que podrían incitar a las multitudes a destruir ciudades. 




Huelga decir que sufrió en sus carnes la censura impuesta por los medios debido a su lenguaje procaz, misoginia absoluta y puntos de vista radicales. A pesar de ello, continuó en contra de la pena de muerte, la hegemonía cultural, el histerismo antidroga, la segregación racial, la moralidad, el sistema penal y la religión cristiana típica de Estados Unidos. Irónicamente, a pesar de provenir de una familia adinerada (su abuelo fue el inventor de la calculadora) que le proporcionó una buena educación en las mejores universidades de la época, Burroughs prefirió romper con sus raíces a favor de la marginalidad. Por ello trató con drogadictos, artistas, ladrones, bohemios, enfermos mentales, románticos, chulos y prostitutas; aquellos al margen de la sociedad que escupían en la cara al “Sueño Americano”. Ese fue el primer paso que lo convertiría en una leyenda que continúa vigente en pleno siglo XXI. 


Alexis Brito Delgado.