sábado, 1 de febrero de 2014

IN MEMORIAM: LUIS ARAGONÉS "EL SABIO QUE NOS ENSEÑÓ A GANAR" POR RAYCO

Después del batacazo de la selección española en la EURO 2004, el pesimismo invadió a la España futbolística. Después de la caza de brujas habitual por parte de la prensa y la afición, la RFEF decidió confiar en Luis Aragonés. Nadie podía imaginar como esa decisión cambiaría la historia de nuestro fútbol y en cierto modo, la de todo el país.

Luis Aragonés nació en el por entonces municipio de Hortaleza (hoy es un distrito de la ciudad de Madrid) el 28 de julio de 1938. Aunque su carrera quedaría ligada al Atlético de Madrid, Luis tuvo un breve pasado madridista. En el Real Madrid nunca tuvo oportunidad de jugar y tras varias cesiones debuta en Primera División con el Real Oviedo en la temporada 1960-61 para pasar el siguiente año al Betis. Sus tres buenas temporadas en Heliópolis hacen que el Atlético Madrid complete su fichaje.

Y de allí no se movió. Jugó en el Manzanares una década ganando 3 Ligas y 2 Copas del Rey (del Generalísimo en aquella época). Era el equipo de Colo, Griffa, Glaría y Jayo primero; Calleja y Alberto después; y más tarde Ovejero, Capón e Irureta. Y como omnipresentes: Gárate, Adelardo, Ufarte y Luis. Era un futbolista algo inusual para la época, centrocampista con calidad para mover el equipo pero con mucho gol y un gran lanzamiento de falta.

En una tarde de mayo de 1974 Luis, cerca de la retirada, estuvo a punto de llevar a la gloria al Atleti. Era la final de la Copa de Europa en el estadio Heysel de Bruselas y el partido con el Bayern llegó a la prórroga. En el minuto 114 el belga Loraux pita una falta al borde del área perfectamente perfilada para Luis y él no era de los de derrochar las oportunidades. La golpea con su maestría habitual y Sepp Maier apenas su mueve. El Atleti fue campeón de Europa durante seis minutos, al borde del pitido final Schwarzenbeck chuta desde su casa, sorprende a Reina y empata a uno. En aquella época no había tanda de penaltis, se repetía el partido 48 horas después. En esa nueva final el Bayern impuso su físico y arrasó el Atleti (4-0). El Atleti ganó la conocida como “la casi” Copa de Europa.

La temporada siguiente Luis (que era de todo menos un tipo corriente), la comenzó como jugador y la acabó como entrenador del Atleti. Y si Luis era poco corriente, el Atleti lo es menos todavía, por eso encajaban bien. El Bayern de Múnich se niega a jugar la Intercontinental contra el Independiente de Avellaneda en protesta contra la dictadura de Videla. El Atleti como subcampeón de Europa recoge el testigo y Luis gana su primer título como técnico dirigiendo a los que unos pocos meses atrás eran sus compañeros; y de paso, el Atleti se convirtió en el primer club que ha sido campeón del mundo sin haber sido antes campeón de su continente.

En el Atleti entrará en varias etapas ganando 1 Liga y 3 Copas del Rey. Especialmente significativa será la última Copa, ganada en 1992. La final era un derbi contra el R. Madrid en el Bernabéu. La previa de este partido dejó dos grandes momentos.

A primera hora de la mañana del día del partido (27-06-92) alguien aporrea con violencia la puerta de la habitación que compartían Paulo Futre y Manolo.
Luis: “Abran ustedes la puerta”.
Futre reconoce la voz enfadada del míster y piensa que algún periodista le ha contado un bulo sobre alguna salida nocturna. El portugués abre la puerta.
Futre: “¿Qué pasa, míster?”.
Luis, sin media palabra coge al extremo por la pechera. Lo sienta en la cama y sin soltarlo, le grita.
Luis: “Usted se acuerda de cómo esos cabrones (jugadores del R. Madrid) se rieron de Pizo Gómez el año pasado. ¿Eh?, se acuerda. Pues tiene que salir usted a vengar a su compañero. Hoy tenemos que ganarles en su campo”.
A todo esto, Manolo se hace el dormido y Luis se va sin decir nada más.
El segundo momento se produjo unas horas más tarde, en el vestuario del Bernabéu, Luis da la última charla a sus futbolistas antes de la gran final. Esto fue lo que dijo: "¿Lo han entendido? Pregunto, ¿lo han entendido? ¿Sí? Pues esto, esto (golpeando la pizarra), no vale para nada. Lo que vale es que ustedes son mejores y que estoy hasta los huevos de perder con estos, en este campo. Son el Atlético de Madrid y hay 50.000 dentro que van a morir por ustedes. Por ellos, por la camiseta, por su orgullo, hay que salir y decir en el campo que sólo hay un campeón y va de rojo y blanco."

La final acabó con victoria atlética por 2-0 con goles de Futre y Schuster de una falta impecable que Paco Buyo sigue buscando dos décadas después. Ese partido es uno de los más recordados por la afición colchonera.
Unos años antes, la temporada 1987-88, dirigió al Barça. Fue un año convulso, el propio Luis tuvo que delegar en Rexach tras una depresión, Schuster se marcha en el descanso de un partido y en abril se produce “El motín del Hesperia”. En ese hotel barcelonés, la plantilla pide la dimisión del presidente J.L. Núñez. Luis, ya recuperado se alía con los jugadores y Núñez pocos días después anuncia el fichaje de Cruyff como técnico para la temporada siguiente. El Barça salvó esa caótica temporada ganando la Copa a la Real Sociedad con gol de Alexanco.

Españyol, Sevilla, Valencia, Betis, Oviedo, Mallorca y un retorno a su Atleti para sacarlo de Segunda es su recorrido como entrenador. En el Valencia se las ve y se las desea con Romario: “Míreme a los ojos” le decía en los entrenamientos. En el Mallorca zarandea a Eto’o en el banquillo.
Y volvemos al inicio. La RFEF piensa en él para dirigir a la selección. El equipo se clasifica para el Mundial de Alemania 2006. Luis llega a prometer que si no pasa de los malditos cuartos de final se va. España cae en octavos contra la Francia del crepuscular Zidane. Luis decide renovar.
Las críticas arrecian y sus extrañas ruedas de prensa hablando de un amigo suyo japonés sexador de pollos o recordando el culo de una pipera de Vallecas en sus años mozos tampoco ayudan.

Empieza la fase clasificación para la EURO 2008. Tras golear 4-0 a la débil Liechtenstein, el delantero norirlandés David Healy hace el partido de su vida al hacerle un hat-trick a Casillas. España pierde en Belfast 3-2 y Luis debe tomar decisiones drásticas. Nada más y nada menos que cargarse a Raúl. El que otrora tenía que tirar del carro se había convertido en un lastre. La decisión tomada ante el partido contra Suecia provocó un terremoto mediático. El representante de Raúl, Gines Carvajal, dice en un programa de radio: “Imaginaos una derrota en Suecia sin Raúl. Si eso pasa, jeje, habrá que cortar cabezas”.

Pues la derrota se produjo (2-0). Prensa y afición piden que saquen la guillotina pero la RFEF aguanta como puede a Luis. Algunos periodistas, más raulistas que Raúl, inician una de las campañas de acoso y derribo más sucias y repugnantes que se recuerdan en la prensa deportiva de este país, que ya es decir. Pero como a él no le cabía por el culo ni el pelo de una gamba (Luis dixit) se encaraba con quien fuera y llamaba mentiroso o cobarde al que se lo mereciera.

Pero todo cambia el 7 de febrero de 2007, España juega en Old Trafford contra Inglaterra. Era un amistoso, pero nunca un amistoso supuso tanto para una selección. España gana 0-1 con golazo de Iniesta (un guiño del destino, quizá) y parece que mágicamente todo se ha ordenado.
Pero de magia nada. Luis se dio cuenta de que con la milonga de “la furia” no íbamos a ningún lado. Penso: “¿qué es lo mejor que tenemos?, centrocampistas técnicos de asociación (Xavi, Iniesta, Silva, Cesc, etc). Pues vamos a centrar nuestro juego en eso”. El sabio demostró su condición de tal. España se clasifica para la EURO pero la campaña para moverle del sitio seguía porque un sector de la prensa no podía permitir que Raúl viera la Eurocopa desde su casa. La RFEF confirmó a Luis en su cargo hasta el final de la EURO, ganase o perdiese.

La EURO 2008 empezó con una brillante primera fase y se las ve con Italia en cuartos. Tras un partido más tenso que de buen fútbol, se llegan a los temidos penaltis. Casillas para dos penaltis y Cesc rompe el maleficio. En semifinales, España arrasa a Rusia en el, posiblemente, mejor partido de la historia de la selección; 3-0 con un fútbol digno de museo.

La cita con la historia era en el Ernst Happel de Viena y contra Alemania. Luis da una charla previa donde recuerda que nadie se acuerda del subcampeón y provoca la risa de sus jugadores al no poder decir correctamente Schweinsteiger o al llamar a Ballack “Wallace”.

El partido era bastante contemplativo hasta que en el minuto 33 Xavi adelanta sibilinamente su posición, Senna le da un pase y el catalán lo filtra a la espalda de la zaga germana. Lahm se deja ganar la posición y Fernando Torres (un atlético como no) mete el pie lo justo entre el defensa y el portero Lehmann para elevar el balón y que éste entre patinando sobre el césped en la portería. España pudo aumentar la renta en la segunda parte ante un rival que nunca se recuperó del golpe.
El italiano Rosetti pita el final y cuarenta años de frustraciones desaparecen. Es como despertar de un mal sueño. Atrás queda aquella otra Eurocopa ganada en casa en 1964 ante la URSS para el regocijo del caudillo. Aquel título, aparte de lejano, se recordaba siempre con la boca pequeña, como si fuera casi motivo de vergüenza. Ahora no, no había ningún dictador que se apropiara del título y España había ganado siendo la mejor sin discusión posible. Era otro tipo de dictadura más agradable, la del buen fútbol.



Luis Aragonés, “Zapatones”, “el sabio de Hortaleza”, había dejado su último y mejor legado, el de hacer creer a los futbolistas y a los aficionados, que no había motivo para que no fuésemos campeones, para que creyéramos mejor que nadie y demostrarlo. Él inició el camino glorioso actual de “la Roja” como él la bautizo en un alarde de sentido común por mucho que algunos periodistas de derechas le buscaran un trasfondo político al rebautizo.

Él quiso seguir, pero la RFEF ya se había comprometido con Vicente Del Bosque, que ha triunfado porque es otro sabio. Pero sin desmerecer la labor del salmantino, Luis fue el que dio el giro correcto a nuestro fútbol y lo hizo como buen sabio, aplicando la sensatez y la sencillez. Apelando a lo mejor que tenemos, a un estilo que nos favorece y dejando de lado furias y otros conceptos huecos y estériles.


En la mañana del 1 de febrero de 2014 Luis Aragonés falleció en Madrid a los 75 años víctima de leucemia, una enfermedad que llevó en silencio. Y es que lo de quejarse no fue nunca lo suyo. Luchó hasta el final porque como dijo una vez: “esto va de ganar, ganar, ganar y volver a ganar. Eso es el fútbol.” Palabra de Sabio.

Rayco.

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